Faltaban escasamente diez minutos para que el avión medicalizado en el que iba a viajar la activista saharaui Aminatou Haidar desde Lanzarote con dirección a El Aaiún despegase. Apenas diez minutos. España contaba con todos los permisos pertinentes. Y la activista saharaui, en huelga desde hace 20 días, había aceptado subirse a la aeronave, aunque no pensaba dejar su protesta hasta llegar a casa. Todo estaba en regla. Pero a última hora, Marruecos dijo no.
Rabat comunicó en el último instante a la torre de control una “contraorden”: el avión no podría salir del aeropuerto de Lanzarote y aterrizar en el Sáhara Occidental. Canceló todos los permisos y sin explicar por qué.
La tarde noche de ayer fue todo confusión en el aeropuerto. Poco antes de las 19.00 horas, se conoció que la situación se desbloqueaba. El Gobierno había conseguido dos cosas. La primera, había recabado de las autoridades marroquíes la autorización de vuelo y de aterrizaje en El Aaiún. Y la segunda, había logrado el consentimiento de Haidar para realizar el viaje. Como explicaron anoche fuentes del Ministerio de Asuntos Exteriores, el Ejecutivo le había ofrecido salir de España con un “salvoconducto”.
El director de Gabinete de Exteriores, Agustín Santos, que ha acompañado a Haidar durante la semana, explicó anoche detalladamente cómo se habían desarrollado los acontecimientos. A las tres de la tarde, hora canaria, el director general de la Policía firma una resolución que concede una “autorización especial” para salir del territorio español.
La Agencia Española de Cooperación Internacional (Aeci) fleta un avión no comercial y el secretario de Estado de Política Exterior, Ángel Losada, se entrevista con el embajador de Marruecos, a quien entrega una nota verbal donde comunica el plan de vuelo y solicita permiso de sobrevuelo y aterrizaje. “A las 16.15 [hora canaria], las autoridades marroquíes otorgaron el permiso para volar y aterrizar”, continuó Santos.
A las 17.30, Santos comunica a la abogada de Aminatou Haidar y a su entorno que la mujer iba a salir, por fin, hacia El Aaiún.
Pero apenas una hora después, “con la puerta del avión cerrada y los motores encendidos, y con un primer permiso de la torre de control de El Aaiún, llega una segunda comunicación de la torre que deniega el permiso de aterrizaje, porque no había sido solicitado con 24 horas de antelación”, concluyó Santos.
Ahora, toca esperar a que Marruecos reconsidere, de nuevo, su postura. Haidar tiene ya el documento para salir de España cuando quiera y el Gobierno español mantiene el avión para ella en el aeropuerto de Lanzarote.
La activista iba a viajar acompañada de Agustín Santos, un representante de la Aeci, miembros de un equipo médico y la diputada socialista Delia Blanco.
“Teníamos hora de despegue a las 20.50 horas. Diez minutos antes, cuando ya todo el mundo estaba dentro del avión, nos llega la contraorden. Nos dicen que no, que no tenemos permiso ni de vuelo ni de aterrizaje, que retiraban los documentos que nos habían dado por escrito”, relataba Blanco a Público.
El mazazo fue total. Para Haidar y también para el Gobierno y el PSOE. Exteriores no había recibido una explicación oficial del cerrojazo de Marruecos. Sólo flotaban las especulaciones. Que Rabat había digerido mal que trascendiese la noticia de la vuelta de Haidar, que España no había tramitado los permisos con el tiempo suficiente, entre otras.
El Gobierno español activó de nuevo toda la maquinaria. Al cierre de esta edición, Exteriores se estaba preparando para obtener otra vez todas las autorizaciones, confirmó a este diario la diputada socialista.
Elena Valenciano, responsable de Política Internacional del PSOE, contestaba ayer al teléfono con profundo aire de derrota. Anteayer se había entrevistado con el presidente del Senado marroquí, el saharui Mohamed Cheikh Biadillah. “Yo entonces no veía ninguna rendija abierta. Creía muy difícil que dejasen entrar a Haidar a El Aaiún. Y así ha sido”, relató Valenciano.
La responsable socialista criticó la “posición muy cerrada de Rabat” y reconoció que las relaciones con el reino alauí “pasan por un momento muy delicado, aunque no peligran”, pues los vínculos entre los dos países son “sólidos” desde 2004, cuando el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, llegó a la Moncloa.
Valenciano destacó asimismo que el Ejecutivo “ha demostrado que ha hecho todo lo que podía hacer”, y que por eso Haidar “está agradecida a España”. “Sabe que el problema es con Marruecos, no con nosotros”, apostilló.
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