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Pasar el 'mono' bajo los cantos de sirena de L. Ron Hubbard

La Cienciología patrocina a Narconon, organización donde se 'reeduca' a los toxicómanos

SUSANA HIDALGO

Un inmenso chalet en la sierra madrileña. En medio del silencio se escucha la voz teatral de un joven:

'¡Levántate!, gracias'.

'¡Siéntate en la silla!, gracias'.

'¡Levántate!, gracias'.

Y así, de una manera repetitiva, 10, 12, 14, 20 veces. El chico es un ex toxicómano que está ingresado en uno de los cuatro centros que Narconon, entidad antidroga patrocinada por la Iglesia de la Cienciología, tiene en España. Se supone que está practicando el método Hubbard: la recuperación de las habilidades sociales a través de la lectura de los libros que escribió L. Ron Hubbard, el inventor y fundador de la Cienciología.

Este centro tiene 50 plazas. Al mes hay que pagar 3.000 euros, una cantidad similar a la que exigen en otras clínicas privadas. La terapia dura 'entre seis y siete meses', explica uno de los 'educadores'. 'Yo me he rehabilitado y sé de lo que hablo', cuenta este hombre, que acompaña durante la visita al lugar. 'Todos los educadores y trabajadores sociales somos ex toxicómanos', prosigue. 'Y luego nos hemos sacado el título para trabajar aquí', continúa.

El hombre entra en una clase y saca a uno de los alumnos para que cuente al visitante lo bien que se encuentra. El chico tiene 25 años y se le ve contento. A solas, niega que les laven el cerebro con los métodos cienciólogos. Luego, el responsable del centro asegura que Narconon 'no tiene nada que ver con la Cienciología'. 'Mi madre me preguntó lo mismo', subraya. 'Sólo compartimos las enseñanzas de Hubbard, nada más', sostiene.

En cambio, en el vídeo promocional de la Iglesia de la Cienciología en España queda muy claro que una de sus ramas es Narconon. Y así lo resaltan: 'La Iglesia de la Cienciología se ha dedicado a patrocinar Narconon durante los últimos 40 años. A pesar de su éxito, trabajamos día a día para expandir este programa aún más'.

La terapia tiene tres partes. En la primera, el toxicómano pasa el síndrome de abstinencia 'de forma natural, sin sustitutivos', cuenta el responsable del centro. En la segunda fase, de un mes, el cliente pasa unas cuatro horas diarias en la sauna 'para eliminar las toxinas de la droga' y toma 'unas vitaminas naturales'.

Es en la tercera etapa, la más larga, cuando entra la 'reeducación' y los gruesos libros de L. Ron Hubbard. 'Los alumnos estudian ocho horas al día estas enseñanzas. Es mucho mejor que andar plantando flores', señalan desde Narconon. Los chicos, además, tienen tiempo libre, pero no pueden salir del centro. 'Aquí tienen la tele con 40 canales y si quieren ver un partido de fútbol, pues se lo compramos', señala el responsable.

Las habitaciones son dobles, con literas. Las duchas son comunes y las chicas duermen en otro chalet. En el vídeo de la Cienciología también aparecen estos chalets idílicos, gente andando, estudiando... Todo a cámara lenta. Y luego, declaraciones de estadounidenses ex toxicómanos que han pasado por la experiencia metafísica de la sauna. 'Al salir, todo se hizo brillante... ¡Dios mío, esto es el mundo!', dice uno. 'Salí de la sauna y me puse a llorar', remacha otra.

A Antonio Escobar, presidente de Enlace (Federación Andaluza de Ayuda al Drogodependiente) todo esto le suena a 'una intervención sectaria'. 'Es una barbaridad pasar el síndrome de abstinencia sin ayuda médica. Es un sufrimiento innecesario. Y lo de la sauna, suena muy extraño. El cuerpo ya ha eliminado las toxinas durante el síndrome de abstinencia', señala Escobar. El responsable del centro de Narconon asegura que la Fundación de Ayuda contra la Drogadicción (FAD) les avala, pero una portavoz de esta entidad, a la llamada de este periódico, lo negó categóricamente.

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