El 29 de enero de 2009, el presidente de EEUU, Barack Obama, escandalizó a Wall Street al calificar de 'vergonzoso' el reparto de bonus entre los ejecutivos de la gran banca, que acababa de ser rescatada para evitar otra quiebra como la de Lehman Brothers.
Justo dos años después, Obama estrena jefe de Gabinete: se llama Bill Daley y procede de la cúpula de JP Morgan Chase, cuyos directivos al completo acababan de repartirse, pocos días antes del famoso discurso de Obama, 8.600 millones de dólares en bonus tras obtener una inyección de dinero público de más de 25.000 millones.
El fichaje de Daley para un puesto tan importante (nada menos que el filtro entre el presidente de EEUU y el mundo) coincide con la marcha de la Casa Blanca, a principios del próximo mes, de Paul Volcker, el respetado economista que Obama situó al frente del panel de expertos creado para afrontar la crisis y el que más ha insistido dentro de su equipo económico en la necesidad de poner en cintura a la gran banca de inversión.
La entrada de Daley y la anunciada marcha de Volcker han puesto en guardia a los economistas que llevan meses advirtiendo de que los mismos causantes del crash en buena medida, la gran banca de inversión dirigen ahora el timón que teóricamente debe sacar al mundo de la crisis. No se trata sólo de los economistas críticos, sino que el grito que denuncia que los banqueros han intervenido la política sale también de algunos de los más respetados ortodoxos, como Simon Johnson, ex economista jefe del Fondo Monetario Internacional (FMI) y coautor de 13 bankers. The Wall Street takeover and the next financial meltdown (13 banqueros. La toma de Wall Street y el próximo colapso financiero).
'Los banqueros se han llevado el gato al agua', dice un ex economista del FMI
'Los principales banqueros, incluyendo Bill Daley, se han llevado el gato al agua: han conseguido lo que necesitaban sus intereses especiales mientras decían representar el interés general', ha escrito esta semana en The Baseline Scenario, el blog en el que va registrando los avances del mundo financiero en detrimento del 'interés general'.
'Esto no es una crítica de la derecha o de la izquierda. El problema Bill Daley nos muestra que la Casa Blanca no ha entendido que en el corazón de nuestra economía tenemos una enorme bomba de relojería', afirma. Y añade: 'Bill Daley ahora controla cómo se presenta la información y el presidente toma las decisiones. El ex jefe de Daley, Jamie Dimon, es el banquero más peligroso de América y previsiblemente ahora tendrá incluso mayor acceso al Despacho Oval'.
En su discurso sobre los 'vergonzosos' bonus de hace dos años, que se presentó como una declaración de guerra contra Wall Street, Obama añadió: 'Habrá tiempo para que logren beneficios y habrá tiempo para que tengan bonus. Pero ahora es otro tiempo. Este es el mensaje que intento transmitirles directamente y espero que el secretario [Timothy] Geithner se lo traslade'.
Ontiveros: 'Los grandes de Wall Street colocan sus piezas'
No había pasado ni un mes cuando Geithner, secretario del Tesoro, incorporó como su propio jefe de Gabinete a Mark A. Patterson, cuya actividad principal en los últimos seis años había sido la de lobbyista registrado de Goldman Sachs, el más poderoso y polémico banco de inversiones del mundo: el mismo que enseñó al Gobierno griego cómo ocultar parte de su deuda y que fabricó un producto específico para que uno de sus inversores más importantes el famoso fund manager John Paulson ganara un dineral apostando a la baja contra productos derivados de hipotecas basura que el propio banco colocaba a otros clientes menos pudientes.
Fue sólo el principio: en un año, Geithner reclutó para puestos clave de su equipo en el Tesoro a una decena de altos ejecutivos procedentes de los bancos Citigroup, Merril Lynch y Barclays y los poderosos fondos Blackstone, Harford, TIAA-CREF, Hellman & Friedman LLP y T. Rowe Price.
'El Gobierno ya no controla la economía; es la gran banca la que ha tomado el control del Gobierno', explica James K. Galbraith, economista de tradición keynesiana de la Universidad de Texas, para quien la única esperanza para modificar el rumbo es 'que se implique la opinión pública'.
'Está claro que los grandes bancos de Wall Street están muy bien organizados para colocar sus piezas. Y si finalmente se van de rositas darán la razón a los que advierten de su excesiva influencia política', añade Emilio Ontiveros, presidente de Analistas Financieros Internacionales.
Algunos economistas hablan del giro de Obama en términos de 'golpe' de WallStreet, a pesar de que en EEUU estaba ya antes muy arraigada la tradición de 'puerta giratoria' entre la gran banca y los puestos que dirigen la economía del país.
Los activos de los seis grandes de EEUU equivalen al 65% del PIB
Entre los últimos secretarios del Tesoro sobresalen dos especialmente conectados: Henry Paulson, que asumió el puesto con George W. Bush tras 30 años en Goldman Sachs. Y, sobre todo, Robert Rubin, al frente del Tesoro entre 1995 y 1999, con Bill Clinton. Rubin procedía de Goldman Sachs y desregularizó el sector hasta el punto de que muchos consideran que su gestión tiene mucho que ver con el estallido de 2007. Del Tesoro, pasó a Citigroup, donde se embolsó 126 millones en ocho años antes de dejar el banco, en 2009, al borde de la quiebra.
Pero incluso los que llevan años denunciando el creciente poder del sector financiero en EEUU, como el núcleo marxista de la revista Monthly Review, de Nueva York, sostienen que el proceso ha dado un salto: 'Hay que verlo como la continuidad de un patrón que prevalece en administraciones previas, pero exacerbado por la financiarización de la economía', opina su director, John Bellamy Foster. En 1995, los activos de los seis primeros bancos de EEUU equivalían al 17% del PIB de EEUU; en 2006, eran el 55%. Ahora suponen ya el 64%.
'El sector financiero fue el causante inmediato del incendio y ahora los financieros mandan: los grandes agentes económicos dictan la política', recalca Miren Etxezarreta, catedrática emérita de Economía Aplicada de la UAB, quien añade: 'Y no sólo en EEUU'.
El fenómeno se abre paso con gobiernos de todos los grupos políticos
De hecho, desde que estalló la crisis ha habido muchos nombramientos políticos de ejecutivos del sector bancario fuera de EEUU: desde el Gobierno conservador en Reino Unido, donde David Cameron ha fichado a Stephen Green, ex jefe del HSBC; hasta el eurocomunista de Chipre, cuyo ministro de Finanzas procede de la banca privada, o el socialdemócrata austriaco, que ha colocado al frente del banco central al jefe de un banco privado (ver página 2).
El gran cambio, sostiene Jesús Palau, profesor de Finanzas de la Escuela de negocios Esade, es que la crisis es tan aguda que el sector financiero ha tenido que ir un paso más allá de lo habitual: 'Si hay margen, tienes menos necesidad de mostrarte en primera línea. Ahora está claro, pues, que tenemos un problema'. Todos, salvo quizá JP Morgan Chase.
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