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El 'Caso Triodos' empaña el buen momento y la confianza en las finanzas éticas

El grupo de abogados Col·lectiu Ronda prevé que la primera sentencia condenatoria contra el banco neerlandés por comercializar productos financieros de riesgo genere la fuga del sector de algunos clientes en Catalunya.

Una de las oficinas de Triodos Bank en España. / EUROPA PRESS
Una de las oficinas de Triodos Bank en Catalunya. / EUROPA PRESS.

Desde el año 2007, el ahorro recogido por las entidades financieras éticas se ha multiplicado casi por 20. El dato es un elemento más que constata el buen momento global que vive el sector, tanto en Catalunya, como en el Estado español. La percepción se extrae del Barómetro de las finanzas éticas y solidarias 2021, publicado recientemente por la asociación de Financiación Ética y Solidaria (FETS). Allí se observa que en el ámbito estatal el importe del ahorro superaba los 2.640 millones de euros en 2021, un 7,55% más que el año anterior. Por su parte, el volumen de financiación creció un 8,37% hasta alcanzar un nuevo máximo histórico de 1.871 millones de euros de crédito con sus clientes y con proyectos de impacto social y ambiental positivo.

Asimismo, la cifra de préstamos gestionados por las entidades bancarias y parabancarias se ha multiplicado por 11 desde hace 14 años. Pese a estos datos positivos, una sentencia del Juzgado de Primera Instancia número 54 de Barcelona, ​​en la que se ha condenado a Triodos Bank, la entidad neerlandesa de referencia en el mundo de la banca ética, por comercializar Certificados de Depósitos de Acciones (CDA), pone el foco en la credibilidad de estas entidades y dispara los temores sobre la posible fuga de algunos de sus clientes.

El Barómetro de las finanzas éticas y solidarias 2021 recoge las cifras del año pasado de 22 entidades bancarias y parabancarias y 11 compañías aseguradoras, muchas de ellas en Catalunya, que cumplen criterios éticos respecto a su funcionamiento, la exclusión de inversiones contrarias a los derechos humanos y ambientales y el compromiso con el impacto social de los proyectos financiados. El sector medioambiental lidera los ámbitos financiados con un 36,76% sobre el total. La morosidad del 2021, marcada por la pandemia y por la crisis económica que han sufrido muchas iniciativas, se ha mantenido en unos registros aceptables. El índice se ha quedado en el 1,24% cuando, según datos del Banco de España, el sector bancario convencional alcanza el 4,29%.

Para la coordinadora de FETS, Nina González Fernández-Argüelles, aunque "el contexto bélico ha disparado la inversión en la industria armamentística y la clasificación europea considera el gas y la nuclear como energías verdes, este año las finanzas éticas se han mostrado fieles a sus orígenes, muy vinculados al pacifismo y al ecologismo". Mientras, el responsable del Observatorio de las Finanzas Éticas, Sergi Salavert, destaca que "la información recogida en el barómetro demuestra que, en el sector financiero, es posible crecer sin renunciar a los principios".

La contradicción ética

Precisamente estos principios éticos a los que alude Salavert, son los que se han visto sacudidos con la reciente sentencia de un juzgado de Barcelona, ​​que obliga al banco holandés Triodos a reintegrar los más de 18.000 euros invertidos por un cliente de la entidad en sendas adquisiciones de CDA (años 2011 y 2018) al considerar que la entidad incumplió sus deberes contractuales modificando "las características esenciales del producto contratado y mutando de forma importante la naturaleza del mismo hasta el punto de poder afirmar que estamos ante un producto completamente distinto al inicialmente contratado y sobre el que los demandantes fueron informados".

El magistrado recuerda que Triodos Bank, entidad del sector de la banca ética, "defraudó las legítimas expectativas de los tenedores que pusieron su dinero en este producto bajo la promesa de que así se evitaba la especulación con sus títulos".

Desde el Col·lectiu Ronda, cooperativa de abogados que asesora a unos 500 afectados en Catalunya de las 'preferentes' de Triodos Bank, el letrado Òscar Serrano, señala "la decepción, el desengaño y la frustración que hemos captado a consecuencia de la contradicción ética que supone el caso".

De hecho, según comenta Serrano, el cabreo lógico de los clientes puede hacer que una de las primeras decisiones que tomen sea retirar sus ahorros. El Caso Triodos afecta a 7.000 tenedores en España y a más de 46.000 en Europa. "La retirada de los ahorros y los depósitos es la forma de que disponen de materializar la pérdida de confianza. Una primera derivada es el riesgo de crisis reputacional, no sólo de Triodos, sino de todo el sector de la banca ética. Estos clientes desencantados dejarán de ser prescriptores".

El juzgado barcelonés considera que Triodos informó correctamente sobre la posibilidad de riesgo de pérdida de valor de la inversión o que una eventual orden de venta pudiera demorar brevemente antes de concretarse.

Por el contrario, tal y como reclamaba la demanda del Col·lectiu Ronda, la entidad no advirtió en ningún momento sobre unos riesgos que se han acabado materializando y que han abocado a los tenedores de CDA a acumular grandes pérdidas en el valor de su inversión y a no poder acceder de ninguna forma a los ahorros invertidos. Concretamente, la sentencia considera que Triodos incumplió con la obligación de mantener un mercado interno gestionado por la entidad donde fuera posible comercializar con los CDA para obtener liquidez y defraudó la confianza de sus clientes, desvinculando su valor del contable de la misma entidad para pasar a dejar la determinación del precio en las reglas especulativas del mercado.

Efecto contagio

Para Serrano, la actuación de Triodos Bank responde a "modificaciones radicales en la naturaleza y funcionamiento de un producto suscrito por los clientes con unas características concretas que, posteriormente, el banco ha modificado unilateralmente causando un grave perjuicio".

El abogado augura que ahora se vislumbra un punto de inflexión en el mundo de la banca ética. Los clientes que hace una década habían huido de las entidades tradicionales a raíz del escándalo de las preferentes sufren una falta de confianza en el sector. Lo más probable es que se produzca un efecto contagio.

Aunque hay colectivos que mantienen por encima de todo sus principios éticos en las finanzas, otros aprovecharán la ocasión para cambiarse o volver a la banca tradicional. Una consecuencia esperanzadora para otras entidades de la banca ética más pequeñas es que éstas puedan beneficiarse de rebote del éxodo de clientes de Triodos Bank.

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