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Mohammad Rasoulof: "Comparar el comportamiento de los nazis con el de los verdugos en Irán es un análisis legítimo y justo"

El cineasta iraní, condenado a un año de prisión y con la prohibición de trabajar y de salir del país, desobedeció a las autoridades y rodó ‘La vida de los demás’, una película ‘clandestina’ que denuncia la pena de muerte en Irán. Ganó el Oso de Oro en Berlín.

Mohammad Rasoulof.
Mohammad Rasoulof. BTeam Pictures

En julio de 2019 un tribunal iraní condenó al cineasta Mohammad Rasoulof a un año de prisión y le prohibió trabajar y salir del país, ello por considerar que sus películas eran propaganda contra el sistema. En marzo de 2020, la justicia le ordenó que acudiera a la cárcel para cumplir la sentencia. Recluido en su país desde 2017, Rasoulof desobedeció, burló a las autoridades y rodó una nueva película, 'La vida de los demás'. Cuatro historias nada menos que sobre la pena de muerte en Irán. Ganó el Oso de Oro en Berlín y una Mención Especial del Jurado en la Seminci.  

Al menos 246 personas fueron ejecutadas el pasado año en ese país. Irán, como toda sociedad que aplica la pena de muerte, necesita verdugos, "personas para matar a otras personas". "¿Tenemos alternativa cuando los déspotas nos hacen cumplir órdenes inhumanas?" Es la pregunta que se hace Rasoulof en la película, que en sí misma es una contundente respuesta. 'La vida de los demás', un trabajo clandestino que nació un día en que el cineasta, paseando por las calles de Teherán, se cruzó con uno de sus interrogadores. "Cuando lo miré de cerca y observé sus gestos con mis propios ojos, no pude ver un monstruo malvado".

Esta es una película clandestina…

Sí. No puedo trabajar ni salir del país. Esta película es un trabajo clandestino, por eso está contada en cuatro historias, para que fuera más fácil de rodar. Ha sido un reto, pero es parte de mi trabajo, encontrar formas de hacer películas a pesar de las restricciones y de mi situación, y que estas películas sean coherentes. Tener una historia en episodios era consecuencia de la situación.

La película comienza con una bajada en círculos a un aparcamiento, ¿una bajada a los infiernos?

Algo así. Es un círculo que va cerrándose. Siempre estoy pendiente de qué va a pasar y hasta dónde puedo resistir, siempre estoy pensando en eso, en poner la cámara y en trabajar sin saber hasta cuándo podré hacerlo.

La pena de muerte necesita verdugos, ¿la película denuncia esa complicidad?

Creo que la película trata de la responsabilidad individual y de hasta qué punto las elecciones individuales son importantes porque ponen en peligro la vida de los demás.

¿Hace con este trabajo un llamamiento a la desobediencia?

Cada acto de resistencia en un sistema dictatorial tiene un precio que hay que pagar. Para los retos morales yo no tengo respuestas, hay que apelar a la responsabilidad misma. En la primera historia hay contradicciones entre la vida familiar y el sentido de responsabilidad individual. Son preguntas que no tienen respuestas, de ahí gran parte de la complejidad y del sufrimiento. 

Una escena de una de las historias de la película.
Una escena de una de las historias de la película. BTeam Pictures

Sin embargo, usted plantea esa cuestión en las cuatro historias, ¿el deber, algunas veces, de decir que no?

Sí, la cuarta historia es la belleza de esa situación, la de las personas que no quieren someterse. En ese sentido, la película apela a todo el mundo, no solo a Irán, a pesar de la situación de mi país. Creo que hay cosas con las que cualquier se puede identificar. Las preguntas sobre las elecciones individuales y sobre los aspectos morales no tienen geografía ni tiempo específico. Es la base de la definición humana, todos nos parecemos excepto cuando hay que hacer elecciones y tener la necesidad de sentirse libres. El poder hacer elecciones es lo que define a la humanidad. 

La historia que abre la película es demoledora…

Porque en ese primer cuento, el personaje puede parecer un hombre bueno, eso ocurre hasta que aprieta el botón (es un verdugo) y hace lo que le piden sin pensarlo. Él no cree que su humanidad se defina por ese acto.

La banalidad del mal de Hannah Arendt. ¿El argumento de la obediencia es el mismo que utilizaron los nazis?

Exacto. Creo que comparar el comportamiento de los nazis con el de los verdugos en Irán es un análisis legítimo y justo. En Irán se ha convertido en algo normal que cuando se hace el servicio militar obligatorio te pueden pedir que ejerzas de verdugo. Eso es colaborar con el sistema. Es la misma reflexión y sí, está alimentada por la teoría de la banalidad del mal de Hannah Arendt.

Volviendo al inicio de la película, esa bajada a los infiernos…

Sí, a los infiernos o una entrada en una prisión, porque parece que ese hombre tiene todo lo que la sociedad considera que hay que tener: familia, coche, trabajo… Es un hombre que se porta conforme con lo que la sociedad espera de él, pero eso es porque se somete. Es un verdugo, un hombre condenado, un preso, un preso cumpliendo su sentencia, su sumisión. 

El hombre libre es el que lucha contra la sumisión, ¿no?

Sí, por eso en la cuarta historia el personaje ha decidido no conformarse con la violencia, no someterse. No tiene nada, pero es libre. Y también se le ve en un coche, pero en la naturaleza abierta, libre.

¿Qué herramienta es más poderosa para el poder, el castigo (la pena de muerte) o el miedo?

Todos los gobiernos totalitarios y autoritarios basan su estructura sobre distintos tipos de miedo y eso funciona también en democracia aunque de otro modo, es el miedo económico. La autoridad iraní te somete a observación desde las primeras necesidades cotidianas, las mujeres tienen que respetar unas reglas de vestuario, eso es sometimiento para hacer que no sintamos vigilados. Y te tienes que conformar, es un efecto disuasorio para no seguir adelante con otras etapas del desarrollo personal. Consiguen acabar con toda tentativa de resistencia y de reflexión.

En democracia también funciona.

Sí, tal vez se hace una forma más avanzada, pero puede pasar igual. Vigilar y observar está de moda y es propio del poder totalitario.

Una secuencia de la primera historia.
Una secuencia de la primera historia. BTeam Pictures

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