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El Festival de Cine y Derechos Humanos de Barcelona pone el foco en la clase trabajadora al cumplir veinte años

Una treintena de filmes de cine documental y de ficción se verán en la nueva edición del certamen. El pistoletazo de salida lo dará la premio Nobel de la Paz Tawakkol Karman en el recuperado Cinema Texas de la ciudad condal.

Fotograma de 'When the seedlings grow'
Fotograma de 'When the seedlings grow'. Festival de Cinema i Drets Humans de Barcelona

El acoso escolar, la pobreza, la emergencia climática, la libertad de expresión, la precariedad y los discursos de odio son sólo algunos de los temas que se tratarán en la vigésima edición del Festival de Cine y Derechos Fundamentales de Barcelona, organizado por la sociedad civil y uno de los más antiguos del Estado sobre esta temática. "Somos la alternativa a la narrativa oficial o gubernamental. Ofrecemos contenidos dirigidos a las personas, a la sociedad civil, no a la institución", explica Toni Navarro, el director del certamen.

"Somos la alternativa a la narrativa oficial o gubernamental"

Durante 10 días se verán una treintena de filmes de cine documental y de ficción, todos ellos de temáticas relacionadas con los derechos humanos. El pistoletazo de salida se dará este viernes en el recuperado Cinema Texas de Barcelona y contará con la presencia de la premio Nobel de la Paz Tawakkol Karman, conocida por su papel protagonista en la lucha contra la dictadura del presidente de Yemen Sáleh. La periodista y activista intervendrá antes de la proyección del cortometraje Bride in minefield, de Hana Saleh. Completa la programación las distintas mesas redondas para reflexionar sobre injusticias de todo el mundo y encuentros con los directores.

El certamen quiere ser un reflejo de la diversidad social y cultural del mundo. Por eso, incluye películas y documentales procedentes de una quincena de países, algunos inexistentes en festivales de cine convencionales. Es el caso de Siria, Nigeria, Corea del Sur, Turquía, Japón, Sudán, México, Colombia, Islandia, Haití, Sri Lanka y Kenia. "Esto es diversidad, y no 'diversidad falsa' la que ofrecen plataformas como Netflix, donde prácticamente todos los filmes están producidos por los propios países", comenta Navarro, que lamenta que muchos de los contenidos, pese a su calidad, "tienen dificultades para exhibirse y llegar al público general".

Esclavitud moderna y crisis climática, ejes centrales

El festival tiene como objetivo difundir un cine comprometido, que haga reflexionar, que despierte conciencias y denuncie injusticias. La programación de este año pone el foco en "denunciar el atropello y las violaciones sistemáticas de los derechos humanos en numerosos países que se han cebado con el precariado, la clase trabajadora, la principal víctima de los conflictos armados y del cambio climático", dice Navarro. "Este año tratamos mucho la perspectiva de clase, la esclavitud de la era moderna", añade el cineasta, quien también dirige el festival de derechos humanos de Nueva York.

Una esclavitud moderna que denuncia el director suizo Sven Rufer en The Invisible – Modern Slavery in Europe (2023), donde lo ejemplifica con los trabajadores de la cosecha de la fresa en Huelva, o el documental In the shadows of modernisation (2023), que pone de manifiesto cómo los sudaneses que trabajan en Arabia Saudita se han convertido en esclavos modernos.

El festival también pone el foco en los diferentes conflictos armados que siguen candentes en el mundo, con la proyección de Novorossiya (2022), un documental de Luca Gennari y Enrico Parent que plasma como en el Donbass, en Ucrania, la vida continúa a pesar de los bombardeos que estallan cada atardecer. O los dos filmes que hablan del conflicto en Siria: When the seedlings grow (2023), de Rêger Azad Kaya, y Joseph journey (2023), de Jude Said. Navarro destaca que muchos de los conflictos son los mismos que hace 20 años, con la diferencia de que ahora se cuentan de otra forma. "Lo que ha cambiado es la narrativa, la forma de contar las historias", detalla.

La programación no se olvida de la emergencia climática con trabajos como Extintion emergency (2023), de Sigurjón Sighvatsson y Scott Hardie que relata cómo los activistas Gayle Bradbrook y Roger Hallam pusieron en marcha un movimiento contra el cambio climático; o Earthbound (2023), sobre la crisis de residuos plásticos en Nairobi. "El cambio climático es transversal a los derechos humanos, de hecho, a día de hoy, el último no se entiende sin el otro", comenta Navarro, que remarca que el festival fue pionero en poner sobre la mesa la crisis medioambiental "de la que ahora todo el mundo habla".

Fotograma de “Earthbound”
Fotograma de “Earthbound”. Festival de Cinema i Drets Humans de Barcelona

Dos décadas de activismo en la gran pantalla

El Festival de Cine y Derechos Humanos de Barcelona celebra 20 años de activismo en la gran pantalla, dos décadas denunciando todo tipo de vulneraciones de derechos y dando voz a quienes normalmente no la tienen. "Llegar hasta aquí, con un festival de derechos humanos independiente, con esta programación y llevando a expertos y activistas de primer nivel, es un milagro", sentencia Navarro, que reivindica la continuidad del festival y destaca su "resistencia" a pesar de la "falta de apoyo" que ha recibido por parte de algunas instituciones.

"Hay una cultura sumisa que no tiene capacidad propia, ni de programación ni de transformación social, que está subyugada"

Navarro reivindica que el Festival de Cine y Derechos Humanos de Barcelona "existe para cubrir una demanda social". "Hay una cultura sumisa que no tiene capacidad propia, ni de programación ni de transformación social, que está subyugada. Nosotros ofrecemos contenidos críticos que nadie ofrece, y por mucho que pasen los años, nunca es suficiente", defiende.

A lo largo de dos décadas, en paralelo a las proyecciones, ha organizado numerosas mesas redondas con la participación de expertos de renombre. Este año, entre los ponentes, estará Diosdado Toledano, portavoz de la Comisión ILP Renta Garantizada; Oihana Goiriena, esposa del periodista encarcelado Pablo González, y Jofre Carnicer, investigador del CREAF. En este sentido, Navarro reivindica la necesidad de volver a las salas, a los debates y "cambiar la dinámica de la soledad a la hora de ver una película, una tendencia que la pandemia potenció aún más y que es necesario revertir".

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