Las grandes fortunas y los altos ejecutivos españoles están enzarzados en un fuerte debate interno sobre si pedir o no al Gobierno que les suba los impuestos. Así seguirían el ejemplo de los millonarios franceses y alemanes, que públicamente lo han reclamado ya el mes pasado. Mañana martes, los ricos españoles darán su veredicto, que se reflejará en el resultado de la reunión que mantendrá el lobby más poderoso con el que cuentan: el Consejo Empresarial para la Competitividad.

Una gran parte de los 17 grandes empresarios y ricos que integran este Consejo, creado en febrero pasado para influir en las reformas del Gobierno, está a favor de hacer un gesto para aportar su granito de arena en la grave crisis económica. Y, por eso, quieren plantearlo en la reunión del Consejo convocada para mañana, tras un debate que se ha tensionado al máximo en los últimos días, como desveló ayer Público. Hay disensiones porque los empresarios tienen miedo de tomar una postura que les perjudique en un tema que ha provocado una marejada política en el PP y el PSOE.

Lo que salga de esta reunión reflejará la postura de los ricos sobre la petición de un aumento de sus impuestos, una medida, para algunos de ellos, 'estética' pero necesaria. Los detractores ganarían si logran que ni siquiera se plantee el debate en la reunión o, también, si una vez planteado, cosechan apoyos para el 'no'.

Entre los que se oponen al impuesto para ricos podría haber dos altos ejecutivos de dos de las principales empresas del país, que tienen peso en el Consejo. Pero según fuentes de este grupo de presión, 'gran parte está a favor' de pedir un alza fiscal para mostrar su 'responsabilidad con el país'.