Este artículo se publicó hace 9 años.
“El tratado es el ataque más brutal contra la democracia desde los fascismos”
La Izquierda Unitaria Europea clama en Valencia contra la alianza comercial de Washington y Bruselas. “Será un huracán que se llevará por delante nuestros derechos”, advierte la eurodiputada Marina Albiol
Alejandro López de Miguel
VALENCIA.- Es el enemigo número uno, ya está en el centro de la diana. La Izquierda Unitaria Europea ha situado la paralización del tratado de libre comercio en el primer puesto de su lista de objetivos, apenas dos días antes de la jornada mundial contra el polémico acuerdo que Bruselas y Washington negocian con opacidad, y siempre bajo la atenta mirada de las multinacionales.
“Significa el ataque más brutal contra la democracia desde la toma del poder de los fascismos en el siglo XX”, asegura Alberto Martínez, de la Campaña estatal contra el acuerdo. “Será un huracán que se llevará por delante nuestros derechos”, advierte la eurodiputada de IU Marina Albiol, en una conferencia organizada por su formación para alertar sobre los peligros del TTIP (Transatlantic Trade and Investment Partnership).
Parar el TTIP, objetivo número uno de la izquierda Europea arrancaba este jueves pasadas las siete y media de la tarde ante un auditorio desbordado. La organización se veía obligada a colocar sillas adicionales en el Centre Octubre de Valencia, con capacidad para apenas un centenar de personas.
Izquierda Unida ha sido una de las formaciones más críticas con el polémico TTIP desde el arranque de las negociaciones, a mediados de 2013, como también lo ha sido el grupo al que pertenece en la Eurocámara. La Izquierda Unitaria Europea (GUE/NGL) calienta motores antes de las más de 500 protestas contra el TTIP que tendrán lugar en más de 30 ciudades de todo el mundo este sábado, y para enviar un nuevo mensaje a la Comisión a cuatro días de que comience la novena ronda de reuniones entre Washington y Bruselas. El GUE no se cree los argumentos de la Comisión Juncker sobre las supuestas bondades del acuerdo, y denuncia la ausencia de respuestas de Bruselas más allá de las promesas genéricas y del recurso al argumentario base.
“Cuando la CE escucha las preocupaciones de la izquierda dice que no entregará los derechos que hemos ganado con tanto esfuerzo, pero eso es lo mismo que dicen los americanos”, critica el europarlamentario Helmut Scholz, del alemán Die Linke.“Si ambas partes dicen lo mismo, ¿qué se está negociando entonces?”, plantea el coordinador del GUE en la Comisión de Comercio Internacional (INTA).
“La Comisión ya está a la defensiva”, apunta Martínez. “Admite que nunca se había encontrado con un caso como este. Estaban acostumbrados a negociar tratados de espaldas a la ciudadanía y sin que nadie se enterase”, apostilla.
Todos los ponentes recuerdan que, sin la movilización ciudadana, la Comisión nunca habría arrojado siquiera un haz de luz sobre el TTIP, todos creen que están a tiempo de firmar su sentencia de muerte. Y todos, absolutamente todos, ponen el foco en los dos apartados del TTIP que consideran más peligrosos para la soberanía de los estados, pero también para la protección de los consumidores o el mantenimiento de los derechos laborales más básicos.
Uno es el mecanismo de resolución de conflictos entre inversores y estados, el ISDS, “una cláusula que quiere dejarlo todo atado y bien atado”, en palabras de Albiol. La Comisión ha paralizado las conversaciones sobre el ISDS tras la consulta pública en la que el 97% de los 150.000 europeos participantes dijeron no al blindaje a las multinacionales, pero no ha renunciado a su intención de incluir un sucedáneo del ISDS en el TTIP.
El segundo es el Consejo de Cooperación Reguladora, que “quiere revisar todas las normativas para adaptarlas a lo que quieren las empresas”, según la eurodiputada. “Estas cláusulas suponen cerrar la puerta a los intentos de devolver la soberanía a los ciudadanos”, critica, antes de recordar que en el TTIP no se plasma una lucha entre las empresas estadounidenses y las europeas. “Son las multinacionales contra las clases trabajadoras”, apunta.
Miguel Viegas, eurodiputado del Partido Comunista de Portugal, recuerda que el objetivo del acuerdo no es tanto el de reducir los aranceles, que son bastante bajos -2,5% de media-, sino acabar con las normativas más exigentes. “Quieren eliminar todas las barreras arancelarias, pero sobre todo las no arancelarias, las normativas”, alerta. Con una sola frase, el parlamentario portugués es capaz de resumir varias de las claves de su mensaje: “Hillary Clinton ha apodado al TTIP la OTAN de la economía”, afirmaba este jueves.
Más de cuatrocientas organizaciones y movimientos sociales de toda Europa ya han dicho “no” al TTIP, junto a partidos políticos como IU, Podemos, Equo o Syriza. El primer paso en su estrategia para pararlo es romper el silencio informativo, arrojar luz sobre el acuerdo. “Cada uno de nosotros debemos ser agentes informadores de las consecuencias de esto”, asegura Eva Hernández, de CCOO. Sólo así, apuntan, será posible enfrentar la última ofensiva del neoliberalismo económico.
Syriza pide ayuda
El diputado de Syriza en el Parlamento heleno Stelios Kouloglou ha emocionado a los asistentes cuando, micrófono en mano, les ha pedido su “ayuda” y “solidaridad” para capear la difícil situación que hoy afronta su Gobierno, abrumado por las embestidas políticas y mediáticas de los Gobiernos de la UE, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional.
“En Grecia tenemos un problema muy serio: la supervivencia del Gobierno. Hay un golpe de Estado secreto en Grecia. Es como lo que le pasó al Gobierno de Allende cuando EEUU mandó actuar a la CIA. Son las instrucciones que han dado Berlín y el BCE: estrangular la economía griega usando cualquier mecanismo”.
Kouloglou advierte de que la “vieja troika” ha dado paso a una nueva, “la de las amenazas y los ultimátums”. “Tenemos amenazas cada día, pero no nos vamos a rendir”, concluía, cosechando un sonoro y prolongado aplauso.
Meter el TTIP en campaña
El diputado de EUPV Ignacio Blanco también ha participado en el evento, y ha pronunciado un discurso en clave de campaña. No en vano, Blanco es también el candidato de la formación para presidir la Generalitat, en un territorio marcado por los continuos escándalos y corruptelas del Partido Popular. “La transparencia es el mejor antídoto contra la corrupción”, receta.
El diputado llama a introducir el TTIP en esta campaña, como hiciera su homólogo en Andalucía Antonio Maíllo, ante la indiferencia de Susana Díaz y José Manuel Moreno Bonilla. Según Blanco, tenían dos objetivos: que las “entidades sociales y políticas de la izquierda” se enfrentasen a “la construcción neoliberal de Europa, obligar a que dieran explicaciones” y “cargarnos el tratado”. “Ya hemos conseguido el primer objetivo, vamos a por el segundo”, zanjaba.
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