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Un día de euforia en el Consejo de Ministros

Zapatero cierra un acuerdo de estabilidad por primera vez desde que gobierna

GONZALO LÓPEZ ALBA

Euforia. Ese es el estado de ánimo que ayer, por primera vez en mucho tiempo, contagió el presidente del Gobierno al Consejo de Ministros cuando anticipó a sus miembros el cierre del pacto de legislatura con el PNV y Coalición Canaria, que le permitirá gobernar hasta 2012 sin los sobresaltos e incertidumbres de la geometría variable.

No es para menos porque, en plena crisis económica y de imagen del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero ha cerrado en un tiempo récord de cuatro días dos acuerdos 'paralelos y complementarios' que le aseguran la estabilidad parlamentaria por primera vez desde que se instaló en el palacio de la Moncloa.

El pacto no se llama 'de legislatura' por una cuestión semántica, pero ese es 'el espíritu' al que responde, según aseguran los negociadores.

Se trata de un acuerdo que, tanto por parte de Zapatero como del presidente del PNV, Iñigo Urkullu, responde al principio de hacer de la necesidad virtud. Un acuerdo entre dos necesitados.

A Zapatero le permitirá emitir 'un potente mensaje de estabilidad' no sólo ante la oposición, sino también ante los mercados, porque el acuerdo incluye el compromiso de PNV y CC de apoyar las reformas económicas que el presidente se propone seguir desarrollando. De hecho, el impacto positivo 'hacia el exterior' era uno de los aspectos más valorados ayer dentro del Ejecutivo. Y, a juicio del Gobierno, es también una mala noticia para el PP porque, en su momento de mayor debilidad, revalida la capacidad de Zapatero para conseguir acuerdos, con la particularidad de que lo ha hecho con un partido al que envió a la oposición y con otro que gobierna su territorio en coalición con el PP, de modo que también podrían estar sentándose las bases para un cambio de alianzas en Canarias.

Con el pacto, Urkullu neutraliza el temor del PNV a que las próximas elecciones municipales en Euskadi se vieran contaminadas por la polarización de la política española, ya que la falta de apoyos para aprobar los Presupuestos habría abocado al Gobierno a disolver las Cortes y hacer coincidir las elecciones generales con la convocatoria de mayo. Además, el presidente del PNV se afianza internamente al recuperar para su partido la etiqueta de 'fuerza imprescindible' para la gobernabilidad de España y el desarrollo del autogobierno de Euskadi.

Chaves negoció también con los tres secretarios provinciales del PSE

Evitar que la factura la paguen los socialistas vascos ha sido una de las principales preocupaciones de Zapatero, que el jueves por la noche mantuvo una larga conversación con el lehendakari Patxi López mientras que el vicepresidente Manuel Chaves se reunía con Rodolfo Ares, el hombre fuerte del Ejecutivo autonómico, y los tres secretarios provinciales del PSE. Los socialistas vascos, aunque el acuerdo no sea de su agrado, se han mostrado 'comprensivos'.

Aunque diversas fuentes aseguran que el acuerdo no incluye ninguna cláusula secreta ni reservada sobre el protagonismo del PNV cuando se aborde el final definitivo de ETA, ese reconocimiento ha flotado en el ambiente de las reuniones celebradas.

No obstante, las mismas fuentes destacan que 'se mantiene intacta la doctrina Rubalcaba', contraria a la reapertura de cualquier proceso de diálogo con la banda. Aunque fue uno de los aspectos más discutidos, la delegación gubernamental se cerró en banda al traspaso de las competencias sobre prisiones.

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