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Más de medio millar de empresas occidentales aún hacen negocios en Rusia

Solo las cien compañías con mayores beneficios aportaron 3.500 millones de dólares al Kremlin en 2022. De ellas, una veintena son españolas. La UE acorrala a los bancos con vigilancias extremas de sus niveles de liquidez y solvencia.

La fachada de la sede del Banco Central de Rusia, en una imagen de archivo tomada en Moscú a 7 de mayo de 2023
La fachada de la sede del Banco Central de Rusia, en una imagen de archivo tomada en Moscú a 7 de mayo de 2023. Shamil Zhumatov / Reuters

Business as usual. La famosa prédica del mercado que se utiliza para admitir que todo está bajo control, incluso bajo situaciones de riesgos latentes o amenazas efectivas, sirve para ilustrar que los negocios en Rusia continúan contando con el capital de empresas occidentales.

De hecho, las más lucrativas, las que más beneficios obtuvieron, las incluidas en el top100, ingresaron en las arcas del Kremlin 3.500 millones de dólares sólo por su contribución al Impuesto de Sociedades aunque, en el conjunto de sus declaraciones fiscales, la cantidad roza los 4.000 millones, tras reconocer unos beneficios superiores a los 1,1 billones de rublos, un 54% más que en 2021.

Los datos proceden de fuentes rusas y han sido facilitadas por Novaya Gazeta Europe a partir de una investigación de estadísticas financieras oficiales y de los registros mercantiles. Los cálculos establecen que los cheques tributarios de este centenar de compañías representan el 1% de las dotaciones de activos presupuestarios.

Las mayores aportaciones las protagonizaron empresas de capital y origen francés, británico y estadounidense, con 40.000, 47.000 y 55.000 millones de rublos, respectivamente.

De manera individual, las tres multinacionales con negocios más boyantes dentro del mercado ruso, pese al veto sancionador occidental, son la petrolera francesa TotalEnergies, el banco austriaco Raiffeisen y otra de las supermajors del crudo, la británica BP. La permanencia en suelo ruso se ha asentado sobre falsos anuncios de salidas inminentes.

Un reciente estudio de la Universidad de Yale asegura que más de 550 compañías occidentales mantienen vínculos activos con Rusia

En el caso de TotalEnergies, el mensaje corporativo se retrasó hasta diciembre pasado, con la admisión oficial de que "la retirada de sus activos en Rusia se produciría de forma gradual, mientras fuera necesario para asegurar el suministro de gas a Europa".

Por su parte, Raifassen Bank casi ha cuadruplicado su beneficio neto, hasta los 141.000 millones de rublos, aunque desde mayo pasado fuentes directivas de esta entidad financiera austriaca incidan en que han emprendido la cancelación de nuevos créditos en Rusia.

Un reciente estudio de la Universidad de Yale asegura que más de 550 compañías occidentales mantienen vínculos con Rusia, una cifra casi similar a las 525 del millar que han anunciado desde el inicio del conflicto armado que dejarían voluntariamente de operar en la economía invasora.

Una larga lista de empresas en lista de espera

En este sentido, el Financial Times precisa que más de 2.000 firmas buscan fórmulas de salida del mercado ruso, cuyas autoridades imponen determinados criterios, tanto accionariales como logísticos y burocráticos, que demoran los finiquitos o la transferencia de los activos a manos controladas por el Kremlin desde el comienzo de las hostilidades.

Firmas americanas, italianas, francesas, alemanas y de Países Bajos operan con normalidad en Rusia pese a las sanciones occidentales

El estudio de Yale desvela algunas de las firmas que, sin embargo, operan como si la contienda bélica no se hubiera detonado. Lo hacen desde americanas como Tupperware, Tom Ford o TIG a italianas como Boggi, Benetton o Calzedonia, francesas como Clarins, Etam o Lacoste, alemanas como Siemens Healthneers o Braun y de Países Bajos como Philips.

Además, operan con el mercado ruso otras ajenas al entramado sancionador occidental como las chinas, que se han convertido en las que más han aumentado su censo de empresas con capital foráneo.  Entre ellas sobresalen Alibaba, Tecent o ZTE, así como las líneas aéreas Emirates, Egyptair, Qatar o Turkish.

El análisis de la prestigiosa universidad estadounidense lo ha elaborado un equipo de expertos académicos que han recopilado y hecho seguimiento de las estrategias corporativas con ribetes oficiales desveladas por sus direcciones ejecutivas desde febrero de 2022.

En total, 1.389 firmas de todo el mundo agrupadas en cinco categorías. Las tres peores, las que "se atrincheran", las que "compran tiempo" y las que han emprendido "desescaladas", según la terminología empleada por sus expertos, alcanzan las 555, casi el 40% del censo.

Entre las primeras se encuentran Engie, TotalEnergies o Yves Rocher (Francia); Unilever (Reino Unido), Giorgio Armani (Italia), ING (Países Bajos), Merck (Alemania), Nestlé (Suiza) o Red Bull (Austria).

De las segundas, destacan a la británica AstraZeneca, la italiana Barilla, la alemana Bayer o la francesa BlaBlaCar.

