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Condenados a votar de luto

España acudirá a las urnas con el impacto del asesinato de un ex concejal socialista en Mondragón. Los partidos hacen un comunicado que habla de derrotar a ETA. El PP lo firma, pero marca distancias del acuerdo de todos.

FERNANDO GAREA

España parece condenada a votar de luto. Lo más importante es que Isaías Carrasco fue asesinado ayer por ETA, pero lo segundo es que otra campaña electoral termina con sangre y muerte. Una vez más quedará para siempre la duda de si la irrupción del terrorismo en el último momento ha influido en algo en el resultado de las urnas. Nunca se sabrá la respuesta y se seguirá debatiendo ad eternum sobre los efectos imprevisibles del voto de la conmoción.

ETA disparó cinco balas que acabaron con la vida de Isaías Carrasco e impactaron contra las urnas. España es el único Estado democrático que vota de luto.

La legislatura en la que más se ha discutido sobre terrorismo termina oficialmente con un asesinato y con los partidos discrepando públicamente sobre un comunicado de rechazo a ETA. El PP lo firmó, pero quiso mantener, contra todos, sus posiciones a pocas horas del asesinato. Quiso oficializar públicamente su discrepancia, como en toda la legislatura, por si había alguna duda.

El comunicado habla de derrotar a ETA y pide votos contra balas. Si la banda boicotea las elecciones y pide la abstención, nada mejor que llenar las urnas de votos como rechazo al terrorismo, vienen a decir todos los partidos.

Han ocurrido tantas cosas en la legislatura que el PP, en coincidencia con la AVT, no resistió la tentación de borrar todo lo demás de la campaña y plantear las elecciones como un plebiscito entre la política antiterrorista de Zapatero y la de Rajoy. Entre quien negocia y quien no lo hace. Los demás grupos rechazaron debatir en público y remarcaron que el texto habla de 'combatir y derrotar' y, sobre todo, de unidad.

Al PP le representaron en la reunión de ayer Eduardo Zaplana e Ignacio Astarloa. Todos los portavoces comparecieron por separado y Astarloa recordó lo que dice el programa electoral de su partido.

Mariano Rajoy fue por la mañana más sutil en su comunicado oficial y sólo incluyó dos insinuaciones interpretables: 'Todo el mundo sabe lo que pienso' y 'la libertad y los derechos de las personas volverán a España, que no les quede la más mínima duda'.

Han sido cuatro años tan duros que se le ha ofrecido a ETA el espejismo de intentar influir en las elecciones con un atentado en el final de la campaña. En su peor momento en capacidad operativa y respaldo social a la banda se le ha hecho creer que tiene más poder que nunca. Tanto como para determinar quién gobernará los próximos cuatro años.

'Como en tantas otras veces los terroristas han querido interferir hoy en la pacífica manifestación de la voluntad de los ciudadanos convocados a las urnas, pero la democracia española ya ha demostrado que no admite retos de quienes se enfrentan a sus principios básicos', dijo Zapatero en su declaración institucional de La Moncloa.


El equipo de campaña del PSOE había previsto ya el escenario trágico de un atentado en vísperas de las elecciones y había establecido un protocolo de actuación sobre distintos supuestos, que se ejecutó en contacto permanente con el PP. Desde hacía meses se tenía en el Gobierno la certeza de que ETA intentaría hacerse presente en campaña.

Se extremaron las medidas de seguridad y se hicieron circular las instrucciones de autoprotección.

ETA lo intentó en varias ocasiones en campaña y, finalmente, lo logró con un objetivo imposible de proteger: un ex concejal. Era el objetivo más fácil para una organización terrorista más débil que nunca.

Una vez consumado el asesinato siempre hay quien dice que no se le debe conceder a ETA la ventaja de marcar la agenda y regalarle la suspensión de los actos de campaña. En este caso, los dos grandes partidos tuvieron clara la necesidad de suspender, porque nadie hubiera entendido fiestas y críticas mutuas en pleno duelo.

Todos aceptaron también trasladar al lunes las manifestaciones de repulsa.

No hubo foto de los partidos leyendo juntos el comunicado. Ni de Zapatero y Rajoy compareciendo juntos, probablemente porque hay demasiadas heridas abiertas. Los dos hablaron por teléfono y fueron por la tarde a Mondragón, pero tampoco viajaron juntos.

El presidente ha decidido que estén hoy en la concentración en Mondragón la vicepresidenta, María Teresa Fernández de la Vega, y el secretario de Organización del PSOE, José Blanco.

Por la tarde circularon ya sms con el '¡pásalo!' y mensajes cruzados. Cuatro años después hay quien quiere repetir la historia.

Se llega hasta aquí desde un escenario en el que hasta ayer mismo el ex presidente del Gobierno, José María Aznar, encabezaba las voces de quienes sostenían que Zapatero está en tratos con ETA a la espera de que pasen las elecciones para llegar a un acuerdo. La banda voló una sede socialista y Francisco Alcaraz mantuvo esta tesis y fue más allá: ETA prepara un comunicado antes de las elecciones concediendo una tregua si gana el PSOE.

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