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Di Salvo da con la tecla: hay que desayunar juntos

El preparador físico italiano revoluciona el Real Madrid con un montón de teorías nuevas.

IGNACIO ROMO Y PEPE G. CARPINTERO

Nada en el Real Madrid se hace desde la improvisación. Ni los entrenamientos, ni la comida que toman los futbolistas, ni, por supuesto, las rotaciones. Todo tiene una explicación científica, según asegura el responsable de ese plan de trabajo: Valter di Salvo. Todo pasa bajo el control del italiano por el que montó en cólera Queiroz cuando se fue del Manchester. Di Salvo ha creado un centro de alto de rendimiento en Valdebebas. Y Schuster aprovecha al máximo sus datos.

El culpable de las rotaciones

Es la coletilla del curso. Las célebres rotaciones que aplica Schuster desde que arrancó la temporada. El responsable de las mismas es Di Salvo. 'Se habla mucho', dice, 'lo sé. Pero el entendimiento fisiológico dice que no se puede jugar todo a un alto nivel. Hay cansancio físico y psíquico. Jugamos contra el Lazio, que no tiene internacionales, y rotaron cinco jugadores. Por eso, me sorprende de que se hable mal de algo que no tiene secretos'.

Área de prevención

El C.A.R se ha convertido en una especie de segunda casa para los jugadores. Di Salvo pasa las horas enfrente de un ordenador comparando datos y cuando ve la mínima señal de alarma, avisa al entrenador. La prevención es algo que le obsesiona y entiende que es el mejor método: 'Estamos creando un área fija de prevención y ahora van a llegar unas máquinas de peana neurovascular que hemos pedido. Estamos optimizando este área para mejorar, grabar valores y dar importancia a objetivizar las decisiones. En el entrenamiento, hemos puesto ordenadores en los que se ven los picos de potencia. Tiene un fin directo: lectura de datos y prevención'.

Desayuno y almuerzo en Valdebebas

Di Salvo no sólo se preocupa del campo, también de la cocina. 'La alimentación', dice, 'es un dato claro y científico. Ayuda a la percepción y la recuperación. He escrito muchos artículos al respecto y nos gustaría ayudar a los jugadores en la comida. Vamos a ofrecerles que desayunen y almuercen en Valdebebas. Algunos ya lo hacen. Así, controlamos el cincuenta por ciento de la comida que ingieren. Vamos a crear una estructura: hemos probado a tres cocineros, y nos quedaremos con uno y con un nutricionista que desarrollará un programa'.

Di Salvo incide en el trabajo individualizado de cada jugador, incluida la comida que toma: 'Los jugadores no son iguales. Hacemos un trabajo con sentido programado y científico del jugador. La plantilla lo ha entendido.
No sólo asumen el control alimenticio. 'Tres veces por semana el equipo trabaja en el gimnasio tras el entrenamiento. No cuando quiere cada uno, sino todos a la vez y cuando toca. Allí tienen sus máquinas con un trabajo individualizado de carga'.

Di Stéfano corría menos

El aficionado recuerda con nostalgia el fútbol de otras épocas. La de Di Stefano la tiene guardada como el momento cumbre del madridismo. Pero no es comparable. 'Es lo mismo que si entras en un coche de hace 50 años', proclama Di Salvo, 'y las diferencias son claras. En el fútbol, las reglas son iguales, pero en 1945 cada jugador corría cinco kilómetros y ahora, once. La intensidad actual es el doble. La tecnología la usamos para ayudar a los jugadores, para que tengan más seguridad y se lesionen menos'.

El secreto de Raúl

Si el trabajo que propone Di Salvo es individualizado, algo tendrá que ver en el estado de forma de Raúl. Pero se quita mérito: 'El 80% del éxito es de Raúl. Es un gran profesional. En lo restante, hay dos factores. Uno, técnico-táctico, ya que el jugador juega en su posición más natural. Y antes se adaptaba a otra posición. Tiene tanto espíritu de club que nunca reclama otra posición. Y el otro factor es físico: trabajamos con Raúl la distancia corta, intentando mejorar la fuerza para que sea explosivo. En los test que le hemos realizado hace poco, se ve que los parámetros van subiendo. Se nota en el campo. Va a más'.

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