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Los grandes bancos centrales acuden a salvar el euro de la parálisis política

La Fed, el Banco de Japón, el Banco de Inglaterra, el Banco de Canadá y el Banco Nacional Suizo acuerdan con Draghi abrir líneas de liquidez para evitar que la banca europea repita multiplicado el colapso de Lehman

ANA FLORES

Que llueva dinero sobre Europa. Que caiga sobre la banca que esto se paraliza. No es la austeridad ni son las reformas. La confianza no vuelve. La banca no se fía de la banca porque sigue en muchos casos repleta de activos tóxicos y ha parado el circuito del dinero. Otra vez. Con los comentarios de extrema falta de liquidez de las entidades, los rumores de colapso y las comparaciones con Lehman Brothers multiplicándose, los principales bancos centrales de todo el mundo salieron ayer en tromba de la mano del Banco Central Europeo (BCE) para asegurar que no van a dejar caer el euro así como así, por la cuenta que les trae.

Mientras los mandatarios de la moneda única se deciden a arreglar sus problemas, van a engrasar sus máquinas de hacer dinero y a tenerlas listas para cuando haga falta inyectar liquidez. Es una iniciativa muy contundente, que da idea de la gravedad de la situación, aunque los expertos ya avisan de que sólo es oxígeno para ganar tiempo pero no soluciona los problemas de fondo.

El BCE recibirá financiación en dólares más barata y más tiempo

Mario Draghi, el presidente del BCE, obligado a la extraña forma de ser independiente que impone la canciller alemana, Angela Merkel, no está solo. 'El Banco de Canadá, el Banco de Inglaterra, el Banco de Japón, la Reserva Federal (EEUU) y el Banco Nacional Suizo anuncian (junto al propio BCE) acciones coordinadas para incrementar su capacidad de proveer de la liquidez necesaria al sistema financiero mundial', fue la categórica afirmación con la que comenzaba el comunicado conjunto que provocó en minutos lo que no han logrado en los últimos meses ni ajustes ni tecnócratas: fuerte subida de las bolsas y caída de las primas de riesgo. No se olvidaron del guiño a la economía real, que lleva desde el verano de 2007 recibiendo el golpe de las prácticas del mundo financiero. 'El propósito de estas acciones es reducir las tensiones de los mercados financieros y de ese modo mitigar los efectos que provocan en la concesión de crédito a familias y empresas'.

Con la artillería preparada, la prioridad es la falta de liquidez en dólares de algunos bancos, por donde podría iniciarse el colapso. Las entidades del Viejo Continente compraron activos en dólares que no han saneado y eso incluye títulos respaldados por hipotecas subprime, sobre todo de la banca francesa, esperando a demostrar que no valen nada en su fecha de vencimiento. Hasta entonces, pueden mantenerlos en sus balances sin admitir su existencia, pero sólo si encuentran financiación. Porque los dólares que se pidieron para comprar esos títulos vencen y hay que refinanciarlos periódicamente o vender y afrontar la pérdida. El grifo de la financiación se cerró a mediados de este año y entonces saltaron las alarmas. 'En julio, fondos estadounidenses como Pimco dijeron que veían muy mal Europa y cortaron la financiación. El mercado en dólares de Nueva York se cerró', recuerda José Carlos Díez, economista jefe de Intermoney. 'Société Générale tenía 50.000 millones de dólares en títulos en ese mercado. La banca europea, 200.000 millones'.

Lagarde aplaude desde el FMI la ayuda, que beneficia sobre todo a Francia

Ahora el BCE, que ya pactó una línea de intercambio de divisas (euro/dólar) con la Fed, podrá acudir a financiarse aún más barato (0,5 puntos sobre el overnight index swap hasta febrero de 2013, frente al tope de agosto de 2012 establecido hasta ahora).

La directora gerente del FMI, Christine Lagarde, exministra de Economía de Francia y conocedora de la situación de la banca gala salió ayer a aplaudir el acuerdo. 'Es una clara indicación de que los europeos, pero también todos los banqueros centrales, se dan cuenta de la urgencia', dijo.

Este movimiento, que 'permite al BCE financiarse más barato en dólares, anticipa una rebaja a los bancos', comenta Javier Flores, responsable del servicio de Estudios de Asinver, que recuerda que 'se espera una nueva rebaja de tipos el próximo jueves'.

Pero todo esto compra tiempo, no arregla Europa, creen Díez y Santiago Carbó, catedrático de Economía de la Universidad de Granada. 'Seguimos a punto de colapsar', asegura Carbó. 'Cada vez es mayor la duda de si el euro resistirá. Hay que resolver el problema de la deuda periférica'. La subasta que realizará hoy el Tesoro español, con una captación de hasta 3.750 millones, será según Carbó una prueba clave del margen que queda.

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