Este artículo se publicó hace 9 años.
Slim hace patente su control en FCC y coloca al frente del grupo a uno de sus colaboradores más cercano
El consejo de la constructora aprueba el nombramiento del economista mexicano Carlos Jarque como nuevo consejero delegado, en sustitución de Juan Béjar
-Actualizado a
MADRID.- El magnate mexicano Carlos Slim, principal accionista de FCC, ha colocado al mexicano Carlos Jarque al frente del grupo de construcción y servicios, como primer ejecutivo, como sustituto de Juan Béjar. El consejo de administración de la empresa ha aprobado en la tarde de este martes su nombramiento, validado por la segunda mayor accionista de FCC, Esther Koplowitz, como consejero delegado, tras la renuncia de Béjar.
Su nombramiento es una de las excepciones más notables de un extranjero en la dirección ejecutiva de una empresa del Ibex-35. Carlos Jarque, que asumirá de forma inmediata, con efectos de este mismo martes, el puesto de primer ejecutivo de la compañía, no formará por el momento parte del consejo de administración de la compañía, en el que Carlos Slim y Esther Koplowitz mantienen un equilibrado reparto, al contar con cuatro representantes cada uno.
Con un extenso currículo, Carlos Jarque, de 60 años, es uno de los ejecutivos de confianza del imperio de Carlos Slim. Es director de asuntos internacionales, corporativos y gubernamentales de América Móvil (la operadora de telecomunicaciones de Slim) y es un experto en economía y estadística. Jarque, además, está vinculado desde 2013 a Carso, el conglomerado empresarial de Carlos Slim, en el que es consejero tanto de este grupo como de varias de sus empresas.
En su trayectoria profesional, el nuevo primer ejecutivo de FCC ha ocupado también puestos de responsabilidad en empresas con diferentes cargos en la Administración mexicana. Jarque ha sido ministro de Desarrollo Social, responsable del Plan Nacional de Desarrollo de México 1995-2000 o presidente del Instituto Nacional de Estadística, entre otros cargos públicos.
El relevo en el puesto de consejero delegado de la compañía se producirá apenas un mes después de que el hasta ahora primer ejecutivo, Juan Béjar, acordara su salida, una vez acometido el plan de reestructuración y saneamiento que ha llevado a cabo en la empresa desde su llegada en enero de 2013.
El nombramiento de Jarque como primer ejecutivo de FCC tiene lugar unos nueve meses después de que Carlos Slim entrara en el capital del grupo constructor y de servicios, donde figura como primer accionista, con un 25,6% de su capital, en el que Esther Koplowitz tiene un 22,4%. No obstante, desde el desembarco del empresario mexicano en la constructora, la empresa ha venido designando en distintos puestos directivos a varios profesionales procedentes del grupo de empresas de Slim, como son el director general de Administración y Financias, Miguel Martínez Parra, o el consejero delegado de Cementos Portland, Gerardo Kuri.
El nuevo consejero delegado de FCC deberá dirigir la nueva etapa de crecimiento que el grupo pretende abordar, en el que la reducción de la deuda y la recuperación del reparto del dividendo figuran como principales retos. "Continuará el proceso de saneamiento del Grupo y las acciones para fortalecerlo financiera y operativamente", dijo el nuevo mandatario tras su designación, según una nota de prensa.
Y es que Jarque asume desde el martes un reto complejo ya que a finales de julio con ocasión de los resultados semestrales, el grupo redujo su proyección de ebitda para el año y se comprometió a trabajar en un próximo plan de refinanciación de deuda después del verano sin descartar una ampliación de capital.
El grupo ha vivido unos años de duro saneamiento que alcanzaron su cénit cuando Slim acudió al rescate de la heredera de la familia fundadora y hasta entonces máxima accionista, Esther Koplowitz, para suscribir su parte en una ampliación de capital que inyectó a la empresa mil millones de euros. En esta operación, el empresario mexicano se hizo con algo más del 25% del capital a cambio de 650 millones de euros.
Aquella operación permitió a la constructora refinanciar y amortizar parcialmente su elevada deuda, pero ni las condiciones de los mercados ni los costes de financiación permiten todavía pensar en una FCC reflotada que pueda volver a dar los generosos dividendos a los que tenía acostumbrados a sus accionistas. Ocho meses después de la ampliación, FCC es uno de los valores con peor comportamiento del mercado español y sus acciones han perdido casi un 30% de su valor.
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