El Consejo de Ministros aprobará hoy el anteproyecto de ley para la creación de los tribunales de instancia. Es la última apuesta del Ejecutivo para modernizar la Justicia, que ganará 'rapidez y seguridad jurídica', mediante la desaparición de los juzgados tal y como los conocemos para convertirlos en tribunales colegiados, explicó ayer el secretario de Estado de Justicia, Juan Carlos Campo.

A grandes rasgos, se trata de que los partidos judiciales (unidad territorial en la que se organizan los juzgados) pasen a convertirse en tribunales de instancia, de los que formarán parte todos los jueces adscritos a cada uno de ellos. De esta forma, se facilitará la sustitución de magistrados, incluso, entre las distintas jurisdicciones, en función de la carga de trabajo que estas presenten.

Los jueces decanos serán sustituidos por presidentes, designados por elección en los tribunales que cuenten con más de diez jueces y por antigüedad en los que no alcancen esa cifra.

Las asociaciones de jueces, que no han sido consultadas para la redacción del texto, consideraron favorable la iniciativa. Francisco de Vitoria entiende que la propuesta contribuirá a la supresión de los 'obsoletos' juzgados actuales. 'Es la única manera de homogeneizar y cohesionar la Administración de Justicia y racionalizar el sistema', declaró su portavoz, Marcelino Sexmero. El de Foro Judicial Independiente, Javier Varona, destacó que 'pone de relieve lo que realmente necesita la Administración de Justicia: jueces'.

El más escéptico fue el portavoz de la Asociación Profesional de la Magistratura, Pablo Llanera, que estimó que, si el anteproyecto es similar al informe que presentó la comisión ministerial, se trata más de una 'operación estética' que de un verdadero 'cambio de cultura', como a su juicio señalan desde el gabinete del ministro de Justicia, Francisco Caamaño.

Para Llanera, el hecho de que las decisiones que antes tomaba un solo juez puedan ser dictadas por un órgano colegiado 'ralentizará' las resoluciones.