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Trinidad Jiménez espera "ver avances" en Siria

Apela a 'los ritmos diferentes' para explicar los procesos pendientes

CAROLINA MARTÍN

La ola democratizadora que recorre el Magreb y Oriente Próximo no ha llegado aún a Siria. Una de las autocracias más férreas de la región, y adonde recaló ayer la ministra de Asuntos Exteriores, Trinidad Jiménez, quien dijo estar convencida de que 'pronto' se podrán 'ver avances que pueden ser muy importantes para Siria y para la región'. A esta conclusión llegó después de entrevistarse con el presidente del país, Bachar al Asad, y varios de sus ministros en su tercer día de gira por Oriente Próximo. Ante ellos y de manera 'franca, directa y clara', según calificó la conversación, Jiménez expuso su mensaje sobre las bonanzas de la ola democratizadora que están viviendo Túnez y Egipto: 'El proceso de cambio en el mundo árabe es enormemente estimulante y abre grandes oportunidades'. No obstante, apuntó que existen 'ritmos diferentes teniendo en cuenta las circunstancias diferentes que hay en cada país'.

Su homólogo, Wallim Moallen, señaló tras su encuentro que habrá reformas, recordando el plan anunciado por Al Asad en una entrevista. Primero, a nivel de elecciones locales y después, en el Parlamento. En este sentido, Moallen resaltó que están dando pasos 'para hacer reformas que se van a conocer este año', y recordó que sus 'posturas representan la opinión del pueblo y la sociedad civil'.

El ministro sirio, sin embargo, prefirió no dar explicaciones sobre la detención del activista y defensor de los derechos humanos Alí Abdala, condenado el pasado domingo a tres años de prisión después de publicar un escrito en el que criticaba la relación entre Siria e Irán.

Por otro lado, un equipo de TVE fue testigo ayer del control del régimen durante el paseo que la ministra Jiménez realizó por la mezquita de los Omeyas. Mientras grababan imágenes, se encontraron con una protesta en la que decenas de personas gritaban '¡Siria libre!', en el marco de la convocatoria a través de internet del día de la ira, y que fue reducida casi de inmediato por policías de paisano. De hecho, cuando Jiménez concluyó el recorrido por la mezquita no había ni rastro.

Otro de los temas polémicos tratados fue el conflicto de Libia. Moallem negó que su Gobierno esté apoyando a Muamar Gadafi. 'No hemos enviado ningún barco con armamento hacia Libia', aseguró. El ministro destacó que están 'muy preocupados' por los que está ocurriendo y subrayó que su posición es de 'principios y no de parte'. Ni a unos ni a otros: 'No ofrecemos respaldo militar a ninguna parte'.

Contrario a una intervención militar, Moallem puso como ejemplo lo ocurrido en Irak, Sudán o Gaza para destacar que todas fueron 'experiencias amargas', y además con muchos riesgos.

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