El busto de Azaña ha vuelto. Después de llevar un día escondida por el PP , la efigie del último presidente de la República ha recuperado el lugar de honor en el Congreso, en el vestíbulo principal de la Cámara, donde fue colocada hace 23 días.

La escultura fue trasladada ayer al de la segunda ampliación del Congreso, ocupando el sitio que ocupaba el busto del exministro Ernest Lluch, asesinado por ETA, que ha sido desplazado unos metros. La Mesa del Congreso no había tratado esta cuestión, según se ha quejado el PSOE, reclamando a los conservadores, que dirigen la Cámara con mayoría absoluta, 'un mínimo de respeto'. 

En su día, José Bono, quiso conferir a Azaña especial relevancia por tratarse de un Jefe de Estado y ubicó su estatua en un lugar privilegiado. Durante su presentación, el expresidente socialista del Congreso advirtió de que cambiar la ubicación de la escultura sería 'deshonrar la memoria de la libertad'.

Los servicios de la Cámara niegan que el traslado se haya debido a una decisión 'política'

La intención del traslado, según fuentes parlamentarias, era 'despejar' de mobiliario el vestíbulo antes de la celebración de la solemne sesión de apertura de la legislatura, que en esta ocasión está convocada para el martes 27. Los operarios del Congreso han devuelto la escultura a su emplazamiento original para 'evitar malentendidos'.

Los servicios de la Cámara señalaron que la decisión de desplazar a Azaña era 'temporal', hasta que se celebrara la solemne sesión del martes, y que, en ningún caso se debía a una decisión 'política' del presidente del Congreso o de la Mesa. Lo cierto es que después de tener conocimiento del traslado, el PSOE presentó una protesta por entender que una decisión así debía corresponder a la Mesa de la Cámara, lo que ha contribuido también a la rápida restitución de la pesada pieza escultórica.