Si hay una fecha fatídica en los últimos años de la Bolsa española, es marzo de 2009. El día 9 de aquel mes, el Ibex 35 marcó su nivel más bajo desde el inicio de la crisis financiera: 6.817 puntos.

Ahora, el pésimo mes de agosto y las últimas cuatro sesiones en rojo han acercado al Ibex 35 a esos peligrosos niveles. Ayer, tras una caída del 1,61%, retrocedió hasta los 7.936 puntos, su punto más bajo desde ese marzo de 2009, cuando acaba de comenzar la remontada bursátil tras la debacle que produjo la quiebra de Lehman Brothers. 'En el peor de los casos, esta crisis está lejos de ser tan aguda como la anterior. Así que no es demasiado probable que el mercado vuelva a los mínimos de marzo de 2009', asegura Alberto Castillo, analista de Capital Bolsa.

Lo que no quita que todavía quede recorrido a la baja. Ayer, la Bolsa española fue, junto con la italiana, que perdió un 1,98%, la más castigada. Y eso que la presión sobre la deuda de ambos países se redujo. La prima española cayó siete puntos, hasta los 234 puntos básicos y la italiana, seis, hasta los 370, tras una contundente intervención del BCE comprando bonos, según dijeron los operadores del mercado.

Como en los peores momentos de la crisis de 2008, el mercado se ha instalado en el modo pánico. El temor a una segunda recesión, las dudas en torno a la solución de los problemas de Grecia y el contagio de estos al resto de Europa son las causas. 'Tal vez la única solución posible al pánico actual sea una 'abultadísima caída que obligue a los políticos a actuar con la contundencia y rapidez que realmente se necesita', asegura Castillo.

Con esa contundencia con la que actuó ayer el Banco de Suiza, interviniendo en el mercado de divisas y avisando a los inversores de que no permitirá que el franco caiga por debajo de 1,20 euros. 'Era una demanda del lobby empresarial que ha visto cómo se desplomaban las exportaciones y la Bolsa, por el hecho de que el franco se hubiera convertido en el refugio de Europa', explica Daniel Álvarez, experto en divisas de XTB Brokers. Tras la decisión, la Bolsa de Zúrich ganó un 4,17%.