Lejos quedó su primera entrevista. Ramón Jáuregui (San Sebastián, Gipuzkoa, 1948) dialoga con aplomo y seguridad que le dan décadas de experiencia en la primera línea política. Incluso desvela que su partido, el PSOE, tiene previsto celebrar un 'gran congreso' cerca del verano para acelerar su renovación ideológica. Sólo la ideológica, insiste, porque la dirección federal actual es 'la mejor' para orientar el proceso de modernización de un partido en horas bajas. El diálogo con Público, que tuvo lugar el pasado jueves en su despacho del Congreso de los Diputados, es veloz -Jáuregui afirma tener una reunión inminente- pero cargado de contenido. Quien ha sido además gobernador de Gipuzkoa, líder de los socialistas vascos, ministro de la Presidencia y diputado en el Parlamento vasco y en Europa y en Las Cortes, es ahora el elegido por el secretario general de los socialistas, Alfredo Pérez Rubalcaba, para redactar la ponencia de la conferencia política del partido.
¿El encargo es para usted un motivo de orgullo o cree que le han endosado un marrón?
Es un orgullo, y la mejor misión que podían encomendarme. Me parece el trabajo más urgente y más importante que tiene el PSOE entre manos. Junto a la definición de nuestro papel estratégico de jefes de la oposición y la renovación de las referencias orgánicas del partido, lo más urgente es la definición de un proyecto político renovado e ilusionante.
¿Tomarán alguna decisión sobre la dirección del partido?
Va a haber un gran congreso sólo de reflexión política e ideológica sin tocar nada que tenga que ver con nombres. Va a ser un congreso de ideas y no de nombres.
¿Qué es lo que le quita más tiempo de la organización de esa conferencia?
El trabajo de sistematización y de organización de la conferencia ya está preparado desde el mes de abril aproximadamente. Y lo he planificado en torno a doce grandes ejes de discusión. Incluyen la desafección y la crisis de la política, el sistema parlamentario, el sistema territorial, la política de inmigración, la laicidad y la aconfesionalidad en el marco de una sociedad de libertad religiosa, justicia y Estado de derecho, internet y la crisis del derecho de la información, reformas constitucionales... Así hasta doce. Hay doce grupos de trabajo compuestos por unas 300 personas que llevan coordinándose online desde el mes de septiembre cuando se celebraron las primeras reuniones. Y, probablemente, a finales de febrero del año que viene, estos grupos me entregarán sus trabajos y yo elaboraré una ponencia base que tendrá una serie de reflexiones de la España que tenemos y que queremos, y las reformas que pondremos en marcha para una España que está 35 años después de la Constitución.
¿Servirá todo ello para que la ciudadanía vuelva a confiar en el PSOE?
No sólo con esto. Esta es una condición necesaria pero no suficiente. Tener un proyecto y tener una definición programática reformista es imprescindible para recuperar la confianza de la ciudadanía y volver a ser el partido de la esperanza y del cambio que va a surgir como una necesidad en la sociedad española en poco tiempo, después de dos años de Gobierno del PP. Va a haber una pulsión de alternativa y de cambio a lo que está representando esta marcha atrás que el PP ha incorporado a la política española.
Cree que, sin dudarlo, esa alternativa será la del PSOE.
Sí. No tengo dudas. Si no lo fuéramos, dejaríamos de ser lo que somos.
En el Congreso Federal de febrero decidieron abrir a la ciudadanía las primarias para escoger a su candidato a la Presidencia del Gobierno. ¿Se debería permitir a todos los españoles participar en alguna otra de las decisiones de su formación?
Yo en principio soy partidario de que formalicemos la elección de nuestro candidato a las elecciones generales en primarias en un proceso bien ordenado y bien reglado que tiene que resolver la conferencia orgánica. Ese es el mandato del congreso y yo me limitaría a ese por ahora. Creo que tenemos que ir asentando la idea de las primarias, pero hay que empezar por la elección del candidato a la Presidencia del Gobierno.
Otro de los asuntos delicados que tendrán que abordar en la conferencia política será el del derecho a decidir.
En la política territorial sí. Y esta va ir principalmente en concretar, explicitar y superar las confusiones que suscita la propuesta federalista. Esto va a ser objeto de consenso, en mi opinión, dentro del partido, y también creo que tendremos que descartar en esa conferencia el derecho a decidir de una parte sobre el conjunto del territorio. A priori trabajamos con la idea de que el PSOE no acepta esta visión del derecho a la autodeterminación que los nacionalistas siempre han defendido.
¿Podrían así llegar a una postura común sobre ese asunto? Y si no es posible llegar a esa postura común, ¿cree probable mantener la cohesión interna del partido?
La mantendremos en torno a un proyecto de reforma federal del Estado vía reforma constitucional y, por tanto, una reforma relativamente profunda que permite evolucionar el Estado autonómico actual con una perspectiva federal. Va a haber un acuerdo básico también con el rechazo al derecho de autodeterminación. Puede ser que al PSC esa parte le produzca alguna discrepancia. Pero contamos con eso.
Parece que Catalunya, una de las comunidades autónomas más sensibles con ese tema, no ha entendido esa propuesta federalista.
