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La campaña en la que Gaspar se lo juega todo

Desde caer hasta entrar en el Gobierno. Llamazares, reforzado tras las primarias, afronta sus comicios más difíciles por la acentuación del bipartidismo y las tensiones en IU

JUANMA ROMERO

'Y más”. “IU y más gente, más organizaciones, más transversal. IU y más diputados, más capacidad de determinar el cambio de izquierdas”. Gaspar Llamazares jugueteó con el conceptismo quevediano en su proclamación como candidato a la Presidencia del Gobierno el pasado 14 de noviembre. Avanzó entonces, en una sentencia algo críptica para los legos en Izquierda Unida, que el 62,52%  de apoyo que los militantes le dieron en las primarias le serviría, ya sí, para hacer las cosas a su manera. Ahora tiene la autoridad de los datos. Las federaciones irredentas (Andalucía, Valencia) deben captar el mensaje, que pulsiona varias líneas de alta tensión en IU.

2008 no es trago fácil. El bipartidismo se ensancha y la estrechez PSOE-PP perjudica. Llamazares sabe que ha de salir airoso y consolidar o mejorar los datos de 2004 (5 diputados con ICV, 4,96%) para asegurarse una IX Asamblea General tranquila. Los sondeos, con todo, pintan bien: le dan entre 5,5 y 6,5%.

De ahí que la dirección federal trabaje ya en la proyección del gasparismo. En varias direcciones. La básica, el propio diseño de la (pre)campaña. El primer jalón llega este domingo, día en el que el Consejo Político Federal (CPF) oficializará la candidatura de Llamazares. Será una reunión de trámite, pero no sólo. Según ha podido saber Público, el coordinador anunciará su primera gran medida electoral. “Las primarias nos han retrasado”, explican fuentes de la dirección, así que el día 2 tiene que haber noticia de precampaña”.

Inventario antes del 2

Llamazares acudirá al CPF con un documento clave, que ultiman los técnicos del grupo parlamentario: un inventario de las reformas aprobadas por el Gobierno que han contado con el “marchamo de IU” y las rechazadas por el PSOE pero sustanciales para la federación.

“Hay que rentabilizar lo hecho. Hemos ido mucho más allá de nuestros cinco diputados. Hemos influido en La Moncloa como nunca”, repiten fuentes de la dirección del grupo. El programa partirá de ese kilómetro cero para lanzar propuestas “cualificadas y cuantificadas”. Es decir, IU hará, por cada una de sus medidas, una ficha de ejecución: cómo se engarzaría la reforma con ayuntamientos y autonomías y cuánto costaría. “Nada de carta a los Reyes Magos”. Cabrán medidas sociales, de memoria histórica... y de remodelación del sistema electoral, una espina permanente en IU y en la que se incidirá más esta vez.

El programa no se ratificará hasta el 19 de enero, una semana después de la conferencia política, en la que las bases y organizaciones próximas a IU volcarán sus aportaciones.

Los custodios de los tempos serán los 15 miembros de la Comisión Electoral, que trabajan ya desde este semana. Al frente se situará, igual que en los comicios del 27-M, Ramón Luque. De él dependerán Antonio Cortés –administrador de los seis millones de euros que se gastarán en campaña– y, como redactores del programa, Pedro Chaves, presidente de la fundación de IU, y Pedro Antonio Ríos, coordinador del grupo parlamentario.

En paralelo funcionará el Gabinete del Candidato, formado por “cinco o seis personas” de la máxima confianza de Llamazares (el coordinador de la Permanente, Rubén Fernández, Chaves o el propio Luque). “Se premiará”, precisan en el federal, “a los que han hecho ganar a Gaspar en las primarias”. El gabinete no es una institución nueva en IU, pero sí habrá diferencias: crecerá su peso político y su visibilidad.

Sin pasar “desapercibidos”

Más huellas del gasparismo. La imagen electoral. IU, reconoce un dirigente próximo al coordinador, reandará el camino que exploró el 27-M: “Queremos convulsionar la izquierda, rejuvenecer IU. Explotaremos la innovación y el atrevimiento. No pasaremos desapercibidos. Se nos verá. Nuestra campaña será revolucionaria, mucho más vendible que las anteriores”.

De hecho, IU “profundizará”, con una agencia de publicidad, en las ideas “exitosas” que marcaron el 27-M, como el avatar de Llamazares en SecondLife. “Mostraremos que somos la izquierda de verdad, útil. Que si logramos más diputados, haremos más. Incluso la posibilidad de entrar en el Gobierno, algo que sería histórico para IU”.

Con todo, hay problemas. Aquietar las federaciones. Y para eso Llamazares ha endurecido su discurso. Ha exigido primarias en las plazas más disputadas. Con ello quiere forzar el consenso y garantizarse, aseguran sus allegados, un “grupo parlamentario homogéneo” para 2008.

En Valencia, el federal ha impugnado los resultados de la asamblea que aupaba a los puestos de salida para el Congreso a los candidatos del PCE y buscará “reeditar Compromís”, el pacto con verdes y nacionalistas de izquierda.

En Andalucía, el acuerdo de los críticos con el coordinador regional, Diego Valderas, y el líder del Colectivo de Unidad de Trabajadores, Juan Manuel Sánchez Gordillo, ha colocado en la lista de Sevilla, de momento, al ex alcalde de Carmona, Sebastián Martín Recio, afín a Llamazares. En Euskadi, ya hay conversaciones para pactar con Aralar, y en Madrid la dirección “peleará como sea” para que Montse Muñoz vaya de dos y otra mujer de tres. Varios cabos están aún desatados.

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