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"El aborto no debe estar en la campaña"

Analiza la gestión durante los últimos años en su Departamento, en el que dice estar 'cómodo'. Valora qué se puede hacer en la próxima legislatura

FERNANDO GAREA

La mitad de la Legislatura la vivió en el Ministerio del Interior y la otra mitad, en el de Defensa. Es el único ministro del Interior de la historia constitucional que no ha tenido que enfrentarse a un asesinato de ETA. A pesar de que tiene una presencia pública discreta, José Antonio Alonso es uno de los miembros del Gobierno con mayor influencia en José Luis Rodríguez Zapatero, de quien es amigo personal hace muchos años. Influye bastante más de lo que se sabe y de lo que él mismo reconoce. Juez de carrera, ex vocal del Consejo General del Poder Judicial, volverá a ser cabeza de lista del PSOE por León.

¿Le gustaría seguir como ministro de Defensa la próxima legislatura si el PSOE gana las elecciones?

Estoy a disposición del presidente del Gobierno, como es lógico, pero si me pregunta si estoy cómodo en este ministerio le diré que sí.

¿Hay algo que le hubiera gustado hacer y no ha podido?

Hemos puesto en marcha en el Gobierno las líneas esenciales de la política de Defensa que queremos hacer y, por lo tanto, acabo la Legislatura sin nada pendiente. Hemos construido un discurso político potente y ya es irreversible: que no se van a hacer operaciones sin el aval de Naciones Unidas y, desde luego, sin autorización del Parlamento. Lo segundo, que hemos puesto los cimientos del proceso de modernización de las Fuerzas Armadas, incluida una función que se une a las tradicionales, que es la de ayudar a los ciudadanos que lo necesitan en caso de catástrofes y, por eso, hemos creado la Unidad Militar de Emergencias. También hemos puesto la definición exterior de las políticas de Defensa donde debe estar, es decir, donde estuvo en los años 80 y en parte de los 90. El espacio geoestratégico de desarrollo es la UE y tenemos que estar ahí. Y en la OTAN, como país  soberano que toma sus decisiones autónomamente.

¿Cuál ha sido la decisión más difícil?

No soy amigo de establecer comparaciones que son muy relativas. Sí puedo referirme a los momentos difíciles que tienen que ver con la pérdida de vidas humanas en misiones en el exterior, en el Líbano y en Afganistán. Pero las decisiones, cuando se toman meditada y reflexivamente, no son difíciles.

¿Qué debe decir el programa del PSOE sobre Defensa?

Va a ser un programa muy institucional, centrado en las líneas de modernización de las Fuerzas Armadas y en la consolidación de ese discurso político de la dimensión exterior de la Defensa. Un programa muy europeísta y atlantista, para que sean políticas de Estado y de consensos amplios.

¿En esa política de Estado se ha sentido apoyado por el PP?

En los temas de Defensa, la oposición del Partido Popular ha sido igual que en el resto.

¿Pero ha tenido polémicas importantes sobre las misiones en el exterior y los medios materiales, como los inhibidores tras el atentado en Líbano?

Fue durísima esa polémica, pero está claro que las mejoras en seguridad y en medios materiales las hemos hecho nosotros.

¿Cuál es el nivel de riesgo de las tropas españolas en el exterior?

El nivel de riesgo lo tenemos los 36 países que estamos en Afganistán, los 17 del Líbano o los 37 de los Balcanes. Las Naciones Unidas encomiendan esas misiones a las Fuerzas Armadas, porque son las que puedan actuar en escenarios de alto riesgo. En este momento, Afganistán y Líbano son escenarios de alto riesgo. Esto debe quedar claro, porque siempre hay una cierta polémica insensata. Mandamos a los militares para crear seguridad, eso sí, en misiones de paz y bajo mandato de la ONU, pero a sitios que tienen un alto nivel de inseguridad y por eso mandamos estructuras armadas.

¿Hay algún horizonte de retirada de las tropas de Afganistán?

