Este artículo se publicó hace 15 años.
Retrato de una obsesión
Aparece el mayor archivo privado que existe en el mundo sobre Napoleón, reunido por Kubrick y conservado en su casa como si se tratara del cadáver de su película frustrada
Napoleón quiso conquistar toda Europa. Stanley Kubrick se planteó un desafío que no era menor: llevar la vida del emperador francés a la pantalla con un grado obsesivo de verosimilitud. El proyecto ocupó años de su vida en un trabajo gigantesco que acabó como los sueños imperiales del corso. Las tropas francesas se vieron frenadas por el general Invierno en Rusia. Las de Kubrick encallaron ante los problemas económicos de Metro Goldwyn Mayer. La arrogancia sólo es un pecado de los grandes.
Fue la mayor película jamás realizada. Con ese título, la editorial Taschen ha publicado una edición tan exagerada como el propio filme: un libro-caja que contiene siete libros y tres folletos (1.900 páginas al homérico precio de 500 euros). Ahí está una parte del mayor archivo privado que existe en el mundo sobre Napoleón, reunido por Kubrick y conservado en su casa inglesa de St. Albans.
¿Por qué se embarcó Kubrick en esa aventura? "Para empezar, me fascina", dijo en 1969, dos años después de que empezara la preproducción. "Se ha descrito su vida como un épico poema de acción. Fue uno de esos raros hombres que cambian la historia y que moldean el destino de su tiempo y de generaciones posteriores".
Kubrick: "Fue uno de esos raros hombres que cambian la historia"
No buscaba hacer un alegato antibélico como en Senderos de gloria o una descripción realista de la guerra como en La chaqueta metálica. Kubrick estaba impresionado por el personaje. Su productor, Jan Harlan, explica en el libro que Napoleón le interesaba porque representaba lo mejor y lo peor del ser humano: "Lo veía como un líder carismático de gran talento, idolatrado y genuinamente amado, pero que a causa de su arrogancia causó su propio hundimiento".
En definitiva, esa figura es coherente con la obra de Kubrick, escribe Harlan. Una de las ideas básicas de su filmografía es expresar que "son las emociones las que nos dirigen". Pensar que es la razón la que nos gobierna es una ilusión vacía.
La casa por la ventanaQuizá resulta exagerado pensar que esa emoción por contar la historia de Napoleón se convirtió en obsesión. Es sólo su forma de encarar un proyecto. Envía a sus ayudantes por toda Europa para buscar localizaciones en palacios, mansiones y los campos de batalla de las grandes gestas de Napoleón. Pide que le traigan muestras de tierra de esos lugares.
Entabla negociaciones con los gobiernos rumano y yugoslavo para las escenas de guerra. Había utilizado 800 policías alemanes de extras en el rodaje de Senderos de gloria, pero Austerlitz y la retirada de Moscú exigen más. En las notas de producción que envía a MGM, explica que Rumanía está dispuesta a facilitar hasta 30.000 soldados por un precio de dos dólares diarios cada uno. Y tranquiliza acto seguido a los productores: "No creo que se necesiten más de 15.000 en el peor de los casos".
"Me fascina", dijo dos años después de que empezara la preproducción
Sin embargo, en una entrevista dijo que pensaba usar 50.000 soldados, 40.000 de infantería y 10.000 de caballería. Como se necesitarían más de 1.000 camiones para trasladarlos, tiene que buscar un escenario de rodaje cercano a un cuartel militar.
Todos deben ir uniformados, lógicamente. Otro detalle en el informe para que nadie se desmaye en MGM: una empresa de Nueva York puede fabricar unos uniformes de papel cartón resistentes a la lluvia. Las pruebas posteriores de vestuario, cuyas fotos aparecen en el libro, indican que a 30 metros de distancia el vestuario luce impecable.
MGM gasta 420.000 dólares en la preproducción. El presupuesto total alcanza los cinco millones, equivalentes a 100 millones actuales. Se prevé que el rodaje dure 150 días y que la película no baje de tres horas.
La caza de información incluye los archivos franceses. El primer documento que aparece en el libro de Taschen es una reproducción de un documento firmado en julio de 1791 por un oficial del 4º Regimiento de Artillería llamado Bonaparte.
Kubrick contrata al historiador Felix Markham al que inunda con peticiones de información. Algunas consultas son muy específicas: "¿Habría celebrado Napoleón en 1799 la víspera del nuevo siglo o esa fiesta estaba aún prohibida por las leyes de la Revolución?". En otras plantea teorías con las que Markham no está muy de acuerdo, como la que defiende que los errores en la elección de las herraduras de los caballos fueron una de las razones de la derrota en Rusia. Evidentemente, eso le lleva a un completo estudio de las herraduras que se empleaban en la época.
Para el reparto, Kubrick eligió inicialmente a David Hemmings y Audrey Hepburn
Para el reparto, elige inicialmente a David Hemmings y Audrey Hepburn. La actriz rechaza la oferta en una amable carta manuscrita. Los papeles de Talleyrand y Fouché no están asignados, pero Kubrick propone a MGM una lista con nombres de primera fila: Paul Scofield, Alec Guiness, Robert Shaw y Laurence Olivier.
Cuando en 1971 hace otro intento de rodar la película, piensa en Jack Nicholson o Ian Holm para el papel protagonista. Pero entonces las notas dejan claro que ha comenzado a hacer esfuerzos para moderar sus exigencias.
Antes, en enero de 1969, MGM había ordenado pararlo todo. En julio de 1968, ya había avisado al director de que Paramount estaba preparando una película llamada Waterloo con Rod Steiger en el papel principal. El fracaso comercial de La estrella, de Robert Wise, y Hello,Dolly obligó a MGM a recortar costes.
No es extraño que años después dijera que Waterloo era "una película estúpida". Su opinión del Napoleón, de Abel Gance, no era mejor: "La encontré realmente horrible". Kubrick era tan arrogante como perfeccionista. Napoleón habría estado orgulloso de este empeño insensato y genial.
Soñar con una película para coronarse emperadorEl guión, escrito por Kubrick, comienza con una escena familiar. Napoleón, a los 4 años de edad, está en la cama mientras su madre le lee un cuento. Abraza a un oso de peluche. La cinta acaba con su muerte, en 1821. En la última escena se centra en su madre, triste y sola en su casa. La cámara se dirige a un armario. Hay varios objetos de la infancia de Napoleón, y entre ellas está el mismo oso. ¿Como el trineo Rosebud de ‘Ciudadano Kane’? Un detalle singular es el tratamiento de la figura de Josefina. En la boda de ambos, oímos la voz en off de la esposa leyendo una carta a su amiga Teresa: “¿Le amo? En realidad, no. Me encuentro en un estado de indiferencia, de frialdad”. Napoleón recita las ardientes cartas de amor que envía a Josefina y el guión indica que vemos cómo ella y el joven Hipólito Carlos se conocen y se enamoran. “La vida de Napoleón habría sido diferente si el gran amor de su vida no le hubiera decepcionado tan cruelmente”, escribe Kubrick en el tratamiento de la película. En este caso, el historiador Felix Markham está de acuerdo con la visión del cineasta.
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