El revuelo suscitado por el artículo del columnista Salvador Sostres el jueves pasado en el diario El Mundo, justificando al asesino machista de Torrejón de Ardoz (Madrid), ha puesto de manifiesto que, para algunos opinadores habituales en los medios, lo que importa es que hablen de uno, aunque sea mal. Pero, ¿hasta dónde se puede estirar la fina línea de la libertad de expresión? ¿Hasta qué punto la obsesión de un medio por ganar audiencia, por vender periódicos, justifica la difusión de mensajes que contradicen los principios constitucionales?

No es la primera vez que un comentario en un medio de comunicación provoca una repulsa multitudinaria en la sociedad. Ni es la primera vez que Sostres es su protagonista. Pero este caso ha sido la gota que ha colmado el vaso: hay hechos, como un asesinato, con los que no se puede azuzar el debate y para los que la libertad de expresión no sirve de burladero. Así lo destacan el Gobierno, los periodistas, las asociaciones de mujeres y los usuarios de los medios.

'¿Qué hubiera pasado si un opinador hubiera justificado en un medio de comunicación un asesinato perpetrado por ETA?', plantea la directora del Instituto de la Mujer, Laura Seara. 'No podemos retroceder y limitar la libertad de expresión, pero esto ha superado todos los límites que se podían superar. La lucha por la igualdad es un problema de Estado', insiste.

En su artículo, Sostres se mostró comprensivo con el hombre de 21 años que el miércoles mató a su novia embarazada, de 19 años, al enterarse de que esta le iba a dejar y de que el hijo que esperaba era de otro hombre. El agitador escribió que no justifica un asesinato, pero llegó a expresar que se reconoce 'en el dolor del chico'. 'Cuando todo nuestro mundo se desmorona (...) ¿puedes estar seguro de que serías en todo momento plenamente consciente de lo que hicieras?', planteó. La Fiscalía investiga si perlas dialécticas como estas son delito.

Seara preside el Observatorio de la Imagen de las Mujeres, que vela por que los medios no transmitan mensajes (información o publicidad) que denigren a las féminas. En los últimos días ha recibido decenas de llamadas de asociaciones y ciudadanos arremetiendo contra el artículo publicado en El Mundo. Seara envió inmediatamente una carta al director, Pedro J. Ramírez, expresándole su indignación, como hace cada vez que recibe una denuncia.

'Lo que pedimos a estos medios de comunicación que recogen opiniones de estos individuos es que no sean sus altavoces. Este mensaje está haciendo un daño brutal a la sociedad, a todo lo que se ha avanzado en materia de Igualdad', explica Seara.

'Con la libertad de expresión no vale todo, hay valores que uno debe lamentar y combatir, como son el terrorismo y la violencia de género', asegura Gabriel Sánchez, doctor en Ciencias de la Información y autor del estudio Presencia e imagen de la mujer en la prensa española.

Sánchez aboga porque la prensa se autorregule. 'El periódico es el máximo responsable de lo que dicen sus comunicadores y debe saber cuándo una columna no es legítima. Sostres vive de la provocación, pero un periódico siempre debe defender los valores legítimos de la sociedad. Es una obligación defender a las víctimas de la violencia de género', insiste.

También la presidenta de la Federación de Asociaciones de Periodistas (Fape), Elsa González, defiende que cada medio debe autorregularse, es decir, prohibirse a sí mismo publicar aquellos puntos de vista, enfoques y formas de elaborar una información que contradigan valores universales como es el derecho a la vida o la igualdad. 'Artículos de este tipo tiran por tierra toda la credibilidad que atesoramos los periodistas. Si perdemos rigor y credibilidad, la sociedad pierde. Hay que dejar claro que esto no es periodismo. El periodista mantiene vigilante la democracia de un país, manteniendo a raya al político de turno', aclara.

El presidente de la Asociación de Usuarios de la Comunicación (Auc), Alejandro Perales, también aboga porque los medios refuercen 'su rigor deontológico' y recuerda que columnas como la de Sostres, un colaborador habitual, no pueden caer en el medio como por sorpresa. 'El medio no puede hipócritamente dolerse de lo ocurrido como si fuera algo imprevisto, demuestra una falta de responsabilidad y diligencia', insiste.

Pese a las críticas, Pedro J. Ramírez seguirá contando con Sostres, aunque se reducirán las colaboraciones y se leerán con lupa. Cuando venza el contrato, Ramírez estudiará si le renueva. 'Tiene que colocar en el otro lado de la balanza sus principios periodísticos', asegura Elsa González.

El jueves, Ramírez se vio obligado a disculparse a través de twitter por la publicación del artículo. Incluso lo retiró de su edición digital. Pero el mal ya estaba hecho. Las críticas cayeron en tromba. Incluso los trabajadores del diario enviaron una carta a la dirección quejándose. En unas líneas, Sostres echó por el suelo el trabajo diario de los periodistas de la publicación en pro de la igualdad.

Para la presidenta de la Asociación de Mujeres Separadas y Divorciadas, Ana María Pérez del Campo, el artículo de Sostres representa un 'intento de desvirtuar el principio de igualdad'. Del Campo responsabiliza a la prensa de perpetuar un machismo que creía extinguido, dándole cobertura. Y añade que 'el periodismo se desprestigia a pasos agigantados'.

El Observatorio de Violencia sobre la Mujer debatirá el próximo martes si se toman medidas contra Sostres. Su vicepresidenta, Yolanda Besteiro, que también preside la Federación de Mujeres Progresistas, insta a los medios a que actúen para evitar que se repitan estos episodios. 'Con su palabra incita a otros hombres, da cobertura a los maltratadores. Ha tirado por tierra nuestro trabajo del día a día', lamenta. Ángela Cerrillos, la presidenta de la asociación Themis, también llama a los medios y a la sociedad civil a actuar: 'Los ciudadanos debemos denunciar cuando se traspase la frontera haciendo apología del delito'.

2.440 quejas
El Observatorio de la Imagen de las Mujeres recibió en 2010 2.440 quejas por mensajes denigrantes y discriminatorios.

1.805 en televisión
Del total, 1.805 denuncias se referían a contenidos emitidos en televisión. Otros 317 eran sobre anuncios publicitarios. El resto eran sobre canciones, artículos de opinión, etc.

20% hombres
Una de cada cinco quejas las ponen hombres.

'Hay muchas formas de violencia, y es atroz la violencia que el chico [‘el asesino de la webcam'] recibió al saber que iban a dejarle y que el niño que creía esperar no era suyo'
Salvador Sostres
El Mundo (7/04/2011)

'Las chicas jóvenes de 17, 18, 19 años...Es ahí donde está la tensión de la carne. Esas vaginas que aún no huelen a ácido úrico...'
Salvador Sostres
Telemadrid (17/11/2010)

'Me topé con unas lolitas, de esas que se visten como zorritas...Tendrían unos trece años. Subí con ellas y las muy putas se pusieron a turnarse. Mientras una se iba al váter, la otra se me trajinaba'
Fernando Sánchez Dragó
‘Dios los cría...' (Planeta)

'Seguro que creen que yo soy un chupapiés, un pelele, un pagafantas... Se equivocan. Soy un maltratador. He sido condenado a un año de cárcel'
Supuesto esclavo sexual, contratado en ‘Sálvame'
Telecinco (14/01/2011)

'El revanchismo ‘de género' no ha hecho sino aumentar (...) la tasa de actos de violencia machista al lanzar a las mujeres al choque con machos ignorantes y brutales, hombres que -nunca olvidemos esto- han sido gestados, amamantados, criados y formados por mujeres'
Enrique Lynch
El País (19/11/2009)