El Gobierno valenciano, presidido por Francisco Camps, persiste en su estrategia de cerrar los ojos a todos los presuntos casos de corrupción que salpican la Comunitat. Este viernes, la portavoz del Consell, Paula Sánchez de León, tachó el caso Brugal, en el que está implicada una veintena de dirigentes del PP y tres del PSOE, como un 'montaje' hecho con el fin de 'romper las reglas del juego democrático'. La portavoz no aclaró en qué se basaba para sostener tales acusaciones. 'No hacen falta pruebas para entender que lo que se ha perseguido' es un 'clima generalizado de confusión, crispación e indefensión' al publicarse en los medios detalles del sumario antes de que los conozcan los implicados, contestó.

Sánchez de León confió 'absoluta y totalmente en la honorabilidad e integridad' de los consejeros Juan Cotino y Mario Flores y del ex conseller Fernando de Rosa. De los tres han aparecido conversaciones con el empresario Enrique Ortiz, imputado en la Brugal. La portavoz sostuvo que 'no hay que explicar una conversación privada'.

Ortiz también se desentendió. Hablará del sumario, dijo, 'cuando sea el momento', y dejará 'contentos a todos', informa Efe.

En Madrid, el vicesecretario de Comunicación del PP dudó incluso de la determinación con la que el PSOE ha actuado en la Brugal, caso por el que ya han dimitido dos de los tres implicados. Esteban González Pons instó a los socialistas valencianos a explicar por qué fuerzan la renuncia de sus cargos 'con tan poco avance procesal'. 'Por lo que a nosotros respecta, se han publicado informes policiales, no son todavía resoluciones judiciales', justificó, informa M. J. Güemes.