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Fallo histórico para zanjar un largo debate

La sentencia sobre la Ley de Igualdad despeja las dudas sobre las medidas de acción positiva

FERNANDO GAREA

El fallo del TC sobre la ley de Igualdad tiene una primera lectura de estrategia política de corto plazo sobre el error del PP al recurrirla, pero otra mucha más trascendente sobre el hecho histórico de que se avale la llamada discriminación o acción positiva.
A falta de conocer el contenido de la sentencia, el TC ha acabado con décadas de debate sobre lo que empezó como una reivindicación de grupos feministas y que, finalmente, ha sido aceptado por casi todos. Por eso el fallo es histórico, más aún si tiene sólo un voto particular, aunque tres magistrados no lo compartan.
Se supone que ya nadie discutirá que no atenta contra la igualdad de los ciudadanos que se incluya en una ley medidas que favorezcan a las mujeres precisamente para acabar con la discriminación que sufren. Esa filosofía está en toda la Ley de Igualdad y en otras normas como la de Violencia de Género que, por ejemplo, establece mayores condenas para un hombre que agreda o amenace a una mujer que a una mujer que lo haga contra un hombre. Ahora el TC establece que esa discriminación o acción positiva de las cuotas no atenta contra la igualdad.
Ese valor está ya tan asumido como que el proyecto de Constitución Europea establecía en su artículo 83 que "el principio de igualdad no impide el mantenimiento o la adopción de medidas que supongan ventajas concretas en favor del sexo menos representado". Y hasta el PP ha terminado por presentar una reforma del IRPF específica para las mujeres. Faltaba el sello de constitucionalidad.
Desde el punto de vista político, la otra conclusión es la del riesgo de judicializar la vida política o recurrir todas las leyes. Rajoy lo hizo en contra de la opinión de destacados dirigentes del PP y, en este caso, de forma insólita ni siquiera anunció el recurso. El riesgo de llevarlo todo al TC es que si se pierde se acaban los argumentos. Por ejemplo, se puede estar en contra del matrimonio homosexual por motivos ideológicos, pero es difícil declararlo inconstitucional y, probablemente, así lo dirá el TC. Fiarlo todo a un recurso es arriesgarse a quedarse sin razones.
El fallo permite que en la jornada de reflexión, en las manifestaciones del Día de la Mujer Trabajadora, el PSOE reciba un baño de multitudes y el PP de reproches.
Y eso que la ley se quedó a medio camino al evitar la paridad pura de listas cremallera y optó por una moderada cuota por tramos, que cumple de forma discutible el objetivo de igualdad.

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