La misión de Afganistán es complicada porque es un país difícil, desde el punto de vista de sus lógicas internas y de su situación geoestratégica. Es el quinto país más pobre del mundo, con unas carencias de la sociedad civil y del funcionamiento de Estado tremendas. A eso se suma el tener que convivir con la violencia talibán y el narcotráfico galopante. El 90% de la droga que entra en Occidente viene de allí y tiene que convivir con la estructura de tribus armadas y señores de la guerra. Estamos ayudando a la sociedad a reconstruirse en educación, agua, escuelas, hospitales, etcétera. Debemos estar el tiempo necesario para que el país pueda gestionar su propia seguridad y desarrollo. Poner un plazo es imposible a día de hoy. Yo doy mucho la lata en la UE y en la OTAN de que en la ONU se tiene que producir una reflexión inmediata sobre cómo está yendo la misión y su futuro, pero debemos discutirlo los 36 países que estamos allí.

¿Qué tiene que ver con Irak?

Nada, es la otra cara de la moneda. Irak no tenía apoyo de la ONU y Afganistán, sí. En Irak había un canalla y un dictador que era Sadam, pero no había terrorismo de Al Queda, ni armas de destrucción masiva, y en Afganistán sí había un foco de terrorismo y el centro de Al Queda. Por último, en Irak lo que ha conseguido la intervención es desestabilizar el país y la región, y en Afganistán intentamos lo contrario, estabilizarlo. Si hubiera un gobierno de talibanes otra vez, volvería a tener control del territorio, con capacidad para presionar a Pakistán, que vive momentos delicados, tiene armas nucleares, etcétera.

La polémica sobre Kosovo, ¿tiene repercusión en otros lugares o en la misión de las tropas españolas en los Balcanes?

Si alguien pretende asimilar la situación de Kosovo con la de otros países de la Europa occidental, entre otros España, está cometiendo un disparate. Tenemos sociedades civiles muy estructuradas y muy interrelacionadas, con instituciones constitucionales que funcionan y no hay tensiones religiosas o étnicas. Lo que me preo-cupa es la estabilidad de los Balcanes y la posición política del Gobierno es mantener la unidad con toda la UE, que no se puede permitir ninguna diferencia sustancial. Por ello, vamos a mantener un discurso unitario. No nos gustan las declaraciones de independencia. Nuestro objetivo es la integración de las realidades de la ex Yugoslavia en la UE y, para eso, tienen que ser realidades estables. Hay que decírles a los kosovares, que su destino último es venir a la Unión Europea, donde hay un alto nivel de desarrollo. Y para ello se tienen que entender entre ellos.

Al Chad se enviarán dos aviones. ¿Es definitiva la decisión de no mandar tropas?

Sí, al menos esa es la opinión que mantenemos en el Gobierno. El principal problema para esa misión es el transporte y vamos a ayudar con dos aviones, casi más que nadie de la UE, después de invertir mucho esfuerzo diplomático, tiempo y recursos en África. Queremos que otros países hagan ese esfuerzo en este continente en nombre de la UE. Todos debemos ser solidarios y arrimar el hombro.

Usted ha visto la primera manifestación de militares de la historia por la sanción a un militar que asistió a una concentración de la Guardia Civil, ¿hay posibilidad de cambiar la ley?

Hago una lectura de legalidad constitucional e internacional. En cualquier país democrático, los militares tienen derechos constitucionales pero algunos de esos derechos son limitados por la significación que tiene en la sociedad una persona en la que los ciudadanos depositan la gestión del monopolio de la fuerza legítima del Estado. Por ejemplo, los militares tienen derecho de reunión, pero con limitaciones. Tienen derecho de asociación, pero con limitaciones. Y eso lo dicen todas las normas de todo el mundo democrático. Al igual que en otros países, en España los militares tienen derechos y se puede ir en la próxima Legislatura a escenarios de mejoras, pero quiero dejar muy claro que la posición del Gobierno es solvente desde el punto de vista de la legalidad española e internacional.

¿Se mantiene la resistencia a ingresar en el Ejército o se han cumplido los objetivos de reclutamiento de la Legislatura?

Sí, se han cumplido. En 2004 nos encontramos una situación muy mala, con una curva de reclutamiento descendente. En la Armada podía haber supuesto que algunos barcos se tuvieran que quedar anclados. Empezamos a hacer una serie de cosas, como subir el salario a los militares, con una subida media en la Legislatura del 26%, y mejorar las condiciones de vida en los cuarteles y de los buques. Además, se activó fomentar que los soldados y marineros, al acabar su compromiso con el Ejército, tuvieran facilidades para entrar en la Policía, la Guardia Civil y algunas policías locales. A eso se unen las campañas explicativas de las Fuerzas Armadas.

