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Maria Climent: "La infertilidad la vives sola, porque la gente no quiere escuchar dramas"

L'escriptora Maria Climent a la llibreria la Central del Raval de Barcelona.
La escritora Maria Climent en la librería La Central del Raval de Barcelona. Eli Don / ACN

Entrevistamos a la escritora y traductora, que publica en catalán Mai és una paraula molt lletja (Ara Llibres), un ensayo sobre su relación con la infertilidad y el proceso, largo y difícil, para quedarse embarazada y finalmente dar a luz.

Tras publicar dos novelas como Gina (L'Altra Editorial, 2019) y A casa teníem un himne (L'Altra Editorial, 2023), la escritora y traductora de las Terres de l'Ebre Maria Climent (Amposta, 1985) vuelve al mostrador de novedades con una obra de no-ficción que aborda la infertilidad, una problemática que le ha afectado personalmente. En concreto, Mai és una paraula molt lletja (Ara Llibres) expone cómo la ha vivido, así como el proceso, largo y difícil, por el cual pasó hasta quedarse embarazada y, finalmente, dar a luz.

Al inicio del libro expone una cifra que impacta: el 17% de la población española es estéril, es decir, casi una de cada cinco personas. ¿Por qué no se habla de esta realidad?

Que sean estériles no quiere decir que no sean capaces de tener hijos, sino que tienen problemas de fertilidad, o sea que no les es tan fácil quedarse embarazadas durante el primer año de intentos de manera natural. No tengo la respuesta a por qué no se habla de ello. A la gente no le gusta hablar de cosas feas ni tristes. Lo he pensado bastante. Al principio, cuando empiezas un proceso de reproducción asistida, lo explicas a la familia y a las amigas porque piensas que con un poco de ayuda te quedarás embarazada.

Pero cuando ves que la primera vez falla, que la segunda y la tercera también, a la cuarta ya no lo dices porque piensas que la gente ya no sabe qué decirte. Te miran con pena. Y no quieres hacer, ni ser la de las betaesperas ]Tal como Climent lo describe en el libro, la betaespera es "el periodo que pasa desde que se acaba un tratamiento de reproducción asistida hasta que te hacen la prueba en sangre para saber si estás embarazada"]. Si tienes suerte y te quedas embarazada a la primera, se convierte en una anécdota, pero si acaba siendo una cosa que te acompaña cada día durante años, lo acabas viviendo sola porque la gente no quiere escuchar los dramas de los otros.

¿Se acaba convirtiendo en un elemento central de la vida?

Absolutamente. Y lo vives de puertas adentro. Haces una vida aparentemente como la de siempre, vas a trabajar, pero tienes un tema que ya casi no hablas con nadie porque te da vergüenza de las veces que lo has intentado. En mi caso fueron siete años. De los 30 a los 40 te puedes encontrar una mujer abocada a esto con todas las energías y dinero que implica. Es absolutamente central y además te condiciona. No es que no pudiera beber alcohol, pero...

Explica que vigilaba mucho qué comía y bebía.

"Me tuve que privar de cosas, como vacaciones o salir, para llevar a cabo el proceso de reproducción asistida"

Está claro, porque no es que los médicos te lo prohíban, pero no estaré tan loca de pillarme una borrachera cuando me estoy pinchando para hacer folículos que serán óvulos. A ver si no me salen de buena calidad. Además, normalmente estás ahorrando. Es un procedimiento de privilegiada. Yo lo he podido hacer ahorrando, pero me tuve que privar de otras cosas. De vacaciones, de cenas, de salir. Al final te acabas aislando. No sales de bares si estás esperando a saber si estás embarazada porque, de golpe, empiezas a beber sin alcohol y tus amigos se dan cuenta que lo estás intentando de nuevo. El resumen es que ocupa buena parte de tu tiempo y además lo llevas bastante en silencio.

¿Los amigos se alejan cuando ven que se aísla?

No lo noté. Más bien fui yo la que me aislaba de la sociedad porque este asunto ocupaba mucho espacio.

También dice que los problemas de fertilidad son vistos como un problema femenino y no como un problema global.

"Si los hombres tuvieran esta presión de tener hijos antes de los 35, el mundo funcionaría distinto"

Me refiero al reloj biológico. Por naturaleza nos ha tocado ser las que somos capaces de gestar y tenemos una bajada de la fertilidad a partir de los 35 años. En ellos, a pesar de que pierden calidad en el esperma con el tiempo, no es tan evidente. Si ellos tuvieran esta presión de tener hijos antes de los 35, el mundo funcionaría distinto. A nivel de oportunidades laborales, lo condiciona todo. Y como solo nos pasa a nosotras, parece que sea un problema femenino. Pero no nos pasa por capricho. Muchas mujeres tienen hijos en la treintena, truncan su carrera profesional y partir de aquí ya no somos iguales. Y todo lo que implica esto en cuanto a dinero o jubilación.

