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La Moncloa espera a que amaine la tormenta

Zapatero recibirá a Montilla después de que se conozca el texto íntegro de la sentencia

GONZALO LÓPEZ ALBA

La tormenta política desatada en Catalunya por el fallo del Tribunal Constitucional sobre el Estatut escampará 'el día de las elecciones' y 'un minuto después todos los partidos abrirán una etapa distinta'. A partir de este análisis, al que se añade la reafirmación en el juicio de que la sentencia 'es mucho mejor' de lo que hubieran 'podido soñar', el Gobierno y el PSOE han decidido evitar el enfrentamiento con las fuerzas políticas catalanas y poner el acento en 'la derrota' del PP, el adversario natural del partido que lidera José Luis Rodríguez Zapatero.

El presidente del Gobierno sopesó el lunes la posibilidad de comparecer ante los medios de comunicación, pero finalmente optó por delegar su representación en la vicepresidenta primera y portavoz institucional, María Teresa Fernández de la Vega.

Los socialistas se afanan en evitar una espiral de tensión

Zapatero no tiene programado ningún acto público en su agenda de esta semana, por lo que no se espera que se pronuncie sobre la decisión del TC hasta la próxima, cuando está previsto que se conozca el texto íntegro de la sentencia, con sus fundamentos jurídicos, en los que no se descarta que haya más recortes del Estatut emboscados.

Mientras, Zapatero y Montilla se mantienen en contacto y, al menos de momento, no hay un clima de tensión entre la Moncloa y el Palau de San Jaume, ni tampoco entre el PSOE y el PSC, según aseguran interlocutores de ambos gobiernos y partidos.

El PSC se justifica con el aviso de que la alternativa es un plan Ibarretxe'

En el PSC, donde se ha impuesto la línea 'catalanista' que encarnan el president o Carme Chacón frente a los 'soberanistas' como Ernest Maragall y Antoni Castells, fue acogida con agrado la declaración realizada el lunes por Fernández de la Vega. En Madrid gustó mucho menos el tono empleado por Montilla, pero ayer se le justificaba. 'Tiene que ponerse a la cabeza de la manifestación en defensa del cien por cien del Estatut. Necesita un instrumento para salvar su posición liderando la unidad de los catalanes y también para limitar el terreno a la reacción de los demás partidos', argumentaron al unísono fuentes del PSC y del PSOE.

Así, la posibilidad de que se entrara en una espiral de tensión entre el Gobierno y la Generalitat y entre el PSOE y el PSC parecía ayer embridada, aunque nadie se atreve tampoco a asegurar que este peligro esté definitivamente conjurado.

El malestar que produjo la convocatoria de una manifestación ciudadana por el president se ha aplacado con una justificación que incluye una dosis de recuerdo del plan Ibarretxe: 'Si el president no toma la iniciativa, otros quieren un referéndum, que es ilegal y que pondría el foco de la presión sobre Zapatero'.

Tras este argumento se esconde el reconocimiento de la capacidad de CiU para condicionar la posición del PSC, aunque se espera que en la coalición nacionalista se imponga 'la sensatez' como consecuencia de la prioridad absoluta que Artur Mas concede a su objetivo de convertirse en el próximo president de la Generalitat.

En la dirección del PSOE, a su vez, se asume que liderar la unidad de los partidos catalanes es la única vía que tiene Montilla en estos momentos para 'limitar los daños' en el horizonte de las próximas elecciones, cuya fecha no ha desvelado aún, pero a propósito de la que ya han surgido voces que le aconsejan que haga la convocatoria para finales de septiembre o comienzos de octubre.

Los partidarios de estas fechas opinan que la sentencia sobre el Estatut tendrá una incidencia muy limitada en los flujos de voto porque la gente en estos momentos lo que más penaliza es que los políticos no se concentren en combatir la crisis económica y no se descarta que esta tenga un repunte en otoño.

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