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El himno del COE se estrena con polémica

La filtración del texto revienta una rimbombante gala de presentación prevista por el Comité Olímpico // Mínimo entusiasmo entre los partidos políticos

J. ROMERO / AGENCIAS

Querría ser el himno de todos y puede acabar por no contentar a nadie. Es el peligro que tiene montar una letra del siglo XXI para una melodía antigua, antigua (de 1761, ahí es nada) como la Marcha Real.

Y ése parece el camino del texto que ha compuesto Paulino Cubero, un parado de 52 años nacido en Granátula de Calatrava (Ciudad Real). Cuatro estrofas bajitas, poco densas. Cantan la unidad. La libertad. La paz. La democracia.

La rúbrica de aprobado la tiene desde el jueves la letra que reproducimos en la página derecha. Emilio Casares, catedrático de Musicología de la Universidad Complutense de Madrid y presidente del jurado de seis notables encargado de elegir el texto, comunicó la decisión hace 48 horas a Alejandro Blanco, presidente del Comité Olímpico Español (COE) e impulsor de la propuesta junto con la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE).

Se supone –sólo se supone– que la letra debía estar guardada bajo siete llaves hasta el día 21. El COE tenía prevista una rimbombante gala en Madrid con el tenor Plácido Domingo al frente para estrenar el texto. Mal negocio ahora. Ayer, el diario ABC adelantaba el secreto. Publicó las cuatro estrofas. Y en portada.

Algo más que enfadado

La ristra de reacciones (las políticas y las otras) no paró en todo el día. Y el aguacero llegó, claro, hasta el tejado del Gobierno. Al final, un resignado Alejandro Blanco tuvo que comparecer al filo de las 14 horas para certificar lo que había avanzado ABC, mostrar su gran enojo por la filtración y, de paso, presentar a Paulino Cubero en sociedad.

'Me enteré a las 7.30 horas y llamé a Emilio [Casares], que me lo confirmó”. Blanco no daba crédito. “Estoy más que enfadado. Sobre todo, con el que lo ha filtrado. No es un problema con el medio de comunicación, que debe hacer su trabajo, sino del jurado”. Igual de indignado estaba el número dos del COE, José María Odriozola. “A mí, desde luego, me sienta fatal”, reconoció, sobre todo porque la decisión estaba “celosamente guardada”.

La investigación a lo Agatha Christie no puede durar mucho. El líder del COE sólo puede sospechar de esos seis sabios: Emilio Casares, el historiador Juan Pablo Fusi, la catedrática de Literatura Aurora Egido, el ex presidente del Tribunal Constitucional Manuel Jiménez de Parga, el compositor Tomás Marco y la ex regatista Theresa Zabell (hoy eurodiputada del PP y vicepresidenta primera del COE).

“No sé quién ha podido ser”, se curó Blanco, “pero estoy decepcionado, ya que se ha diluido la grandeza que habíamos querido transferir a un acto tan relevante”. Chafada y todo la cosa, no habrá cambios en la hoja de ruta del COE. El 21 habrá gala con Domingo. Se cantará el 6 de febrero en un partido de la selección de fútbol contra Francia. Y se intentará conseguir las 500.000 firmas para que la iniciativa sea presentada en el Congreso la próxima legislatura. Porque Blanco, a la postre, cree que la de Cubero es una buena letra: “Me gusta. No hiere sensibilidades y refleja sentimientos”.

Rechazo nacionalista

Pues parece que sí. PP y PSOE mostraron escaso entusiasmo –Eduardo Zaplana pidió “sosiego” y Manuel Chaves no la vio “ni especial ni creativa”–. Carmen Calvo, que durante su paso por el Ministerio de Cultura vio colarse cientos de propuestas (y todas las guardó en un cajón), también mostró su discrepancia. La cree “absolutamente antigua”, con reminiscencias sospechosas al pasado. IU la censuró con dureza (Pemán estaría orgulloso de leerla, vino a decir Gaspar Llamazares) y los nacionalistas (ERC, PNV y CiU) no la sienten propia. Se sienten más cómodos con sus himnos regionales. “Con esta letra me parece que no me veréis cantarlo mucho”, señaló irónico el convergente Artur Mas. El caso es que el texto patrocinado por el COE y la SGAE despertó todo tipo de comentarios en el Congreso. Era la comidilla del día.

El desinterés y la crítica se instalaron también entre compositores como Iván Ferreiro, Ismael Serrano o Antón Reixa, informa Efe.

La vicepresidenta del Gobierno –y Mariano Rajoy– expresaron la evidencia: la del COE es sólo una propuesta. Vale. Pero quien tiene la potestad para modificar el himno son las Cortes. Nadie más.

 

Paulino Cubero se enteró por la prensa. Y no es broma. Oyó en televisión que la primera estrofa que citaban como letra del himno era suya. Increíble. Ahí quedó la cosa hasta que le llamó Alejandro Blanco y le dijo que sí, que su texto era el elegido por el comité de notables. Bendito regalo de cumpleaños, pensaría Cubero, que en 10 días tendrá ya los 53. Envenenado, por otra parte. Las críticas ya estaban ahí, pesando sobre la rueda de prensa. “No pretende ser algo que disgregue, sino el himno de una patria cotidiana, del día a día. A lo mejor esperábais una letra llena de banderas y sangre, pero creo más importantes valores como la libertad, la paz o el respeto, pilares de una patria moderna. Ésta es una letra para todo el mundo, incluso para los que no quieren himno”. A Cubero le visitaron unas únicas musas: los “compatriotas”.  

 

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