Teniendo en cuenta que conciliar la crianza y el trabajo es difícil, que hay más precariedad y que los índices de natalidad son más bajos, ¿cree que se acabará convirtiendo en una cuestión social que generará una conciencia global?

Estaría bien, pero no sabría decirte. Cómo todo, se llevará al extremo. ¿Cuánto hace que sabemos que no llueve? ¿Por qué no se han tomado medidas hasta ahora? Sabemos que hay un problema y que a la gente no le va bien quedarse embarazada en el momento que es más fértil porque no tiene una estabilidad. Cuando estamos preparadas tenemos cerca de 40 años y entonces no podemos. No sé hasta donde tiene que llegar la situación para qué se tomen medidas.

Ha mencionado la vergüenza y en el libro habla de culpa. ¿Por qué nos sentimos culpables por no poder quedarnos embarazadas?

"A la gente no le va bien quedarse embarazada en el momento que es más fértil porque no tiene una estabilidad"

Porque te has generado una expectativa toda la vida. Yo no tenía clarísimo que quería tener hijos, pero hay una cosa muy cultural que hace que te reflejes en tu madre y en tu abuela. Ves como está montada la sociedad y hay una parte de ti que en el fondo piensa que quizás sí que lo quiere. O que se espera. Todo está muy mezclado y da igual cuál es el sentimiento genuino.

A no ser que tengas muy claro que no, si dudas, piensas que es que sí. Una vez lo decides y empiezan a fallar las expectativas, te cuestionas porque todas las anteriores generaciones han podido y tú no. Empiezas a sentirte incómoda entre las amigas que sí que tienen y te preguntas qué has hecho mal. Evidentemente, también afecta toda la educación nacionalcatólica heredada, que, por más agnósticos que seamos ahora, algo permanece.

El título 'Mai és una paraula molt lletja' ['Nunca es una palabra muy fea'] hace referencia al momento en que los médicos le dijeron que si querías una criatura tenía que ser ahora o nunca. Cuando pasó esto, ¿tenía instinto maternal o se vio empujada por el "tener que"?

Pensaba que algún día me gustaría tener hijos, pero tampoco era un instinto materno como otra chica que con 15 años ya lo sabía. Pensaba: "Lo notaré". Pero al final es más bien que llega una edad en que "te tienes que poner las pilas" porque te encuentras ante el abismo de la infertilidad.

Al principio tenía pareja, pero después, a pesar de quedarse soltera, decidió tirar adelante con el procedimiento a pesar de los retos que conlleva ser madre soltera.

Sí, porque fue muy radical mi decisión. Me dijeron que si no lo hacía ahora, no lo podría hacer [Maria Climent tuvo que tomar la decisión porque el cambio de tratamiento por la esclerosis múltiple que sufre no era compatible con el embarazo]. Proyecté mi futuro y aunque mi relación se rompió, yo seguía teniendo esta urgencia médica. No me hacía falta una pareja.

En el libro utiliza muchos tecnicismos y explica las pruebas y procedimientos con mucho detalle. ¿Por qué lo hace así?

Mi idea era hacer un ensayo sobre el tema. Hay información médica, científica y contrastada porque la sé, porque me ha ocupado más tiempo que un máster. Sé muchísimas cosas sobre reproducción asistida, puedo explicarte cómo va cada procedimiento, cuánto costará, cuánto tardarás en tener resultados. Todo esto lo sabía, pero lo entrelacé con mi historia personal para acompañarlo de una narración y para que tuviera sentido. Es muy útil para alguien que está en este proceso, que está pasándolo, porque no hablará con mucha gente a pesar de que tenga ganas de hacerlo. Yo habría agradecido ir a tomar un café con alguien que estuviera pasando por el mismo proceso y que tuviera tantísima información como tengo yo ahora sobre el tema.

Precisamente la dedicatoria es "A todas las que lo habéis pasado". También habla de los blogs y de los foros donde accedía para buscar apoyo. ¿Es esta la intención del libro?

Sí, la intención es acompañar, dar información verídica. En los foros se dicen una montón de tonterías... es increíble. En el libro lo explico, puedes buscar cualquier tipo de síntoma para relacionarlo con el embarazo y lo encontrarás. Una vez busqué "fascitis plantar" y lo encontré. No tiene ningún tipo de relación.

Explica que perdió un hijo. ¿Es este libro un cierre o una forma de gestionar este luto?

"El libro es muy útil para alguien que está en este proceso porque no hablará con mucha gente de ello a pesar de que tenga ganas"

No, creo que lo hice antes. El libro está escrito en tiempo real de la última betaespera. Realmente, lo empecé a escribir cuando estaba esperando saber si estaba embarazada o no y lo acabé de escribir el día que cumplía. La pérdida había sido unos meses antes. No lo escribí por el aborto, pero sí que pensaba que lo tenía que explicar porque es durísimo. Es muy doloroso a todos los niveles, tanto físico como emocional. Es una cosa que se llama tan llanamente: "Sí, ella lo perdió". Detrás de este "lo perdió" hay un montón de ilusiones puestas. No se puede ni explicar cómo de mal sienta.

