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Los obispos critican al PSOE y sonríen al PP

Realizan, por primera vez, una referencia crítica a cualquier contacto con ETA

MIGUEL ÁNGEL MARFULL

La Conferencia Episcopal Española puso ayer las cartas boca arriba después de cuatro años de oposición al Gobierno. Los obispos hicieron pública una nota para encaminar el voto católico ante las próximas elecciones generales. El episcopado prepara una carta de orientaciones previa a cada convocatoria electoral. Su análisis acostumbra a estar tan apegado a lo humano como alejado del territorio divino.

El terrorismo no escapa tampoco al juicio de los obispos, y marca, en esta ocasión, una sustancial diferencia respecto a las notas redactadas por la Conferencia Episcopal ante los comicios generales de los años 2000 y 2004. La cúpula de la Iglesia católica española denuncia ahora que “una sociedad libre y justa” no puede tener a los terroristas “como interlocutor político”.

ETA y el diálogo del PP

El Gobierno Aznar se reunió con ETA entre el otoño de 1998 y la primavera de 1999. Un obispo, Juan María Uriarte, actual titular de la diócesis de San Sebastián, llegó a sentarse en aquella ocasión en la mesa de diálogo entre el Ejecutivo del PP y los terroristas.

Meses después, ante las elecciones generales del 12 de marzo de 2000, los obispos no sólo no criticaron estos contactos, como sí hicieron ayer, sino que envolvieron la cuestión con una frase conciliadora al subrayar como asunto de “especial relevancia” la “búsqueda sincera de la paz y de la reconciliación y condena de la violencia del terrorismo”. Una única línea en una carta que ocupaba folio y medio.

Ayer, los obispos se ataron a la misma literatura política que defiende el PP al predicar, por primera vez, contra cualquier contacto con ETA en un texto que aprobaron por práctica unanimidad.

Nuevos derechos y aborto

El portavoz de los obispos señaló que la Iglesia “no pide el voto para ningún partido político”. Juan Antonio Martínez Camino evitó volcar sus reflexiones en siglas políticas y dirigió cualquier recomendación de voto hacia lo que definió como un “mal menor”.

Sus orientaciones se sustancian en diez puntos en los que advierten, entre otras cuestiones, contra la ampliación de derechos civiles —como el matrimonio homosexual— cualquier aproximación a un Estado realmente laico, el aborto, o la nueva asignatura Educación para la Ciudadanía, cuatro elementos que han acaparado la fricción de los obispos con el Gobierno a lo largo de esta legislatura .

Anticipándose a cualquier lectura crítica, los obispos pidieron ayer “libertad y respeto para proponer libremente nuestra manera de ver las cosas sin que nadie se sienta amenazado”. “Respetamos a quienes ven las cosas de otra manera”, aseguraron

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