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Evergrande vende parte de sus acciones en un banco chino por 1.320 millones 

La inmobiliaria china, con graves problemas de liquidez, no podrá utilizar los fondos de esta operación para pagar los intereses de los bonos que vencen esta semana.

Vista del edificio donde tiene su sede central China Evergrande Group, en la ciudad de Shenzhen (en la provincia de Guangdong). REUTERS/Aly Song
Vista del edificio donde tiene su sede central China Evergrande Group, en la ciudad de Shenzhen (en la provincia de Guangdong). REUTERS/Aly Song. Aly Song / REUTERS

El endeudado gigante inmobiliario chino Evergrande anunció este miércoles la venta del 19,93 % de las acciones que posee del banco comercial Shengjing Bank a un conglomerado de propiedad estatal por 9.993 millones de yuanes (1.545 millones de dólares, ó 1.322 millones de euros). El grupo chino, tras la operación, mantendrá una participación en la entidad del 14,57%.

Sin embargo, estos fondos probablemente no acabarán en la tesorería de la inmobiliaria, ya que Shengjing Bank puso como condición para aprobar la operación que las ganancias netas que de ella obtenga Evergrande vayan a pagar las deudas que tiene con el propio banco.

Esta exigencia sugiere que Evergrande, que no pagó los intereses de sus bonos la semana pasada, no podrá utilizar los fondos para otros fines, como el pago de intereses a tenedores de bonos en el extranjero, por valor de 47,5 millones de dólares, que vencen el miércoles. Este plazo de pago está siendo observado de cerca por los inversores como la próxima gran prueba a la que se enfrenta la promotora en los mercados públicos.

El conglomerado que adquirió ese paquete accionarial es identificado en el documento como Shenyang Shengjing Finance Investment Group, un grupo público formado por diferentes instituciones tanto de la ciudad nororiental de Shenyang (donde el banco tiene su sede) como de la provincia a la que esta pertenece, Liaoning.

La razón esgrimida para llevar a cabo la transacción es que los "problemas de liquidez" de Evergrande "han afectado de manera adversa y material a Shengjing Bank".

Varias personas pasan por delante de una sucursar del banco chono Shengjing Bank, en la localidad de Shenyang (provincia de Liaoning). REUTERS/Tingshu Wang
Varias personas pasan por delante de una sucursar del banco chono Shengjing Bank, en la localidad de Shenyang (provincia de Liaoning). Tingshu Wang / REUTERS

En mayo, el portal de noticias económicas Caixin había informado de que los reguladores bancarios chinos estaban investigando más de 100.000 millones de yuanes (15.461 millones de dólares, 13.227 millones de euros) en transacciones entre Evergrande y Shengjing Bank, que tiene "grandes cantidades" de bonos de su matriz y, hasta ahora, principal accionista.

Aunque Evergrande aseguró que todas sus operaciones con Shengjing Bank cumplían con las normativas establecidas, poco después el teniente de alcalde de Shenyang pidió a las compañías públicas de la zona que fuesen incrementando "paulatinamente" su participación en la entidad para "acelerar su conversión en un banco bueno".

La operación, en todo caso, sentó bien a las acciones del grupo chino en la Bolsa de Hong Kong, donde cerraron la sesión con un alza del 14,98%. No obstante, pese a la montaña rusa de los últimos días, Evergrande tiene pocos motivos para festejar estas subidas: ha perdido un 78,3% en Bolsa desde principios de año.

Rebaja del rating de Fitch

Evergrande, que en su día simbolizó el crecimiento frenético de la construcción en China, se ha convertido rápidamente en el mayor quebradero de cabeza del mundo empresarial chino, ya que se debate entre una quiebra desordenada que contagie al conjunto de la economía, un colapso controlado o la perspectiva menos probable de un rescate por parte de Pekín.

La venta de las acciones del banco podría ser un preludio de la reestructuración de Evergrande que, según los analistas, pasaría por un despiece de la compañía (cerrando algunas filiales no relacionadas con los negocios inmobiliarios) en el que se pasarían proyectos a otras promotoras para garantizar su finalización antes de que una compañía estatal actuase como "inversor estratégico" para resolver los problemas de financiación del grupo.

Si bien lo que ocurra en el futuro con Evergrande todavía se mantiene en el terreno de la especulación, las malas noticias se siguen acumulando para el conglomerado: a última hora de la noche del martes, la agencia de calificación de deuda Fitch rebajó la calificación del riesgo emisor a largo plazo del endeudado gigante inmobiliario chino Evergrande de 'CC' a 'C', el tercer nivel más bajo de su escalafón.

De hecho, la calificación 'C' de Fitch se emplea para empresas que estén cerca de entrar en una situación de impago de sus obligaciones de deuda, como es el caso de Evergrande: las cláusulas de sus bonos offshore le conceden una prórroga de 30 días tras las fechas de vencimiento antes de que se considere oficialmente que no ha cumplido con sus obligaciones.

La compañía sí que había anunciado la semana pasada un acuerdo para cumplir con sus obligaciones para con los tenedores de un lote de bonos onshore, cotizados en yuanes a través de la Bolsa de Shenzhen.

En los últimos meses, Fitch ha rebajado en varias ocasiones la calificación de Evergrande: en junio, al 'B', pasando en julio al 'CCC+' y el pasado día 7 al 'CC', antes de entrar en el actual 'C'.

El silencio de Evergrande sobre sus obligaciones de pago en el extranjero ha dejado a los inversores globales preguntándose si tendrán que asumir grandes pérdidas cuando termine el período de gracia de 30 días para la última semana y los plazos de pago del cupón del miércoles.

A finales de junio, según los datos ofrecidos por el grupo, su pasivo total superaba los 300.000 millones de dólares, de los que tiene que devolver 37.000 millones en préstamos antes de que termine el primer semestre de 2022.

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