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Cuando sí se puede votar

División de opiniones entre los partidos ante la propuesta del conservador Cameron de convocar un referéndum vinculante sobre la independencia en Escocia. PP y PSOE inciden en que el caso británico no es extrapolable

JUANMA ROMERO

'Por cada escocés a favor de la unión, hay 99 en contra'. Corre el año 1707. Daniel Defoe, periodista, escritor –y autor, claro, de Robinson Crusoe–, pinta con esas palabras el panorama con el que se da de bruces: una Escocia hostil y contraria a la fusión con los ingleses. Pero Defoe trabaja como espía a sueldo de Londres y debe presionar a favor de la unión de dos naciones separadas, aunque atadas bajo unamisma Corona desde 1603.

1707 marca un hito: se sanciona el Acta de Unión, por la que Inglaterra y Escocia se constituyen como un único Estado. Nace el Reino de Gran Bretaña. Mueren el Parlamento y la autonomía escocesas.

Los nacionalistas dicen que la clave está en atreverse a preguntar

Más de 300 años después, Escocia puede recuperar su independencia. Podrá votar si la quiere o no en referéndum.

El mundo mira de nuevo a Escocia. También España, donde sólo el planteamiento de la consulta reabre las fronteras entre nacionalistas y no nacionalistas.

Todo se aceleró el pasado lunes. David Cameron, el primer ministro británico, un 'apasionado' partidario de mantener la integridad territorial de Reino Unido, lanzó su órdago: si los escoceses ansían un referéndum de autodeterminación, lo tendrán cuanto antes, en un plazo de 18 meses. El líder tory no quiere ni oír hablar del otoño de 2014, la fecha programada por el Partido Nacional Escocés (SNP, en inglés), la formación independentista que gobierna el país desde 2007 bajo la batuta de Alex Salmond y que el pasado mayo arrasó en las urnas (69 de 129 escaños). El SNP se daba hasta 2014 para ir amasando apoyos a favor no tanto de la completa secesión de Londres, sino de la consecución de una mayor autonomía financiera. Pero Cameron no quiere terceras vías ni medias tintas: plantea una consulta rápida, 'legal, justa y decisiva' –o sea, vinculante– [descargar condiciones del Ejecutivo], en la que se vote o no a la independencia. Y si sale no, como espera, se acabaron los coqueteos segregacionistas.

Alaban la 'madurez democrática' de Reino Unido frente al Estado español

Los partidos en España reproducen casi milimétricamente los esquemas ya expuestos en otros procesos de autodeterminación. PP y PSOE, como UPyD, Foro Asturias (FAC) o Unión del Pueblo Navarro (UPN), remarcan las 'diferentes realidades y coyunturas' de Reino Unido y España que hacen imposible dibujar paralelismos. Los nacionalistas, casi sin matices, reconocen las distancias, pero aducen que la clave no reside en las condiciones de Cameron, sino en el hecho de atreverse a ofrecer una consulta soberanista, prueba palmaria de la 'madurez democrática' de los británicos. Público ha sondeado a los 16 partidos que se sientan en el Congreso. Y la que sigue es su opinión.


Fue Tony Blair, laborista, quien devolvió la autonomía a Escocia, haciendo posible que el Parlamento regional se volviese a abrir en 1999, después de casi tres siglos. Y ha sido Cameron, conservador, quien ha ofertado la consulta de independencia. ¿Una paradoja?

'No, no tiene nada que ver con el eje izquierda-derecha, sino con la estructura y la tradición anglosajona, muy distinta a la española. La situación no es extrapolable', responde Leopoldo Barreda, portavoz del PP vasco y también diputado en la Cámara Baja. Gaspar Zarrías, secretario de Política Autonómica del PSOE, también rehúye comparaciones: 'Somos dos países con dos organizaciones distintas. España tiene un modelo autonómico, basado en el acuerdo y la convivencia de territorios, ya muy descentralizado y donde se han limado las diferencias de desarrollo entre regiones'.

En las mismas posiciones se alinean los diputados Carlos Salvador (UPN) y Enrique Álvarez Sostres (FAC). También Carlos Martínez Gorriarán (UPyD): 'Forma parte de las luchas interpartidarias y no le daría una importancia desmesurada a que sean los tories los que den el paso, aunque no me haga gracia que se juegue con eso'.