La segunda vez que le dijeron que era positivo y que estaba embarazada casi no quería ni alegrarse, por si acaso.

Sí, estoy segura que a quien le haya pasado lo entenderá. Si has perdido uno, el siguiente solo quiere decir que también lo puedes perder. No te atreves a ilusionarte. Te esperas y eres prudente, prudente, prudente. Yo tenía la sensación que estaba de nueve meses y todavía podía pasar algo.

¿Esto ha hecho que, a posteriori, habiendo tenido la criatura, todavía tenga miedo?

Cuando nace la criatura todavía es peor. Puede ser que le pase algo, que le pasará, pero es otro tipo de miedo. Lo tenemos todas las madres. Yo, por ejemplo, tenía la idea loca de que si la dejaba dormir en verano con la ventana abierta, como que vivimos en una planta baja, me la robarían. No tiene nada que ver con lo que has pasado.

Para cerrar el tema del luto perinatal, explica que se reincorporó enseguida al trabajo. ¿Por qué? ¿Necesitaba que la vida no se parara o no se lo podía permitir como autónoma?

Lo hice porque tenía trabajo y se tenía que entregar. Era autónoma y tenía deadlines. Por más que estuviera sangrando, lo tenía que entregar. No me podía coger una baja y decirles a mis clientes que hasta que no me encontrara bien no se publicaría tal cosa. Los clientes quieren publicar, y, si no, se buscan a otro freelance.

¿Cree que los clientes o la sociedad en general no son amables con el luto o conscientes de todo lo que supone?

El mundo de los autónomos es así. Si no tienes agua caliente o tienes un escape y necesitas a un fontanero y el tuyo de confianza no está disponible, buscarás a otro. Te es igual si es que se le ha muerto el padre aquella tarde, necesitas alguien que te arregle el problema. Si hace años que tienes una relación de amistad, te pueden entender, pero no acostumbra a ser el caso.

Habla de dinero, de todo lo que debió trabajar para pagar la reproducción asistida y también de ayudas públicas. ¿Cree que tendría que haber más o que, como mínimo, fueran más flexibles para personas que fueran autónomas?

"Después del aborto, no me podía coger la baja como autónoma. Por más que estuviera sangrando, tenía trabajo por entregar"

El principal problema de la vía pública para la reproducción asistida es que cuando entras en un proceso así tienes mucha prisa. Al llegar al abismo de los 35 años te quieres quedar ya embarazada. No quieres probarlo el año que viene porque quizás tienes la reserva ovárica de uno y medio. Explico estos baremos en el libro: uno es muy poco y tres está muy bien. Quizás en cuestión de cuatro meses pasas de uno y medio a uno. Con esto ya no optas a la pública porque consideran que no tienes suficientes opciones de quedarte y no perderán recursos contigo. Si tardan seis meses en llamarte, has perdido muchas opciones. Te desesperas de tal manera que acabas yendo a la privada a la mínima que puedas pagarlo.

Es un privilegio tener hijos, en el supuesto de que no puedas concebirlos de forma natural.

Yo me considero una privilegiada y he tenido que hacer un gran esfuerzo durante muchos años. Seguro que hay parejas que no han podido pagarlo o que han empezado y que si no funciona a la primera, han tenido que olvidarse de la idea de tener hijos.

¿Se tendrían que destinar más recursos a la vía pública? ¿Es una necesidad tener un hijo? ¿Todo el mundo tendría que tener derecho a ello?

No tengo una respuesta clara. Lo que está claro es que la natalidad es baja. A los países les interesa que la gente tenga hijos porque, de hecho, España está en la cola de Europa en cuanto a natalidad. Y a la vez tenemos un montón de mujeres que quieren ser madres y no pueden. Si es un derecho o no es un derecho... creo que aquí hay una cosa que está muy mal montada.

Volviendo al libro en sí, ¿por qué incorpora fragmentos de 'Gina' u otros escritos que ha publicado en medios de comunicación?

Porque ha sido un proceso muy largo y en siete años he escrito muchas cosas sobre mis estados de ánimo. Todos los textos que he escogido están relacionados de una forma o de otra con la infertilidad, el aborto o el embarazo.

En septiembre publicó 'A casa teníem un himne'. ¿Por qué tan seguidos?

Mira, esto es casualidad, porque a veces las cosas de las editoriales van así. Desde que empecé a escribir A casa teníem un himne hasta que lo acabé pasaron tres años y seis versiones. Entremedias, iba escribiendo otras cosas y al final casi se publican a la vez.

¿Ve diferencias entre haber escrito novela y ensayo?

En el ensayo me expongo más. A pesar de que tenga muchas cosas mías, la ficción siempre es ficción. Mai és una paraula molt lletja es una publicación muy íntima. Es real y esto quiere decir que es una cosa que no solo me pasa a mí, que les pasa a muchas. Pienso que se tiene que hablar de ello y se le tiene que dar visibilidad.

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