La presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, siguió ayer marcando el terreno y plantando cara a la dirección nacional de su partido. En esta ocasión, a cuenta de la renovación de la presidencia de Caja Madrid. En un intento de hacer llegar a Mariano Rajoy la clara consigna de que el PP madrileño no va a tolerar la injerencia de la dirección nacional en el proceso, consideró más que probable la posibilidad de que su mano derecha en la Comunidad, Ignacio González, sea propuesto como presidente de la entidad. 'No lo descarte', respondió al ser preguntada si González sería el próximo presidente de Caja Madrid.
Al lado de Aguirre en la rueda de prensa, el número dos del PP madrileño, Francisco Granados, fue más lejos que su jefa al asegurar que habrá una lista de consenso y será encabezada 'muy probablemente' por Ignacio González. Esta opción permitiría a Aguirre remodelar su Gobierno, muy tocado por los escándalos del espionaje y de la Gürtel.
Granados dice que existe una lista de consenso de todos los sectores
Se trata de un pulso que Aguirre lanza en toda regla a Mariano Rajoy. No es un secreto que al líder del PP no le gusta en absoluto la opción de González como presidente. Su apuesta es Rodrigo Rato.
El enésimo capítulo del culebrón que está suponiendo la renovación de los órganos de gobierno de la entidad madrileña llegó en forma de una noticia que después fue desmentida por las partes señaladas. Poco antes de las diez de la mañana, Europa Press informaba de que las direcciones nacionales de PP y PSOE habían llegado a un acuerdo para ubicar a Luis de Guindos, ex secretario de Estado de Economía con el PP, en la presidencia de Caja Madrid. Un acuerdo que incluiría, además, la incorporación a la vicepresidencia de la entidad del socialista Miguel Muñiz, ex gerente del Instituto de Crédito Oficial (ICO) y actual presidente del Teatro Real.
La marcha de González permitiría a Aguirre remodelar su Gobierno
Casi al mismo tiempo que las direcciones nacionales del PP y PSOE se afanaban en desmentir la información para no encender los ánimos de las direcciones regionales, Aguirre entraba en acción.
Los rumores la sorprendieron en plena reunión del Comité de Dirección del PP regional. En la rueda de prensa posterior, la presidenta madrileña no concedió 'ninguna credibilidad' a las informaciones que apuntaban a De Guindos como futuro presidente de entidad.
Por si a Rajoy no le había quedado hasta la fecha suficientemente claro que en este asunto Aguirre tampoco va a dar su brazo a torcer, Granados articuló su discurso basándose en que en Caja Madrid se ha alcanzado 'un acuerdo histórico' entre todos los sectores representados y en que existe un consenso 'total y absoluto' para presentar una 'lista única'. ¿Cuándo ocurrirá esto? Cuando se 'desbloquee' el recurso presentado en los tribunales por el Ayuntamiento de Madrid a cuenta de su representatividad en los órganos de gobierno de la caja.
Aguirre declaró en su día que pretendía despolitizar Caja Madrid
La revelación que disparó las alarmas en el partido presidido por Rajoy llegó acto seguido. Con un 'no lo descarte', cuando fue preguntada sobre la posibilidad de que González presida la caja, Aguirre se mojó más de lo que hasta la fecha había hecho en este caso.
La actitud de Aguirre es interpretada, según todas las fuentes del PP consultadas por este diario, como 'un desafío en toda regla y una imposición a Mariano Rajoy'.
Las direcciones regionales de PSOE e IU aceptan a González
Pese a que diferentes fuentes del proceso dan casi por hecho que Aguirre va a salirse con la suya, su designación chocaría con uno de los puntos del acuerdo que PP y PSOE madrileños suscribieron al respecto. Concretamente, el de la despolitización de la caja.
'No da muy buena impresión que se pretenda despoliticar Caja Madrid y, a su vez, se ponga al frente a un vicepresidente de Comunidad Autónoma', se lamentaba un alto dirigente conservador.
Es precisamente por esto por lo que apostó ayer el vicesecretario de Comunicación del PP, Esteban González Pons, al defender que 'el partido debería estar lo más alejado posible' de la renovación en Caja Madrid.
En el entorno de Rajoy, el enfado por la postura de Aguirre era palpable. 'Es una nueva batalla de Esperanza', aseguraban, a la vez que instaban a que en este proceso se sigan las directrices marcadas por la dirección nacional.
En este contexto, tanto el PSOE madrileño como IU parecen dispuestos a transigir con el nombre de González, uno de los cargos conservadores cuya cabeza han pedido en más ocasiones, tanto por el caso del espionaje como por los contratos sospechosos a los que dio luz verde como presidente del Canal de Isabel II.
Fuentes cercanas a algunos de los candidatos expresaron su malestar por la manera en que se está gestionando la sucesión de Miguel Blesa, informa Fernando Saiz.
En opinión de dichas fuentes, la actual situación financiera de la caja y su importancia en el proceso de reestructuración bancaria impulsado por el Gobierno exigen una solución pactada en todos los niveles de decisión. De lo contrario, el nuevo presidente accederá al cargo en condiciones de precariedad.
'¿Es imaginable, por ejemplo, que pueda ser nombrado presidente alguien que no cuente con el respaldo de Aguirre, que es la que controla la Asamblea de la entidad?', se preguntan las mismas fuentes. 'Sería un día de gloria y 364 de tortura', concluyen.
¿Por qué intervienen los tribunales?
Alberto Ruiz-Gallardón, alcalde de Madrid, recurrió a los jueces porque no está de acuerdo con la decisión de la Comunidad de Madrid de repartir los representantes cedidos por la Casa Real entre la Asamblea de Madrid, los impositores y las entidades representativas de la sociedad, en lugar de hacerlo de forma proporcional entre todos los grupos, como hasta ahora. Esperanza Aguirre ha restado así nueve consejeros generales al ayuntamiento, precisamente el número que necesitaría para conseguir un puesto más en el consejo de Caja Madrid.
¿Qué puede implicar la decisión judicial?
Lo primero que debe decidir la juez es si paraliza el proceso electoral de la caja. Si decide hacerlo mientras dicta sentencia sobre el recurso presentado, la sustitución de Miguel Blesa podría aplazarse entre seis meses y año y medio. Mientras tanto, se mantendría en su puesto y la guerra quedaría pospuesta.
¿Cuándo se conocerá el desenlace?
Las partes personadas tienen hasta el 2 de noviembre para presentar sus alegaciones. Después, la juez tardará unos diez días en resolver si rechaza el recurso o continúa con la causa. En el primer caso, el proceso electoral continuará y podría nombrarse un nuevo presidente antes de Navidad. En el segundo, el proceso se alargaría probablemente hasta final de 2010.
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