Este artículo se publicó hace 7 años.
Pulso en los puertosLa oposición tumba el decreto del Gobierno que liberaliza la estiba
La anunciada abstención de Ciudadanos limita al PP y al PNV los respaldos a la norma impuesta por la UE, mientras que el resto de los grupos se manifiesta en contra en medio de un tenso debate
Madrid--Actualizado a
La mayoría de los grupos parlamentarios del Congreso de los Diputados se ha manifestado esta mañana en contra de la convalidación del decreto-ley presentado por el Gobierno por el que se liberalizan los servicios de estiba en los puertos españoles con la pretensión de cumplir una sentencia del Tribunal de Justicia de la UE de 2014. Es la primera vez de la cámara parlamentaria adopta una posición contraria, de “desobediencia”, a una norma impuesta desde Bruselas.
La votación por el pleno ha confirmado el resultado anunciado: han participado en el sufragio la totalidad de los parlamentarios, 348 presentes más dos votos emitidos telemáticamente (en caso de enfermedad). A favor de convalidar el decreto se han pronunciado 141 diputados, en contra otros 174, mientras que las abstenciones han sumado 33 (uno de ellos por equivocación, el de Íñigo Errejón). Es la primera vez en esta legislatura que el Gobierno y el grupo popular pierden una votación sobre un texto legislativo presentado por el Ejecutivo.
La votación negativa ha sido anunciada por los grupos parlamentarios socialista, de Podemos, de ERC y otras fuerzas minoritarias. Los diputados de Ciudadanos se han decantado por la abstención mientras que la norma del Ejecutivo ha recibido el respaldo del grupo popular y del PNV, que son sido insuficientes para superar los votos de quienes se oponer.
Finalmente, la abstención del grupo de Ciudadanos, que ayer mismo había anunciado su respaldo al decreto-ley, ha posibilitado la derrota del Gobierno. La noche anterior, sobre el papel, el resultado de la votación era incierto ante la posible ausencia de tres diputadas de formaciones que se mostraban en contra por encontrarse de viaje oficial en Nueva York.
A la hora prevista para la votación estas tres parlamentarias (Marta Sorlí, de Compromís, Ángela Rodríguez, de Unidos Podemos-En Comú-En Marea , y Teresa Jordá, de ERC) han estado presentes tras haber adelantado su regreso, previsto para mañana viernes, una vez fueron avisadas de la “necesidad” de su participación en la votación ante el ajustado resultado que se anunciaba.
El debate y la votación de esta polémica norma que afecta a un colectivo laboral en torno a 6.100 trabajadores se ha producido después de que en la víspera no se alcanzase un acuerdo entre la patronal y el sindicato de estibadores en una negociación in extremis en la que también estuvo presente el Gobierno.
En la tribuna del hemiciclo han estado presentes durante el debate un grupo de representantes del colectivo laboral de la estiba que han sido saludados por el diputado de Unidos Podemos-En Comú Podem-En Marea, Félix Alonso, y el resto de la bancada del grupo confederal. Los trabajadores han respondido levantando el puño desde sus asientos y la presidenta del ha recordado la prohibición de hacer manifestaciones, aunque les ha permitido continuar en el debate sin desalojarlos.
El ministro de Fomento, Íñigo Gómez de la Serna, he defendido la idoneidad del contenido del decreto porque “se limita a cumplir la sentencia del Tribunal de Justicia de la UE”, al tiempo que ha considerado que los puestos de trabajo no están en peligro.
“Se trata de adecuar nuestro mercado a las exigencias comunes de la UE”, ha explicado el ministro en una larga intervención en la que ha detallado más aspectos técnicos y jurídicos que laborales. “El decreto no tiene casi nada, tan solo cuatro artículos”, ha esgrimido. Y ha incidido sobre la amenaza de tener que pagar 134.000 euros diarios si no se convalida la norma.
Durante el debate los respectivos portavoces han defendido con argumentos muy diferentes sus respectivas posiciones. Sin embargo, la intervención del portavoz del grupo popular, Miguel Barrachina, ha desatado la polémica al criticar directamente al grupo de Podemos: “Hace unos días llevaban el brazalete morado pero en Algeciras todos los 1.600 estibadores son hombres, ¡qué puntería, señor Iglesias!, se ha quitado el brazalete morado y lo ha escondido debajo del escaño”, momento en el que ha recibido abucheos desde la bancada morada.
Pero Barrachina se ha venido arriba: “Yo he recibido muchas amenazas de los del brazalete”, ha dicho provocando múltiples protestas desde los escaños del grupo de Unidos Podemos-En Comú Podem-En Marea. En ese momento Pablo Iglesias se ha dirigido a la Mesa para trasladar una queja a su comapañera Gloria Elizo, mientras el ambiente se caldeaba y la presidente ordenaba callar.
Pastor ha llegado a llamar al orden por primera vez al diputado de Podemos Juan Antonio Delgado, aunque la cosa no ha pasado a mayores. La portavoz de la bancada morada, Irene Montero, ha pedido la palabra para trasladar la queja de su grupo por atribuírsele amenazas por parte de Barrachina. “Así como nosotros nos tenemos que oír lo que usted nos diga, creemos que también el matonismo merece una reflexión de esta cámara”, ha dicho.
El diputado popular ha replicado que “Podemos amenaza como amenaza a los periodistas, a jueces y amenaza al PP”. Más bronca y hasta el portavoz del grupo popular, Rafael Hernando, ha querido también medrar para protestar por el uso de la palabra “matonismo” referida a su grupo.
Finalmente, las protestas han ido cediendo y la presidenta ha dado por concluido este debate, dando paso al punto siguiente en el que, para sorpresa de unos y de otros, ha intervenido en primer lugar Pablo Iglesias… para hablar sobre perros y su posición contraria a que se les corte el rabo.
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