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El mercado se ceba ahora con Italia y pone al euro al borde del abismo

La prima de riesgo de los bonos españoles e italianos marca máximos desde la creación de la moneda única ante el bloqueo de la situación griega

A. M. VÉLEZ / S. R. ARENES

Arrecia el acoso de los mercados a los llamados países periféricos. Tras Grecia, Irlanda, Portugal y España, le toca a Italia. Palabras mayores: si sólo se cuenta a España e Italia, se cuestiona la solvencia de la cuarta y la tercera economía de la zona del euro, respectivamente. El recorte anunciado por el Gobierno de Silvio Berlusconi no ha convencido a los mercados, y por ello, el miedo a un contagio de la crisis de la deuda pública a ese país ya empezó a asomar el pasado viernes. Ayer cobró fuerza, a cuatro días de que se publiquen las pruebas de estrés a la banca europea, y sin que los países del euro hayan logrado un acuerdo sobre cómo salvar a Grecia del abismo. Resultado: derrumbe de las bolsas y los intereses de la deuda pública, disparados.

La rentabilidad de los bonos españoles a diez años superó ayer el 6% por primera vez desde 1997. Es una línea roja, porque a partir de esa cota se hizo inevitable rescatar a Grecia e Irlanda. La prima de riesgo o diferencial entre el bono español y el alemán (considerado el más seguro), que mide la percepción de impago de la deuda, rozó los 340 puntos y cerró en 336 puntos, su máximo desde la creación del euro y la cota más alta desde 1996. En un día, subió 52 puntos, una cifra sin precedentes. El Ibex 35 bajó un 2,96% (la segunda mayor caída del año), hasta su mínimo desde enero y los CDS (seguros contra el impago de la deuda) de los bonos a 5 años se encarecieron un 4,4%.

La Bolsa italiana cae un 3,96% pese a la prohibición de ventas a corto

En el caso de Italia, igual o peor: de poco sirvió la decisión de su regulador bursátil de poner coto a las ventas al descubierto, una práctica especulativa que consiste en vender a plazo valores que no se tienen, con la esperanza de comprarlos pronto más baratos y cobrar las plusvalías. El principal índice bursátil italiano, el MIB, cayó un 3,96%, la mayor bajada desde mayo de 2010 (cuando se negociaba el primer rescate griego) y la prima de riesgo de sus bonos superó los 300 puntos básicos por primera vez desde 1996. Cerró en 301 puntos, tras subir 65 enteros en un solo día.

Todas las bolsas europeas cayeron a plomo y el miedo llegó a Estados Unidos, que también tiene un serio problema con su deuda pública, aunque hasta ahora se ha librado de los ataques. El Dow Jones, su principal índice bursátil, cayó un 1,2% y el oro (valor seguro en tiempos de turbulencias) se apuntó su sexta subida consecutiva y ya acaricia el máximo histórico de abril pasado. La cotización del euro cayó un 1,6%, hasta 1,4 dólares, su mínimo desde mayo.

La rentabilidad de los bonos españoles supera la línea roja del 6%

De fondo, crecen las dudas sobre la viabilidad del euro. Lo dijo el italiano Mario Draghi, futuro presidente del Banco Central Europeo (BCE), al referirse al atolladero griego: la zona del euro 'no sabe cómo gestionar una quiebra de deuda soberana' y, si Grecia entrase en default, llegaría el efecto dominó y los mercados estarían 'encantados de explotar una situación mal gestionada'. Las palabras de Draghi, que sabe de qué habla (fue vicepresidente del banco de inversión Goldman Sachs en Europa), tienen plena vigencia, aunque no las dijo ayer: datan del pasado 15 de junio.

El gran problema para los socios del euro es que, visto que se atasca la solución francesa para Grecia (que los bancos acepten alargar los plazos de su deuda), la hipótesis de una quiebra controlada del país (un impago sólo para determinado tipo de bonos), una situación a la que la UE nunca se ha enfrentado, gana enteros. Algunos expertos apuntan a una solución mixta que debería pasar por ese impago parcial (quita) y también por el aplazamiento de pagos. En lo que coinciden todos los consultados es en que si no hay un acuerdo pronto, está en peligro la supervivencia del euro, y la región debe dar ya una respuesta firme sobre el segundo rescate de Grecia.

Alberto Montero, profesor de Economía de la Universidad de Málaga, lo resumía así: 'Falta una autoridad política que hable con una sola voz y tome una solución'. Al final, los ataques se retroalimentan por el 'mecanismo de la profecía autocumplida'. Para Luis Benguerel, director de renta variable de Interbroker, 'los políticos europeos reaccionan siempre tarde, mal y por detrás de los mercados'. La rueda de especulación es tal que 'a medio plazo el ataque puede saltar también a EEUU y Reino Unido'. Benguerel, no obstante, no comparte la idea de la quiebra: 'Lo único que aprendimos de Lehman Brothers es que no se podía ir a una suspensión de pagos'.

Santiago Carbó, de la Universidad de Granada, sí apuesta en cambio por el 'default ordenado' de Grecia: 'Una integración europea que suponga cierta transferencia de renta a Grecia y que implique una política económica distinta' en aquel país. En otras palabras: que Atenas ceda parte de su soberanía a cambio de no pagar parte de sus créditos.

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