'Está en la cultura británica. Se creen la democracia y esta tiene raíces profundas. Y el pedigrí democrático de España no es el mismo'. El dictamen es de Aitor Esteban, diputado del PNV, pero se oye casi calcado por boca de otros portavoces nacionalistas.

Oriol Pujol, presidente del grupo de CiU en el Parlament, habla de 'solidez y madurez democrática, aun con las argucias y tácticas de Cameron'. Alfred Bosch, cabeza de ERC en Madrid, achaca la decisión de convocar un referéndum a la 'concepción genuina del funcionamiento democrático' de los tories. Joan Josep Nuet, parlamentario catalán de IU, no cree tampoco que sea cuestión de ideologías, sino de calendarios: 'Si el SNP no tuviera mayoría absoluta y no hubiera previsto la consulta para 2014, la situación sería distinta. Londres se ha adelantado, también consciente de que, si hace oídos sordos, la situación se complica. Se apuesta así por el diálogo'.


La importancia de la decisión

Triquiñuelas, haberlas, haylas. Ningún partido ve inocente la propuesta de Cameron: pretende desactivar los planes del SNP, arguyendo que marear mucho tiempo con la perdiz del referéndum erosiona las inversiones económicas.

Los nacionalistas se fijan en la 'oportunidad' que ofrece la consulta, 'más allá de cálculos políticos' y del eventual resultado, como dice Jon Iñarritu, diputado de Amaiur. 'Lo importante es que se reconozca el derecho a decidir'. Un derecho, recuerda, que la provincia canadiense de Quebec ha ejercido dos veces (1980 y 1995) y que está recogido en el nuevo Estatuto de la isla danesa de Groenlandia (2009).

El PSOE no ve la independencia una demanda prioritaria ni mayoritaria

'La iniciativa de Cameron ayuda a normalizar el proceso, a desdramatizar', apuntala Joan Coscubiela, portavoz de ICV en el Congreso. Coincide Uxue Barkos, de Geroa Bai: 'Lo básico es que se asume el derecho de cualquier comunidad a expresar su anhelo político'. 'Se prueba que no hay que temer la democracia', indica Joan Baldoví, de Compromís-Equo. Para Ana Oramas, diputada de Coalición Canaria, sin embargo, se trata de 'un pulso entre el Gobierno británico y el escocés', ya que Salmond persigue la emancipación financiera.

Y si importa la consulta en sí misma se debe, según los nacionalistas, a que no hay que dar por descontado el resultado de los referendos. 'Siempre hay una dosis de riesgo', avisa Bosch. Igual que Nuet: 'Es un arma de doble filo'. En Escocia, son aún más los que prefieren seguir en Reino Unido (53%), pero crece el número de los que avalan la independencia: 33%, cuatro puntos más que en mayo pasado, según el sondeo de esta misma semana de YouGov.

PP y PSOE simplemente trasladan su 'respeto' a la decisión de Londres. Barreda y Zarrías reiteran que no caben 'mimetismos'. 'Parece claro que Cameron está instrumentalizando el debate a su favor', afirma Salvador.


'No se trata de que tengamos en España tabúes acerca de las consultas, es que la prioridad es otra. Hoy, la crisis y antes, no la autodeterminación, sí la profundización del autogobierno. El referéndum no es una demanda mayoritaria. El plan Ibarretxe, por ejemplo, no tuvo respaldo y ahora ese tema no está de verdad ni en la agenda del PNV', subraya el dirigente socialista.

Los nacionalistas destacan que la propuesta nace en el corazón de Europa

Zarrías responde al término en el que confluyen las voces nacionalistas: tabú. No se concibe proyectar una consulta por 'la herencia de una concepción unitaria del Estado, hija del franquismo y con arraigo en los tiempos anteriores a la dictadura', precisa Francisco Jorquera, portavoz del BNG. El peso del pasado explica, para Nuet, que la Constitución no reflejara 'el carácter plurinacional, pluricultural y plurilingüe del Estado'. 'Claro que hay tabúes. Sólo emplear las lenguas cooficiales en el Congreso o el Senado provoca sarpullido, sobre todo en la bancada del PP', asume Chesús Yuste, diputado de Chunta Aragonesista. Pujol entrevé otra razón para el 'vértigo y angustia' ante un posible referéndum: una 'estructura democrática demasiado joven y tierna'.

