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Bancos y cajas quieren congelar el sueldo de sus empleados dos años

Las patronales lo defenderán hoy en las reuniones que mantendrán con sindicatos. Banco Santander propone a los accionistas que aprueben un bonus anual de 330 millones para 250 altos directivos

V. ZAFRA / A. M. VÉLEZ

Las políticas de retribuciones de las entidades financieras con sus directivos siguen sin ir en la misma dirección. Los bonus para los altos ejecutivos siguen estando a la orden del día como forma de premiar su permanencia y su buena gestión en el grupo, mientras para los trabajadores de base se pide más contención que nunca en los salarios con el argumento de que el negocio financiero está muy mal en España y todo el mundo tiene que apretarse el cinturón.

Prueba de ello la dio ayer el Banco Santander (aunque no es el único), que anunció un plan de incentivos para sus altos directivos (hasta 330 millones este año para los 250 más altos y otros 155 millones para los 6.500 de rango medio), mientras la patronal de banca (de la que forma parte destacada) defiende la congelación de salarios durante dos años. En todo caso, el banco presidido por Emilio Botín también ha decidido no subir la retribución fija de sus altos ejecutivos.

Los sindicatos aceptarían no subir salarios a cambio de aumentos posteriores

Las peticiones de contención de salarios se plasman en las mesas de negociación de los convenios colectivos tanto de bancos como de cajas. Hoy se reúnen las dos patronales con los sindicatos (cada una por su lado) con el objetivo de conseguir que no suban los sueldos de las plantillas durante, al menos, dos años. Los sindicatos estarían dispuestos a aceptar esta propuesta siempre que a cambio les prometieran cierta recuperación en los dos años posteriores. Sin embargo, esta posibilidad está lejana en ambos casos, por el momento, aunque las posturas parecen más cercanas en las cajas, que hoy constituyen formalmente la mesa.

En el caso de la banca, la patronal querría inicialmente dos años de congelación y volver a plantear el asunto dentro de dos años, mientras que los sindicatos han propuesto que sea para cuatro años y en cada uno de ellos se aplique la subida del IPC (con derecho a revisión), más el cierre los sábados, más la garantía de empleo. La AEB replicará hoy a estas cuestiones.

En el convenio de las cajas y cooperativas es más factible que se acuerde la congelación salarial durante dos años. El gran caballo de batalla en ese caso es la duración del convenio. Los sindicatos quieren que se apruebe para cuatro años, con lo que se asegurarían que los trabajadores de las cajas mantienen las mismas condiciones ese periodo, aunque ahora vayan a pasar prácticamente todos a ser empleados de bancos. Después ya se verá, dada la velocidad a la que se mueve este sector.

El Santander plantea otro incentivo de 155 millones para 6.500 ejecutivos

No obstante, aunque los convenios (que deberían estar firmados antes de agosto) fijen la congelación, habrá cajas, como Caja Duero-España, NovaCaixaGalicia o CatalunyaCaixa, en las que bajarán los salarios.

Por su parte, el Banco Santander anunció ayer una batería de planes retributivos para sus directivos que propondrá a la junta de accionistas del próximo junio y que, para los beneficiarios más importantes (6.750 empleados clave), supondrá el desembolso de hasta 485 millones, la mayoría (el 66%) en acciones. Esa es la gran novedad porque las cuantías no son muy diferentes a las que se abonaban los años anteriores.

El plan más suculento, por hasta 330 millones (la mitad, en acciones), se abonará, de forma escalonada, entre 2012 y 2015, aunque sólo estará ligado a la labor realizada durante 2011. Los beneficiarios son 250 'altos directivos y empleados que asumen riesgos', según la terminología adoptada por el Comité Europeo de Supervisión Bancaria para intentar ligar la retribución variable al control de riesgos y la gestión a largo plazo. En total, supone una media de 1,3 millones por persona. Es similar a lo que se pagó en 2010, pero se hizo en efectivo y no tenía que aprobarlo la junta.

Entre los destinatarios están los seis consejeros ejecutivos (entre ellos, el consejero delegado, Alfredo Sáenz, y el presidente, Emilio Botín), que recibirán hasta 17,5 millones en acciones, y los directores de división.

El plan incluye ciertos requisitos: los beneficiarios no podrán vender esas acciones durante un año, deberán permanecer en el grupo hasta que expire el plan y no cobrarán bonus si empeora el desempeño financiero de la entidad, si esta se ve obligada a reformular sus cuentas o si incurre en riesgos excesivos.

El segundo plan más importante, para 6.500 empleados, consistirá en la entrega de títulos valorados en 155,3 millones. Además de los requisitos anteriores, estará ligado a la rentabilidad total para el accionista de 17 rivales del Santander (si el banco queda entre los cinco primeros, se pagará el 100% de lo previsto).

El banco propondrá otros dos planes de incentivos. El primero, dirigido a personas con una retribución variable superior a 300.000 euros brutos, está dotado con hasta 40 millones en acciones. El segundo, por importe de hasta 63,7 millones en acciones del Santander, está dirigido a los empleados de la filial británica y consiste en un plan de ahorro voluntario: al empleado que quiera se le descontarán entre 5 y 250 libras de su nómina y podrá, cuando expire el periodo que elija (3 o 5 años) optar entre cobrar el dinero aportado, los intereses devengados y un bonus (que en Reino Unido no paga impuestos), o ejecutar opciones sobre acciones del Santander.

Por último, el banco propondrá algunas modificaciones de sus estatutos sociales, entre las que destaca la limitación (de cinco a tres años) del mandato de los consejeros y la posibilidad de que las juntas de accionistas se celebren en cualquier punto de España (ahora son en Santander, donde el banco tiene su sede).

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