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Los parados no se atreven a ser sus propios jefes

Pocos desempleados usan el 60% de la prestación para montar su empresa

 

PILAR BLÁZQUEZ

David Gijón lo tenía muy claro mientras esperaba en la cola de Inem. Acababa de perder su empleo como técnico de mantenimiento industrial, pero no estaba dispuesto a volver a esa oficina cada tres meses.

'Llevaba años dándole vueltas a montar mi propio negocio, pero era muy duro renunciar a los beneficios que tenía en mi empresa. Pero perdido eso, ¿para qué esperar?', explica. En menos de dos meses tiene a punto Gtecma, su empresa de mantenimiento industrial.

Como David, 50.000 personas capitalizaron el desempleo en el último año para abrir un negocio. Son muchas las voces que plantean que sólo incentivando la creación de empresas se puede combatir la escandalosa tasa de paro. De momento, el Gobierno ha incrementado el porcentaje de capitalización de la prestación de desempleo hasta el 60% y en los próximos días llegará al 80% para los menores de 30 años.

'El autoempleo es una opción, pero no para todo el mundo', advierte Salvador García, presidente de la Confederación Nacional de Autónomos y Microempresas. La aventura implica mucho riesgo y no es apta para amantes de la seguridad que da la nómina (o prestación) cada mes.

El perfil de David Gijón es casi de manual: una persona con experiencia, que controla el flujo de ingresos y gastos del negocio y que ya se planteaba crear su propia empresa. Los que se atrevan deberán apostar por negocios con futuro. 'Los servicios a la comunidad ligados al desarrollo de la ley de Dependencia, relacionados con la educación infantil o las energías alternativas son los de mayor proyección', dice Salvador García.

Pero incluso con motivación y un buen plan de negocio, el camino es complicado. El principal escollo es conseguir financiación. 'La capitalización media ronda los 6.000 euros. Y con eso no se pone en marcha ningún negocio, y la línea de ayudas del ICO, es puntual. Hay que abrir muchos más canales para incentivar la creación de empresas', reivindica Lorenzo Amor, presidente de la Asociación de Trabajadores Autónomos.

Llamar a las puertas de la banca tradicional es perder el tiempo. 'El dinero hay que buscarlo siguiendo las tres efes, que dicen los americanos: Family (familia), Friends (amigos) y Fools (aquellos no se lo piensan)', aconseja Patricio Carmona, presidente de la Confederación de Asociaciones de Jóvenes Empresarios.

En este último apartado cabe de todo: entidades de capital riesgo de las autonomías, inversores privados, e incluso, los microcréditos que ahora ponen sus ojos en los futuros empresarios sin aval, como es el caso de MicroBank de La Caixa.

'Lo que más valoramos es que se presente un buen plan de negocio y que demuestren confianza para llevarlo a cabo', asegura José Francisco de Conrado, presidente de MicroBank que acaba de presentar una línea de minicréditos para jóvenes de hasta 15.000 euros al 6,67% sin necesidad de avales.

'Dinero hay, lo que hace falta es confianza', sentencia Carmona. Un emprendedor que conoce bien la situación porque él mismo inició su negocio en la crisis de 1993. Asegura que la clave está en hacer los números conforme a la situación económica y trabajar muchas horas.

'Es duro, pero cuando empiezas en una situación compleja, como tú no tienes pasado no puedes decir que vendas menos. Si cuadra con tu plan de negocio, el resto qué importa', asegura.

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