Este artículo se publicó hace 13 años.
Verdad, justicia y reparación
Intelectuales y políticos respaldan a Baltasar Garzón ante el juicio que le sentará en el banquillo por investigar los crímenes del franquismo
"No más muertes, abramos las fosas, devolvamos a los muertos a su sitio y demos a sus familias a los hijos robados". La actriz Pilar Bardem sustanció de este modo la esencia del manifiesto con el que la izquierda, los sindicatos, la cultura y, sobre todo, cientos de personas anónimas, trasladaron su apoyo al magistrado Baltasar Garzón, en vísperas del juicio que le sentará en el banquillo del Supremo por tratar de investigar los crímenes del franquismo.
"España al revés: corruptos y fascistas hacen juzgar al juez", rezaba una de las pancartas improvisadas junto al escenario. "El delito es tapar delitos", denunciaba otra. Convertida la Plaza Mayor de Madrid en un foro contra la impunidad, los familiares de las víctimas dejaron claro que el pasado no juzgado está muy presente en su exigencia de justicia: "23 fusilados aún en la cuneta de la C-501" viven en la razón que llevó a la concentración a un vecino de Pedro Bernardo, en Ávila. Como él, decenas de personas mostraban los nombres y el retrato de sus familiares asesinados o desaparecidos como antídoto contra el olvido.
"Sin rencor ni resignación", Concha Carretero, en mayo con 93 años, presentada como una "joven militante de las Juventudes Socialistas Unificadas" que compartió prisión con las tristemente célebres 13 rosas, llamó a "defender a todas las personas que abren las puertas para acabar con la impunidad de los crímenes cometidos por el franquismo". "Deberíamos tener muchos Garzones", concluyó entre aplausos.
Como Concha, otras víctimas tomaron la tribuna y la palabra para clamar contra la inercia del silencio. El lema "verdad, justicia y reparación" presidió la concentración. "La criminalización de la búsqueda de la verdad y de quien quiso tutelar a los que la reclamaban es, además de una torpeza, un atentado contra los derechos fundamentales y contra la independencia judicial", concluye el manifiesto leído este viernes por Bardem y el poeta Marcos Ana.
"Apoyo sin precedentes""La causa que se sigue contra el juez Baltasar Garzón es un gravísimo error que, lejos de hurtarle el prestigio del que merecidamente goza, está generando un movimiento de apoyo sin precedentes del que participamos", finaliza el texto, suscrito entre otros por UGT, CCOO, IU, PSOE, decenas de colectivos memorialistas y artistas y trabajadores de la cultura que este viernes respaldaron esta causa. Juan Diego, Ana Belén, Miguel Ríos, Víctor Manuel, Almudena Grandes y poetas convertidos en maestros de ceremonias como Luis García Montero dieron voz a las víctimas entre muchos otros.
Este país "no se merece lo que se está haciendo a Garzón", lamentó el líder de CCOO, Ignacio Fernández Toxo. En España "hay todavía una herida sucia, sin cerrar, que hay que limpiar y cicatrizar definitivamente", señaló Cándido Méndez, secretario general de UGT. Ambos permanecieron sentados en un discreto segundo plano junto a dirigentes políticos como Cayo Lara, coordinador federal de IU, que pidió "justicia frente a la desmemoria"; su portavoz en el Congreso, Gaspar Llamazares, quien calificó de "linchamiento" el acoso judicial contra Garzón o el diputado del PSOE Manuel de la Rocha, que lo tildó de "profunda injusticia".
Una decena de representantes de colectivos ligados a la defensa de la Memoria Histórica abrazaron la convocatoria y tomaron la palabra para secundar el propósito enunciado por García Montero: "Sí a la investigación, sí a la justicia, al derecho internacional y a la reparación de las víctimas". Versos de León Felipe, Blas de Otero o Luis Cernuda salpicaron sus testimonios.
"La atroz ausencia de los muertos""Cuando defendemos al juez Garzón no hacemos otra cosa que defender la causa de los que han cargado con la atroz ausencia de sus muertos", proclamó un representante de la Asociación de Expresos y Represaliados Políticos Antifranquistas.
Fue el del viernes un acto de "orgullo democrático, de dignidad cívica", según acuñaron algunos de sus convocantes. Un grito contra la desmemoria que nada tiene que ver con la nostalgia, según las víctimas. "Tengo 46 años, una vida, un trabajo... yo no soy el pasado, soy el presente", se dolió Mar Soriano, miembro de la Plataforma de Afectados por la causa de los niños robados. Sus palabras, desprovistas por completo de artificios, resumieron la perplejidad de muchos: "Estoy diciendo que a mi hermana la han robado y nadie está haciendo nada".
Una integrante del colectivo de las madres de la Plaza de Mayo de Argentina se unió a su intervención. "Ellas tuvieron suerte, tuvieron a Garzón. Nosotros, en España, no tenemos a nadie", lamentó Soriano. "Estamos nosotros", respondió una voz perdida entre el público. Este sábado fue un millar de personas. Suficientes. "Para recordar a todas las personas que una vez creyeron que España merecía una oportunidad, en un sueño aplastado por un golpe militar, nos sigue bastando la fe de unos pocos", proclamó Almudena Grandes. Hay tiempo: "El que haga falta para saber quiénes somos y cómo nos llamamos", concluyó la escritora.
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