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Los secuaces del 'Tamudazo' avisan

Hace 9 años hubo otros personajes menos populares que también quitaron la Liga al Barça y se la dieron al Real Madrid como David García o Moisés Hurtado. "Claro que hoy se puede repetir. A nosotros también nos daban por muertos”, explican.

Momento en el que Raúl Tamudo bate por bajo a Víctor Valdés al final de la temporada 2006/07.

ALFREDO VARONA

MADRID.- Hoy, somos nueve años más ágiles en Internet o nueve años más viejos. Moisés Hurtado ya no juega al fútbol víctima de una condromalacía rotuliana de grado 4 en la rodilla. “El fútbol te acaba destrozando”. A cambio, se licenció en Periodismo con la duda de si algún día ejercerá de reportero o se quedará en columnista. "Tengo 35 años y me parece que prefiero vivir el fútbol por dentro”. Por eso podría envidiar a Luis García, que todavía sigue. Marchó a jugar a Bélgica. O a Torrejón, que se fue a Alemania. O a Riera, en Eslovenia. O a Kameni que, a los 32 años, aguanta como un titán en el Málaga. Y de los que se retiraron (Lacruz, Rufete, De la Peña…)

David García, su amigo, fue uno de los últimos en hacerlo el pasado verano tras perder el ascenso con el Girona frente al Lugo en el descuento como si fuese una revancha del destino. Porque David García también fue uno de esos futbolistas del Espanyol, uno de los secuaces del Tamudazo que impidió el título de Liga del Barça en el último minuto en el Camp Nou. Un pase de Rufete que aprovechó Tamudo para batir a Víctor Valdes y que provocó que David García, 26 años entonces, pegase un brinco. “Me había quedado en casa, porque estaba molesto”, recuerda hoy a Público. “Acababan de operarme del recto anterior y los puntos me tiraban mucho. Pero fue ver el empate y pegar un salto, tanta la emoción, que me hizo un daño en la cicatriz que no veas”.

"Claro que en ese Espanyol estábamos acostumbrados a vivir la sombra de Tamudo o de Iván De la Peña"

Fue la cara oculta del Tamudazo que, en realidad, tuvo más personajes que Tamudo, hoy colaborador en el programa ‘El club de la mitjanic’ de Catalunya Radio. Una leyenda humana que es verdadera como un Oscar de Billy Wilder y en la que la grandeza de sus personajes radica en admitirse sin complejos. “Porque claro que en ese Espanyol estábamos acostumbrados a vivir la sombra de Tamudo o de Iván De la Peña, que eran dos genios.  La prueba estaba al salir del vestuario. Siempre había varios periodistas que les esperaban a ellos y lo aceptabas como lo más natural del mundo”.

El resultado provocó noches como esa del Tamudazo el 9 de junio de 2007 que va a cumplir nueve años de antigüedad y que hoy no nos cansamos de recordar. “No se puede olvidar lo que hace feliz a tu hinchada. Los futbolistas trabajamos para eso”, insiste David García, al que su hijo mayor de seis años ya le ha preguntado si aquello realmente existió.“Y le cuesta convencerse de que yo, su padre, sea uno de los que estaba allí, pero, en realidad, no le estoy contando nada que no esté escrito en la historia”.

"Hasta el árbitro estaba nervioso"

Así que la curiosidad no es una manía en un día como éste que parece primo hermano al de ayer. "El Espanyol ha llegado a ir último y a ganar en el Camp Nou". Por eso de trata de refrescar la memoria y recordar que las hazañas existen aunque uno no se juegue nada. "El Tamudazo fue así. El fútbol es así. Siempre debes exigirte porque sino no tendría sentido. Luego, nosotros no lo celebramos especialmente. No fue llegar al vestuario y empezar a pegar gritos de rabia ni de furia ni nada por el estilo Se limitó a la satisfacción de sentirnos a gusto con nosotros mismos”, explica Moisés, con el sexto sentido del hombre que entonces ya estudiaba periodismo (“sí, me matriculé a los 18 años en la Universidad Autónoma de Barcelona”) y esa férrea curiosidad en la mirada.

“Siempre lo recordaré como un día extraño en el que yo mismo intuí lo que podría pasar nada más llegar al estadio”, justifica Moisés

“Siempre lo recordaré como un día extraño en el que yo mismo intuí lo que podría pasar nada más llegar al estadio”, justifica Moisés. “Allí se veían caras de preocupación hasta en los propios aficionados. No creo que ahora sea así. No era entonces el Barcelona que uno imaginaba y se juntaba que tampoco podían meterse con nosotros ni gritarnos ‘a Segunda’, porque habíamos culminado una temporada buena”. Y en ese escenario los nervios de David García en su casa fueron la cosa más lógica de la tierra, la herencia del chaval que desde Manresa había ingresado en el Espanyol a los 14 años y se acostumbró a vivir en la ciudad a la sombra del Barcelona. Fue, eso sí, el primer futbolista que marcó a Messi en su debut en Montjuic.

David García: “Uno no piensa en perjudicar a nadie al celebrar un gol ni al marcarlo. La vida del futbolista no es así"

"Uno no piensa en perjudicar a nadie al celebrar un gol ni al marcarlo. La vida del futbolista no es así. Uno nunca imagina el daño que haces o el beneficio que provocas al equipo que se beneficia de tu buen resultado”, insiste David García, que hoy se está sacando el título de director deportivo. “El fútbol en el que yo jugué era así. De hecho, en mi último partido con el Girona el Lugo nos dejó sin el ascenso en el descuento. Pero no les podíamos echar en cara nada, porque hacían su trabajo. Ni siquiera enfadarnos con ellos”.

Una idea que comparte Moisés Hurtado, que vuelve a regresar a 2007: “A mí me gusta recordar aquella noche, porque empatar en el último minuto en el Camp Nou.... De hecho, los de nuestra generación a menudo quedamos a cenar, recordamos y coincidimos que aquel día se intuía que algo malo iba a pasar al Barça. Yo recuerdo que hasta el árbitro estaba nervioso y que nosotros fuimos el contraste. Ni siquiera logró descomponernos el gol de Messi con el brazo, porque, tal y como le pasa hoy al Espanyol, no nos jugábamos nada. Así no se puede jugar mal”.

Rufete: “Ha sido mucho estrés estos años como director técnico del Valencia y me he prometido no hablar con ningún medio hasta el 30 de junio”

Y de ahí la aparición final de Rufete, ese pase enorme a Tamudo que fue el principio del fin para el Barça en 2007, que no deja de recordarse y que hoy sólo nos hubiese faltado que el propio Rufete recordase en este relato: “Pero no es que no quiera recordar ese día, es que necesito descansar mentalmente, dedicarme tiempo”, explica. “Ha sido mucho estrés estos años como director técnico del Valencia y me he prometido no hablar con ningún medio hasta el 30 de junio”. Quizá la lógica, el compromiso de uno mismo como sucedió hace casi nueve años, 9 de junio de 2007 en el Camp Nou, cuando éramos más jóvenes y Moisés Hurtado tenía sus rodillas intactas. "Pero el fútbol no ha cambiado tanto. Claro que lo de ayer puede repetirse hoy. A nosotros también nos daban por muertos".

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