¿Qué le parece el archivo del caso del Yakolev?

El Ministerio Fiscal, que es quien ejerce la acusación pública, ha recurrido y vamos a esperar por razones de respeto. Eso sí, estamos haciendo todo lo que podemos, dentro de nuestras competencias, para apoyar a las familias de las víctimas.

¿Puso en riesgo la seguridad del Estado el agente del CNI que vendió secretos a Rusia?

El director del CNI fue muy explícito en su día, tanto públicamente como en la comparecencia secreta en el Congreso. Les explicó a los grupos que fue un asunto grave y serio que creó agujeros indudables a la seguridad del Estado y que, después del trabajo de los últimos años, ese agujero quedó tapado de forma consistente, es decir, que el CNI había restablecido su propia seguridad. Hubo un problema de seguridad, pero ahora no lo hay.

¿En qué situación está ETA?

Después de estos años, está significativamente más debilitada. Primero, porque se han detenido desde 2004 más de 360 terroristas. Además, son detenciones que han tenido una importancia cualitativa extraordinaria. Recuerdo que yo era ministro cuando las detenciones de Mikel Antza, de Anboto, de los responsables de la estructura de los taldes de reserva, y se desmanteló el aparato internacional. Y con Rubalcaba exactamente igual. ETA no ha dejado de ser golpeada y cada vez está más débil también en su entorno social, político y penitenciario. Desde el punto de vista del discurso también, porque haga lo que haga sabe que no tiene ningún futuro. No tiene ningún predicamento. Dicho lo cual, es una organización terrorista que puede golpear en cualquier momento.

¿Estaría más débil si no hubiera habido proceso de paz?

Hay una conclusión clara: los intentos de Felipe González, de Aznar y de Zapatero no fructificaron, pero ETA, en todos los casos, ha salido más débil y el Estado, más fuerte.

¿Qué supone la sentencia del ‘caso Ekin’?

En el complejo ETA-KAS-EKIN, siempre he tenido claro que ETA es el núcleo de la organización terrorista, pero los otros son lo mismo. Lo que hace la última sentencia es levantar el velo y dejar al descubierto una realidad que todos conocíamos desde hace años, que es un complejo único en el que cada parte coadyuda al todo.

¿Estamos más preparados ante el terrorismo islamista?

Sí, porque se han multiplicado por diez los recursos destinados a combatirlo, incluidos policías y traductores, y se ha mejorado la coordinación entre Cuerpos de Seguridad y hay más colaboración con los servicios de información de otros países. Sabemos más de terrorismo internacional, que a diferencia de otros terrorismos, no lo integran organizaciones piramidales y jerarquizadas con órdenes precisas en cascada, sino que es un terrorismo que se estructura de manera más complicada. Hay un núcleo de Al Queda, organizaciones satélites y comandos desvinculados jerárquicamente del núcleo central y que pueden poner un atentado sobre la mesa en cualquier momento. Es difícilmente detectable y muy virulento.

Una vez conocida la sentencia del 11-M, ¿qué le supusieron como ministro del Interior las dudas sobre la investigación?

Siempre que me tuve que referir a la investigación del atentado dejé claras dos cosas. La primera, que la investigación se había llevado de forma ejemplar y exclusivamente profesional por la Policía, la Guardia Civil y los jueces. La segunda, que esa investigación profesional excluía cualquier conspiración. Después del juicio y de la sentencia, esto ha quedado definitivamente certificado.

¿Es partidario de cambiar la ley del aborto?

Creo haberle oído al presidente del Gobierno unas declaraciones públicas en el sentido de no introducir esta cuestión en el debate de la campaña electoral, y estoy de acuerdo.

Cómo amigo de Zapatero, ¿cree que cuatro años después ha cambiado?

No. Una de las razones por las que me gusta estar en el equipo de Zapatero, además de la personal y la ideológica, es que es una persona que no cambia. No ha cambiado sustancialmente el Zapatero que yo conocía hace cuatro u ocho años al de ahora, y me parece que un líder debe dar cuenta de esa resistencia moral, de que el cargo no se le suba a la cabeza y de que es capaz de estar aquí para y por los ciudadanos. Si no fuera así, yo no estaría. Espero no haber cambiado yo tampoco.

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