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El PSOE recurre a la corrupción para despertar a su electorado

Luna acusa a Camps de compartir intereses con la 'Gürtel' y Alarte presenta un 'Decálogo por la dignidad'

BELÉN TOLEDO

Después de una comparecencia en la que detalló la presunta corrupción del PP valenciano, y del anuncio solemne de que con él llegará la transparencia a la Generalitat, el candidato socialista Jorge Alarte dejó escapar una justificación que nadie le había pedido: 'No les hemos convocado para regodearnos en lo que ya saben porque para depresión, negror y tristeza, ya está [Francisco] Camps. Nosotros les hemos convocado para decirles que se puede gobernar de otra manera'. La frase, con la que Alarte parecía estar pidiendo perdón por ocuparse un día más de los defectos del contrario en vez de destacar los méritos propios, refleja la indecisión que está marcando los actos de la campaña electoral del PSPV. El candidato bascula entre dos mensajes principales sin terminar de decantarse por una sola idea fuerza que lanzar al electorado.

Por un lado, el afán por presentarse como una alternativa sólida, una opción política hecha en positivo y no a la contra, llena de propuestas capaces de sacar al País Valencià de la crisis y con el AVE, financiado por el Gobierno socialista, como muestra de promesas cumplidas. Esa es la estrategia que líderes nacionales de su partido como Alfredo Pérez Rubalcaba o José Blanco recomendaron públicamente a Alarte en la precampaña. Y es lo que él intenta hacer a través de encuentros con representantes de la sociedad civil.

Alarte llama a un 'gran esfuerzo' para que los votantes conozcan la Gürtel'

Pero luego, en el día a día, a la hora de escribir el discurso de los grandes mítines y de subirse al escenario, a los socialistas valencianos les puede más la indignación y la convicción de que podrán ganarse al votante del PP a fuerza de situar una y otra vez en el candelero los escándalos judiciales que afectan a sus dirigentes. Surge entonces el otro gran mensaje de la campaña: la denuncia de la galopante a la par que presunta corrupción del PP valenciano, en un intento de explicar a los ciudadanos que, según se desprende de la investigación judicial en marcha, les han estado robando dinero público a manos llenas en los últimos seis años.

En el acto de ayer, Alarte se mostró convencido de que denunciar la corrupción sí les ayudará a ganar las elecciones. Intentó combatir la percepción generada y extendida por el PP de que a la gente no le preocupa la corrupción. 'Muchos os habréis preguntado: ¿Cómo puede ser que los valencianos no vean esto?', planteó, para después responderse a sí mismo que el problema es de falta de información: 'La inmensa mayoría de la gente es honrada (...), pero tenemos que hacer un gran esfuerzo, porque están cada uno en su casa, no están conectados entre sí, y ni Canal 9 ni la Generalitat los vertebra'.

Acto seguido, Alarte presentó su 'decálogo por la dignidad', un conjunto de propuestas concretas para que la Generalitat gane en transparencia y deje de ser un foco de supuestos escándalos. Prometió un sistema valenciano de integridad, que incluiría una ley de calidad democrática y el impulso a los órganos públicos de auditoría el Síndic de Greuges y el Síndic de Comptes. Además, propuso una comisión de ética de la Presidencia, compuesta por 'cinco personalidades relevantes y prestigiosas de la Comunidad Valenciana', que serían propuestas por el presidente de la Generalitat y aprobada en Les Corts por mayoría de dos tercios. Entre otras medidas, crearía la plataforma electrónica 'Generalitat Oberta' para que la ciudadanía tenga 'acceso a la información pública de manera sencilla, rápida y gratuita'.

Luna compara el Gobierno valenciano con un cluster' de corrupción

Junto a Alarte, presentó el acto Ángel Luna, cabeza de la lista autonómica por la provincia de Alicante y portavoz parlamentario. Luna describió la trama Gürtel como un cluster; es decir, un entramado de varios núcleos que actúan con un interés común. Aprovechando este símil empresarial, el portavoz explicó que durante años hubo 'relaciones estables y duraderas', estrechas incluso desde el punto de vista personal y familiar, que llevaron a una comunión de intereses entre la cúpula del PP valenciano y los empresarios de la trama Gürtel.

La consecuencia es que, supuestamente, la trama dispuso de información privilegiada que aprovechó para disfrutar de jugosas comisiones. Luna puso varios ejemplos de este mecanismo. Uno de ellos es la agenda del empresario Pablo Crespo, desvelada por Público, en la que el dirigente de la red Gürtel dejó constancia de que conocía que se iba a producir la visita del papa a Valencia 15 días antes del anuncio oficial. Esta anticipación le permitió actuar como intermediario en los contratos públicos y ganar tres millones de euros en comisiones, según un informe policial.

Luna calificó la situación de 'corrupción transversal' y extendió el símil del cluster a la provincia de Alicante con el caso Brugal. También a Castellón, cuya Diputación está presidida por Carlos Fabra, imputado por cohecho, fraude fiscal y tráfico de influencias desde hace siete años, y orgulloso promotor del clientelismo como práctica electoral, según la grabación furtiva de una cena con militantes del PP filtrada a los medios de comunicación.

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