Por último, entre las que están en fase de negociaciones abiertas, las norteamericanas Adobe, Google (Alphabet), Coca-Cola, JP Morgan, Microsoft o Duolingo, las alemanas Allianz y Bosch, la japonesa Toyota, las suecas Vattenfall o Spotify o las italianas Pirelli, Eni o Ferrero.

La armada española que permanece en Rusia

Hasta una veintena de empresas españolas siguen operando en suelo ruso. Así lo constata la página web LeaveRussia, diseñada y gestionada por el KSE Institute, centro de investigación y análisis de la Kyiv School of Economics.

Dicho centro monitoriza, con profesores vinculados sobre todo a áreas de tecnología e innovación, las acciones de las compañías occidentales sometidas teóricamente a las represalias decretadas por el G7, pero que siguen con su operativa en el mercado invasor.

Realizan este trabajo a partir de informaciones oficiales y de medios de comunicación internacionales, publicaciones de think tanks, de bancos de inversión o entrevistas o canales de información directas.

En su base de datos, LeaveRussia permite sondear empresas por nacionalidades. En su buscador aparecen una veintena de capital español.

Entre las que continúan con sus sedes y sus negocios operativos surgen Puig, Mango, ID Finance, Borges, la firma de equipamiento especializada en piscinas Fluidra, la manufacturera Maxam y sus rivales MP Macpuarsa y Orona, la tecnológica Pandas, la agrícola Grupo Fuertes, la electrónica Soler & Palay o la energética Técnicas Reunidas.

Las españolas Puig, Mango, ID Finance, Borges, Fluidra, Maxam, Macpuarsa, Orona, Pandas, Grupo Fuertes, Soler & Palay o Técnicas Reunidas siguen en el mercado ruso

Mientras, la empresa de alimentación y bebidas Anecoop está a la espera de que se consuman las negociaciones de cesión de activos y en fase de desinversiones y la multinacional de servicios online Amadeus (también con capital francés), la industrial Hidral y la educativa GSMA MWC (gestora del Mobile World Congress de Barcelona), en el mismo estadio, pero con sus negocios en desescalada.

Por otro lado, 21 compañías han abandonado el mercado ruso, aunque con sus negocios bajo suspensión. Entre ellas, la inmensa mayoría de grandes multinacionales, como Repsol, Inditex o Iberia, eDreams Odigeo, Lladró, Santander o Tous. 

Mención aparte merece Tendam. La multinacional de la moda se encuentra, según este portal, en un escenario similar, pero una información reciente de Reuters asegura que la compañía opera en Rusia bajo una empresa bielorrusa siguiendo el modelo de Mango, que transfirió en 2022 sus catálogos de ropa mediante firmas franquiciadas a sus tiendas en Rusia.

Problemas con la burocracia mercantil rusa

Las lecturas de estas reticencias empresariales a salir de Rusia son variadas, y algunas, cargadas de lógica. Una de ellas es la lenta gestión de la agencia de participaciones estatales Rosimushchestvo a la hora de decidir y administrar compañías foráneas y asumir su dirección.

Un claro ejemplo lo encontramos en la importadora alemana de gas Uniper, que ha pasado al control federal de la cancillería alemana ante la quiebra de sus finanzas en 2022 y con vínculos corporativos con su subsidiaria Unipro. Otro, en la eléctrica finlandesa Fortum Oyi.

Ambas compañías se hallan bajo unos interminables trámites de expropiación que aún están siendo considerados por parte del Kremlin.

En este sentido, alguna de las firmas involucradas en procesos de retirada de Rusia critica lo que denominan una trampa financiera, en alusión a un reciente decreto de Moscú por el que las compañías occidentales deben vender sus acciones con un descuento del 50% y pagar "una tasa voluntaria" de otro 10% del total de la operación para "incorporar al presupuesto ruso".

Así lo aseguraba el portavoz del Kremlin Dimitri Peskov antes de aclarar que, con esta medida, su Gobierno ha creado un fondo monetario para compensar "las expropiaciones de activos rusos en el exterior".

"Si dispones de buenos socios en Rusia, puedes tener la suerte de retirar tus activos y conseguir recuperar tu dinero", lo que incluye accesos a conexiones directas con los círculos próximos al Kremlin, tal y como explica a Euronews Alexandra Prokopenko, exempleada del Banco Central de Rusia y ahora consultora en el German Council on Foreign Relations.

El BCE alerta sobre los activos tóxicos bancarios

En este clima para hacer negocios, el BCE parece haber perdido la paciencia con los bancos de la zona del euro que todavía operan en Rusia, a los que les conmina para abandonar el país "lo antes posible", a la "menor oportunidad que puedan".

El BCE advierte a los bancos europeos que "deben reducir su exposición" ante eventuales exámenes de solvencia y liquidez y velar por su imagen reputacional

Así lo alertó en una reciente conferencia el supervisor jefe de la autoridad monetaria Andrea Enria. Lo recomienda con objeto de "reducir su exposición ante próximos y eventuales evaluaciones sobre el estrés de solvencia y liquidez" y de evitar que se disparen "sus riesgos reputacionales" por operan en Rusia.

Financial Times cifra en 45 el número de bancos europeos que se mantienen en el mercado ruso a través de entidades financieras subsidiarias. "Vamos a poner toda la presión sobre ellos porque de su presencia activa en Rusia se pueden derivar fenómenos de toxicidad en sus activos", matizó Enria.

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