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ETA suma a su estrategia los ataques violentos no considerados terroristas

Los ataques violentos no considerados terroristas superaron en agosto a los de ‘kale borroka’

ÓSCAR LÓPEZ-FONSECA

Arrojar huevos al alcalde de un partido democrático de Euskadi no es un atentado terrorista. Tampoco lo es lanzar pintura roja y amarilla contra las fachadas de los batzokis (sedes del PNV). Ni cruzar contenedores en las calles al término de una manifestación. Y, sin embargo, los expertos de la lucha antiterrorista están convencidos de que todos estos actos de vandalismo no son espontáneos sino que forman parte de la estrategia de ETA, que parece decidida a recuperar un tipo de violencia light que empezó a utilizar hace años pero que parecía haber olvidado en los últimos tiempos.

De hecho, los informes que mensualmente remiten los expertos de la lucha antiterrorista al ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, han vuelto a incluir, junto a otros que recogen exhaustivamente la actividad de los comandos de la banda y la de los grupos Y de la kale borroka, un apartado en el que se incluyen las algaradas fruto de lo que denominan como 'lucha X' o 'violencia preinsurrecional'.

'Es de baja intensidad y no está tipificada como delito de terrorismo, pero tiene la misma finalidad que la violencia callejera', apuntan a Público fuentes del Interior. En este sentido, estas fuentes destacan que las investigaciones han demostrado que sus autores son, en muchos casos, los mismos que queman cajeros o lanzan cócteles molotov contra patrullas de la Ertzaintza.

'En las últimas operaciones contra los grupos de terrorismo callejero esto ha quedado claro', añaden las fuentes de Interior, que ponen como ejemplo a los siete detenidos el pasado 2 de septiembre en Navarra, a los que la Guardia Civil acusó tanto de colocar un artefacto incendiario casero en el Juzgado de Paz de la localidad de Berriozar y de atentar contra una patrulla de la Policía Foral en Pamplona, como de lanzar un bote de pintura negra a la sede del PSN en Barañáin y de cortar las catenarias en tres puntos de la vía férrea de la Comunidad Foral.

Un vistazo a la localización de los actos de kale borroka y de la lucha X refuerza ese paralelismo. Así, por ejemplo, los diez actos perpetrados por los grupos Y durante el último agosto en Euskadi y Navarra coinciden casi milimétricamente con los trece de lucha X registrados ese mismo mes. Así, Vizcaya registró cuatro de kale borroka y cinco de esta “violencia preinsurrecional”. Navarra, cuatro y cuatro, Guipúzcoa, uno y tres. Y Álava, uno y uno.

Según los informes de los expertos de la lucha antiterrorista, la similitud entre el terrorismo callejero y la lucha X no se reduce a su localización y sus autores, sino también a sus objetivos. Así, en estos documentos se incluyen como recientes ejemplos de la 'violencia preinsurrecional' dos incidentes acaecidos a la sombra de las protestas contra la construcción del Tren de Alta Velocidad (TAV) en el País Vasco, un proyecto puesto en el punto de mira por la propia ETA.

El primero tuvo lugar el 3 de agosto en San Sebastián, tras una manifestación no autorizada que acabó con incidentes. Doce personas fueron detenidos, aunque finalmente fueron puestos en libertad por un Juzgado donostiarra. El 30 de ese mismo mes, en Zarátamo (Vizcaya), los autores fueron trece, todos ellos miembros de un colectivo en contra de las obras del TAV que se encadenaron entre sí para, también, impedir el tráfico de vehículos.

Los expertos policiales están convenidos que la lucha X es una 'bandera de enganche' para reclutar nuevos jóvenes para la kale borroka, muy debilitada tras las operaciones policiales de los últimos meses. 'De esta violencia, algunos pasarán al cóctel molotov, y de ahí, unos cuantos acabaránn con una pistola en la mano', añaden para explicar la creciente atención que le prestan en sus informes.

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