Emulando a los rectores de las universidades, que dieron plantón al ministro de Educación el pasado mes de mayo, hoy el Sindicato de Estudiantes (SE) se ha marchado de una reunión dejando a José Ignacio Wert con la palabra en la boca.

El objetivo del encuentro era tratar la reforma de la enseñanza no universitaria, pero los representantes de los alumnos lo consideraron 'una farsa' y decidieron abandonar la sala antes de tiempo. Además, igual que los sindicatos laborales, el SE ya prepara movilizaciones estudiantiles desde el inicio del próximo curso, en septiembre.

'Nos hemos levantado porque el Gobierno tiene muy claro que quiere desmantelar la educación pública y nosotros, evidentemente, no vamos a participar en eso, sino todo lo contrario; vamos a movilizarnos, a tratar de poner en pie de guerra a la juventud', declaró a Efe el secretario general del SE, Tohil Delgado.

El ánimo, aseguró Delgado, es 'paralizar' la escuela pública al comienzo del curso próximo para evitar que el Partido Popular pueda 'destruirla', aunque Delgado no ha precisado más.

Según el líder del SE, la reunión, a la que asistieron otras organizaciones estudiantiles, no tiene el 'mínimo ánimo' de conocer la opinión de la comunidad educativa. La reforma 'pretende únicamente acabar con la escuela pública tal y como la conocemos y no va a contar con apoyo ni colaboración del Sindicato de Estudiantes: nos va a tener justamente enfrente', enfatizó. Por eso habrá movilizaciones, ha querido justificar, 'sumamente contundentes' y de 'gran impacto' entre la comunidad escolar y toda la sociedad.

Ahora, con el curso acabado, organizar al movimiento estudiantil es 'prácticamente imposible', explicó Delgado, aunque la juventud en general sí que está implicada, ha dicho, en las 'luchas de solidaridad' con los funcionarios y los mineros. 'Queremos que el primer día de inicio del curso haya una respuesta contundente de la comunidad educativa y, en las primeras semanas, el SE tratará de organizar una auténtica rebelión juvenil contra unas medidas que lo que hacen es dejarnos sin una posibilidad de futuro digno', concluyó.

Por la Confederación Estatal de Asociaciones de Estudiantes (CANAE), su presidente, Álvaro Ferrer, opinó que, si los programas de cualificación profesional inicial no condujeran finalmente al título de ESO, pueden suponer que el alumno no alcance las competencias de la educación básica.

Además, las pruebas planteadas al final de cada etapa educativa con efectos académicos significan que 'se carga sobre los estudiantes' los problemas del sistema, ya que no se evalúan los procesos de enseñanza, detalló Ferrer, que también consideró 'irreal' que el Gobierno pretenda tener listo en el octubre el anteproyecto de reforma si es que se quiere de verdad un debate a fondo de las medidas con la comunidad educativa.