Es pronto para decirlo. Pienso que en Catalunya hay base para que la propuesta sensata se abra paso. Y yo tengo la sensación de que además del resultado electoral y de la configuración del próximo Gobierno en Catalunya la idea de una vía intermedia y negociada en vías federalistas va a hacerse fuerte. Pienso que el mensaje más nítido de lo que ha pasado en las elecciones es que Catalunya tiene que reformular su relación con España con una propuesta federal.
¿Conseguirá el federalismo el consenso dentro del propio PSC?
La propuesta federal sí. Aunque repito que sobre el derecho de autodeterminación admito que puede haber diferencias.
Un pequeño grupo de militantes socialistas ha pedido disculpas a través de un vídeo. ¿Cree que el PSOE debe pedir perdón para volver a recuperar la confianza de la ciudadanía?
No. Yo creo que es un gesto innecesario. Todo el mundo sabe lo que ha ocurrido y la ciudadanía se ha expresado suficientemente. Me parece un gesto fuera de lugar que no responde exactamente a una voluntad de reconciliarse con la ciudadanía como de mostrar discrepancias con la dirección. No lo comparto.
Hay también quien considera que el PSOE atraviesa por una crisis de marca, pero también de producto.
Me parece que es aplicar el marketing a una cosa mucho más seria que es un partido político. Pero en general mi opinión es que la ansiedad y el nerviosismo interno no son buenos consejeros para tiempos como estos. Lo que está ocurriendo es bastante natural. Nos fuimos del Gobierno con una derrota muy importante y con una censura ciudadana a la gestión final de la crisis que tenemos que asumir. Y eso no se quita en dos meses. Lo que tenemos que hacer ahora es reconstruir nuestro proyecto para los tiempos difíciles que vivimos y ubicarnos en una oposición inteligente con una crítica sensata a lo que hace el Gobierno. Que no resulte incoherente ni espasmódica, ni extrema. Todo eso necesita una propuesta alternativa que se tiene que ir configurando. Y mi opinión es que tenemos que hacer esas cosas con calma, y las estamos haciendo. Volverán tiempos mejores porque volveremos a ser el partido de la esperanza.
¿Usted es de los que cree que Alfredo Pérez Rubalcaba debe mantenerse al frente del partido hasta 2016?
Yo soy de los que cree que la que tiene que hacer ese trabajo es la dirección actual elegida en el congreso hace ocho meses. Y Alfredo es el que mejor puede dirigir ese trabajo. No estamos diciendo que es lo que va a pasar en el 2016 ni en el 2015. Estamos diciendo que hay que hacer este trabajo de esta manera y con esta dirección. Y no hay nadie mejor que él para dirigirlo.
Tal y como están las cosas, ¿se plantean la posibilidad de que haya un adelanto electoral que precipite la elección del candidato?
Puede ocurrir. Pero creo que un adelanto electoral antes de las municipales de 2015 no es probable. Ni siquiera sería razonable en estos tres años próximos porque las condiciones económicas no le van a permitir al PP plantearse ese escenario. Pero contemplar las generales coincidiendo con las municipales es una hipótesis que contemplamos y eso condicionará el calendario de las primarias del PSOE.
Habla usted de regeneración democrática, pero movimientos como el 15-M nacieron cuando ustedes estaban en el Gobierno. Un año después, ¿está el PSOE en condiciones de liderar la recuperación de la confianza en los políticos y en los partidos tradicionales?
El 15-M ha tenido mucho sentido y legitimación, mucha fuerza de reivindicación y de cambio, más allá de que les ha faltado probablemente una agenda propositiva razonable. Pero su función la han cumplido y yo tengo mi mejor estima sobre lo que representan. Nosotros intentaremos ser quienes canalicen parte de esas protestas hacia la lógica del sistema. Lo que no queremos es incurrir en falsas soluciones y equivocarnos en el diagnóstico. Y hay veces que esos movimientos simplifican ecuaciones complejas. Por ejemplo: ¿es más democracia la democracia directa que la representativa? Objetivamente no en mi opinión. La solución no es hacer un referéndum cada semana porque eso es rutinizarlos y devaluar la democracia, por muy directa que se llame. Así podríamos poner otros ejemplos. Admito que tienen que hacerse reformas en la participación de los ciudadanos en el sistema legislativo, en la inicativa legislativa popular, en la participación...
Como socialista vasco, ¿qué cree que ha percibido la sociedad vasca que ha hecho mal el lehendakari Patxi López?
Sería muy fácil para mí decir que la sociedad vasca no ha sido justa con el lehendakari. En el fondo es lo que pienso pero no lo puedo decir porque creo que los electores son justos con sus decisiones. Yo creo que los componentes electorales en el País Vasco se mueven muy poco, y nosotros nunca hemos tenido una representacion mucho mayor que la que ha obtenido ahora Patxi López. En segundo lugar creo que hay un efecto coyuntural con la presencia de Bildu en el panorama político que ha recibido injustamente una prima por su compromiso con la paz. Quizás esto explica lo que ha ocurrido.
Sobre el escándalo de corrupción que salpica al PSC en Sabadell. ¿Cree como Pere Navarro que los imputados son inocentes?
Sí. Creo como Pere Navarro que son cuestiones muy menores y que en todo caso los compañeros son inocentes. Creo eso y estoy francamente preocupado por la dimensión exagerada que parece desprenderse de las primeras informaciones sobre el asunto.
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