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Tamudo condena a un Sevilla pletórico

El conjunto hispalense remontó los dos primeros goles de Luis García pero terminó sucumbiendo al oportunismo del capitán espanyolista (2-3)

ALBERTO CABELLO / SEVILLA

Las paradojas del fútbol precipitan partidos como el de ayer en el Sánchez Pizjuán. El Sevilla enloqueció un partido a mil revoluciones, electrificó su fútbol y ofreció 45 minutos de maravillosas sensaciones. Si hay derrotas dulces, la de ayer del Sevilla tuvo mucha mucha azúcar. Tenía razón Juande Ramos, a este equipo no le pasa nada, no puede considerarse ni pecado venial que este equipo pierda como visitante ante el Arsenal y el Barcelona. Los andaluces levantaron dos goles de desventaja ante el Espanyol en tres cuartos de hora extraordinarios.

El oportunista Tamudo se aprovechó del agotamiento físico de los locales, de un equipo roto y dejó el partido en 2-3.  Y es que Juande desnudó su alineación de defensas y se fue a pecho descubierto a por el partido. Un dibujo suicida que deleitó y enloqueció a los aficionados, en una avalancha sin pausa. Un planteamiento kamikaze que al final tuvo consecuencias. Un auténtico goce para el espectador.

La triple K se topó con Tamudo 

Todo empezó por la banda derecha. La cuchilla de Alves y Jesús Navas corta defensas como mantequilla. El lateral y el interior encabezaron el aluvión ofensivo de los locales en una segunda parte loca. No hay equipo en Europa que pueda presentar un perfil diestro de tanta categoría. Dinamita en el flanco diestro y veneno letal en la delantera con una triple K sanguinaria: Kerzhakov, Kanouté y Koné.

El Sevilla apostó de inicio por el dibujo que tan buen resultado le proporcionó en el partido de vuelta de la Supercopa ante el Real Madrid. Un único delantero, Kerzhakov, y Renato de enganche en la media punta. Pero faltaba Kanouté, el maliense es imprescindible. Juande está obligado a dar descanso a sus jugadores. Kanouté y Dragutinovic se quedaron fuera del equipo, la consecuencia fue menos pegada en ataque y algo menos de seguridad en defensa. Tanto si marca como si no el delantero de Malí ocupa espacios, arrastra defensas, abre huecos. El Espanyol alcanzó la portería de Palop dos veces a puerta y marcó dos goles.

La primera apuesta de Valverde parecía atractiva, defensa muy adelantada y bandas muy prietas. Fue un espejismo. El Sevilla se hizo pronto con el balón, en el momento en que Navas y Alves tocaron bola, los blanquiazules se abrigaron más y recularon hasta el borde del área de Kameni. Todavía así, los visitantes se adelantaron en el marcador con un despiste de marcaje de Maresca que abrió una vía a Ángel para batir a Palop. Luis García hizo la herida todavía más honda con un rival ya volcado en la portería contraria.

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