Oramas y Salvador admiten la poca 'tradición' que hay en España de preguntar a los ciudadanos. 'Nos da miedo la participación ciudadana. Cuando un ayuntamiento plantea una consulta, es noticia nacional', reflexiona la portavoz de CC.

La propia Constitución, para las fuerzas nacionalistas, impone trabas a las autonomías, pues reserva al Estado el poder de convocar referendos, cuestión que PSOE y PP rehúsan cambiar. 'Y en cambio se ha probado que no es inmutable, que ahí está la reforma exprés de la Carta Magna pactada este verano por los dos grandes partidos', rememora crítico Baldoví.


La Constitución blinda al Estado contra las consultas soberanistas

No es Canadá, no son los Balcanes, no son las ex repúblicas soviéticas. No es Kosovo, que proclamó unilaterlamente la independencia, ni Checoslovaquia, que se escindió en 1992 sin preguntar siquiera a los ciudadanos. Es en Reino Unido donde asoma la secesión. 'Un salto mental para muchos. Esto es Occidente, esto es una democracia avanzada, histórica. Es un camino que no se emprendía en esta parte del mundo desde hacía muchos años', enfatiza Bosch. Y con él asienten los demás nacionalistas. 'Gran Bretaña es el corazón de la democracia', concierta Esteban, 'un referente ineludible', añade Iñarritu.

Barreda limita la repercusión del eventual referéndum a Inglaterra y Escocia, aunque sí concede que 'los nacionalistas encontrarán en él motivos de aliento para sus pretensiones, pero la realidad es la que es'. 'La UE no reparte soberanía. Es al revés. Es a Europa a quien se cede la soberanía', apunta Martínez Gorriarán.

Pronto es aún para aventurar pronósticos. Queda trecho para ver cuánto se cumple de aquella constatación de Defoe 300 años después. Y cuál es la magnitud de la sacudida que seguirá en Catalunya, Euskadi, Galicia o Flandes (Bélgica), los territorios con tensiones nacionalistas más a flor de piel.


Pese al impacto del caso escocés, ningún partido prevé que Mariano Rajoy, o un próximo Gobierno central, emule a David Cameron. PSOE y PP no contemplan esa opción y se apoyan, de nuevo, en las “realidades diferentes”. “No nos van a encontrar en intentar dividir un país plural”, apunta Gaspar Zarrías.

Los nacionalistas apoyarían un referéndum como el de Londres, aunque entienden que debe haber diálogo con Edimburgo. Y lo querrían para España, si bien lo imaginan “muy lejano”. Sólo Amaiur no lo ve “muy remoto”. “Nos gustaría que políticos vascos y españoles acordaran los términos de un referéndum. Ello garantiza su éxito, al margen del resultado”, insiste el abertzale Jon Iñarritu.

Cameron busca zanjar el conflicto con Escocia al adelantar la votación. En España, nacionalistas y no nacionalistas discrepan. Que se pregunte una vez no quiere decir que no se pueda volver a inquirir a los ciudadanos pasados unos años. Una consulta sí introduce al menos, dice Aitor Esteban (PNV), “paz social, si se ha hecho con fair play [juego limpio]”. Oriol Pujol (CiU) cree que lo que zanja conflicto son “mayorías claras”. “No resuelve nada. El nacionalismo es insaciable”, alega el conservador Leopoldo Barreda.

 

Escocia

Población: 5.222.100 habitantes (a 30 de junio de 2010).

PIB per cápita: 28.000 euros (según datos de Eurostat de 2008, publicados el 24 de febrero de 2011).

Apoyo a la independencia: 33% (sondeo YouGov de enero de 2012).

País Vasco

Población: 2.184.606 (datos del INE a 1 de enero de 2011).

PIB per cápita: 34.500 euros (Eurostat, 2008).

Apoyo a la independencia: 36% (Euskobarómetro de mayo de 2011).  

Catalunya 

Población: 7.539.618 habitantes (datos del INE a 1 de enero de 2011)

PIB per cápita: 30.300 euros (Eurostat, 2008)

Apoyo a la independencia: 45,4% (Centre d'Estudis d'Opinió, CEO, tercera oleada de 2011). 

Galicia

Población: 2.795.422 habitantes (datos del INE a 1 de enero de 2011)

PIB per cápita: 22.300 euros (Eurostat, 2008)

Apoyo a la independencia: 1,7% (CIS, barómetro autonómico de 2011)

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