Este artículo se publicó hace 6 años.
Eurovisión 2018Netta y su 'Toy' aúpan a Israel como ganador de Eurovisión en una final en la que España no brilló
Chipre, con la impresionante Eleni Foureira cantando y bailando su ‘Fuego’, ha alcanzado la segunda plaza, en una recta final de votaciones donde varios candidatos rotaban entre los primeros puestos.
Veinte años después de que lo consiguiera Dana International, ha sido la extravagante Netta Barzilai y su tema feminista y anti-acoso Toy la que ha devuelto a Israel el micrófono de cristal que reconoce a la mejor actuación en la gala final de la 63ª edición de Eurovisión que se celebró anoche en Lisboa. España, con Amaia y Alfred dando voz a Tu canción, sólo alcanzó el puesto 23 de las 26 candidaturas.
Chipre, con la impresionante Eleni Foureira cantando y bailando su Fuego, ha alcanzado la segunda plaza, en una recta final de votaciones donde varios candidatos rotaban entre los primeros puestos. Finalmente, tras Israel y Chipre, fueron Austria, Alemania e Italia las actuaciones que formaron el grupo de propuestas que superaron los 300 puntos en las votaciones. Un sistema de votación que ha vuelto a demostrar que poco tiene que ver lo que vota los jurados profesionales y los ciudadanos europeos mediante el televoto.
Una vez más fue el televoto el que volvió a dar la vuelta el marcador
Israel, que junto con la mayoría de las favoritas actuaba en la segunda parte de la gala, alcanzó sólo la tercera plaza con el voto del jurado con 212 puntos (con 5 máximas puntuaciones de 12 puntos). La canción ganadora en la votación de los distintos jurados nacionales fue sorprendentemente Austria, que actuó en quinta posición y no aparecía como favorita en las apuestas, con 271 puntos. Además, fue el país en conseguir más máximas puntuaciones de 12 puntos, 9 en total. La segunda plaza para los jurados fue para Suecia, con 253 puntos y ocho marcas de 12 puntos, siendo cuarta Alemania y quinta Chipre. Sin embargo, una vez más fue el televoto el que volvió a dar la vuelta el marcador.
Una gala ‘mediterránea’
Estaba claro que Eurovisión este año se quedaba en el Mediterráneo. Desde el primer momento se esperaba una reñida lucha entre Israel y Chipre y así ha ocurrido. Es la cuarta vez que Israel se alza con la victoria en una Eurovisión que ha conseguido recuperar en las últimas ediciones su espíritu ‘europeísta’, tras muchos años de predominio de los países del este.
La anécdota de la gala ha vuelto a recaer sobre un espontáneo que se subió al escenario del Altice Arena durante la actuación de la cantante británica SuRie, cuya Tormenta fue interrumpida cuando el hombre le arrebató el micrófono. Rápidamente fue reducido por los miembros de seguridad y la artista pudo recuperar el micrófono y continuar con su canción. La organización ofreció a la delegación británica repetir el tema, pero la delegación de británica aseguraba estar “orgullosa” de su actuación y no veían motivo para repetirla.
Sucesos como estos no son nuevos en Eurovisión. En la pasada edición, durante la actuación de la ucraniana Jamala otro espontáneo subía al escenario para intentar bajarse los pantalones. Y en 2010, Jimmy Jump apareció en mitad de la actuación de España, cuando Daniel Diges interpretaba su Algo pequeñito.
Trece años después de celebrarse en Grecia, la próxima edición del festival de Eurovisión volverá al mediterráneo, aunque todavía no está decidido en qué ciudad se va a celebrar, ya que Israel se encuentra envuelto en la pugna por conseguir situar a Jerusalén como su capital, en lugar de Tel-Aviv.
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