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Andalucía blinda el lugar donde mataron a Blas Infante

La Junta declarará el emblemático kilómetro 4 de la carretera de Carmona como su primer Lugar de Memoria Histórica, nueva figura de protección

ÁNGEL MUNÁRRIZ

Asesinado el 11 de agosto de 1936 -en breve hará 75 años- y considerado por el Parlamento como 'Padre de la Patria Andaluza', quizás no haya figura histórica que concite mayor consenso político hoy que Blas Infante, reivindicado con matices desde la izquierda independentista hasta la derecha democrática. El lugar donde el padre del andalucismo fue fusilado sin juicio ni sentencia, el kilómetro 4 de la carretera de Carmona (Sevilla), punto de frecuentes homenajes institucionales y actos reivindicativos, se convertirá en el primer Lugar de Memoria Histórica de Andalucía, según fuentes solventes.

El Consejo de Gobierno de la Junta de Andalucía aprobó ayer un decreto que crea esta nueva figura, Lugares de Memoria Histórica, 'definidos como aquellos enclaves vinculados a hechos o acontecimientos singulares ocurridos durante la Guerra Civil española y la dictadura'.

La consideración de un enclave como Lugar de Memoria significará que la administración pública titular deberá identificarlo, señalizarlo -con un monolito, una placa u otra fórmula-, preservarlo y, en caso de que experimente alguna transformación de importancia, mantener 'una huella o registro permanente que sirva para recordar los hechos', según el decreto, cuyo contenido avanzó Público el pasado 14 de enero.

'La idea es hacer un recordatorio y un homenaje a las personas que sufrieron violencia por defender la democracia. Hablamos de lugares que han sido testigos de tropelías en contra de la libertad', afirmó ayer Francisco Menacho, consejero de Gobernación y Justicia. En declaraciones a Público, Menacho aseguraba que su intención era que la declaración de los primeros Lugares de Memoria fuera 'antes de fin de año'.

El consejero es consciente de que hay ayuntamientos 'más reacios' a llevar a cabo medidas de reconocimiento de las víctimas de la represión franquista. Hace sólo unos días el Ayuntamiento de Granada retiró una placa-homenaje a las víctimas de la tapia de un cementerio. ¿Puede quedar el decreto en nada si no hay voluntad política del ayuntamiento titular de lugar protegido con esta figura? 'A la inclusión de un lugar en el catálogo no se pueden oponer, pero puede haber problema si se niegan a identificar o señalizar', admite Menacho.

El proceso para proteger una zona con esta nueva figura parte del Comisariado para la Recuperación de la Memoria Histórica, cargo que actualmente ostenta Juan Gallo. Un grupo de siete expertos estudiará las propuestas que este haga, que pueden ser a su vez recogidas de particulares o asociaciones.

El comité, además de Juan Gallo, tendrá siete miembros, de los que están confirmados seis: Fernando Martínez, catedrático de Historia Contemporánea de la Universidad de Almería; Juan Ortiz Villalba, profesor de la Universidad Pablo Olavide; Maribel Brenes, presidenta de la Asociación de Memoria Histórica de Granada; Encarnación Lemos, catedrática de Historia de la Universidad de Huelva; Encarnación Barranquero, profesora de Historia de la Universidad de Málaga, y José María García Márquez, investigador especializado en la provincia de Sevilla.

En caso de que su informe sobre el lugar sea positivo, el comité lo remitirá a la Comisión Interdepartamental para el Reconocimiento de las Víctimas de la Guerra Civil y del Franquismo, que también deberá pronunciarse. Este órgano, de coordinación entre departamentos de la Junta, también podrá proponer la protección del lugar con alguna de las figuras recogidas en la Ley Andaluza de Patrimonio Histórico, entre ellas la de Bien de Interés Cultural (BIC).

La Junta ya inscribió en mayo el lugar donde fue asesinado Blas Infante en el Catálogo General del Patrimonio Histórico como Bien de Interés Cultural, con la tipología de Sitio Histórico. Situada al noroeste de la intersección entre la ronda de circunvalación SE-30 y la avenida Kansas City, la zona protegida incluye el antiguo cortijo, la plaza pública y el monumento conmemorativo.

La declaración final de un enclave como Lugar de Memoria Histórica corresponde al Consejo de Gobierno y conlleva un informe 'exhaustivo', según el decreto, 'con documentación sobre el lugar, su evolución histórica y la narración de los hechos que motivan su reconocimiento con los datos sobre las personas e instituciones que se vieron involucradas'.

El proceso es algo farragoso, aunque según Menacho no tiene por qué durar más de seis meses. Los Lugares de Memoria se inscribirán en un catálogo abierto que estará disponible para la consulta de los ciudadanos. En Andalucía también es ya público -está en la web de la Consejería de Justicia- un mapa con más de 600 fosas.

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