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Locomía: una historia de sexo, drogas, broncas... y abanicos

El grupo que triunfó a finales de los años 80 y principios de los 90 muestra ahora su trayectoria en un documental que ha estrenado Movistar+.

Los cuatro miembros de Locomía, en una playa de Ibiza
Los cuatro miembros de Locomía, en una playa de Ibiza. CEDIDA

"Locomía es una forma de ver la vida en libertad". Y la libertad, como explica su creador, Xavier Font, es lo que caracterizaba al grupo. A finales de los 80, Ibiza se convirtió en su hogar. Se sumaron a él su hermano Luis, Manolo Arjona y el neerlandés Gard Passchier y juntos comenzaron a vivir en una casa que funcionaba como una suerte de comuna: con Font como "patriarca", como se autodefine.

Era libertad en el más amplio sentido de la palabra, pues lo englobaba todo: reinaba la fiesta, el coqueteo con las drogas y el amor y el sexo fluían sin miedo entre todos los miembros de Locomía.

La discoteca KU fue la primera en ver en acción ese baile de abanicos, esa explosión de color, esa originalidad plasmada en sus ropajes. "Aparecen en un momento muy curioso y recogen dos tendencias: una, la estética neorromántica (Spandau Ballet, Duran Duran…). Muchos blancos, colores pastel… Eso es con lo que ellos empiezan a trabajar. Y el tema de los abanicos ya es una cuestión como más cañí", explica a Público el periodista José Manuel Sebastián, conductor del programa Que parezca un accidente, en Radio 3.

"En cuanto a lo musical, Ibiza en la segunda mitad de los ochenta probablemente es la cuna de la música electrónica. Un poco más house, un poco más colorida de lo que luego sería la ruta destroy, antes de la etapa de Chimo Bayo. Eso es más oscuro, más tecno y más de clase media", añade. "Lo de Ibiza es un poco más jet set, los hijos mal de las familias bien".

"Esa primera etapa fue esencia pura. Es una etapa espiritual, tántrica, a la vez que divina y terrenal. Y ahí, como nada estaba forzado, pues nacía de la inventiva de Xavier Font, era todo bastante primitivo", comenta el locutor de radio Fernandisco, que participa en el documental que se ha estrenado en Movistar+ sobre Locomía.

El grupo capitaneado por Font tuvo que marcharse de Ibiza cuando le quemaron la casa donde se alojaban. A ello se sumó una llamada de auxilio, un "sácame de aquí" de un Manolo que ya jugaba peligrosamente con las drogas. Por dichos motivos, se mudaron a Madrid.  

Madrid, música y los primeros choques

Una primera etapa tocó a su fin, dando paso a una nueva marcada por la llegada de José Luis Gil como productor de Locomía. "La venida a Madrid es como cuando Pedro fue a Roma a fundar su Iglesia. Es una jugada de Gil para poder ser un superventas", apunta José Manuel Sebastián.

En esta época hubo cambio de rostros: se unió Carlos Armas y eso supuso la salida de Gard, que en absoluto estaba conforme con la entrada de Carlos en el trío amoroso del que hasta entonces formaban también parte Manolo y Font.

Gil puso música a un grupo en el que, hasta ese momento, los protagonistas eran el baile, el espectáculo… y los abanicos. "Disco, Ibiza, Locomía" comenzó a corearse de manera masiva a lo largo y ancho del país.

Pero el gran cambio llegó con la retirada de Xavier Font de los escenarios, para pasar a dedicarse a la parte más estética del grupo, quedando este en manos del productor.

El grupo Locomía, en una imagen de archivo
El grupo Locomía, en una imagen de archivo. CEDIDA

"No me dejó avanzar en la evolución que propuse para el grupo", relata Font. Entonces, asociaron a cada miembro un color y, cómo no, las clásicas hombreras de los 80. "Lo atractivo de Locomía era el vestuario, ¿cómo nos lo quitas? Ese fue el final de Locomía".

"Yo cedí el mando al colega. Fue mi gran error. Me tocó perder a mí y a él", recuerda con fastidio Xavier Font al otro lado del teléfono, quien redujo mucho su poder dentro del grupo. "Gil me dio por culo sin crema, sin condón y sin avisar. Y eso duele", sentencia.

La guerra había comenzado. "Nos pasamos seis meses yo con un tirachinas y él con un bazoca y con ese bazoca no nos dejaban actuar en ningún sitio. Yo estaba defendiéndome del enemigo", relata. Entonces, habían viajado a Estados Unidos todos juntos, Font incluido. Y llegaron las cancelaciones de conciertos.

"Gil y Font son dos personalidades tan marcadas… Y cuando hay dos semidioses tan marcados, los roces y los choques aparecen. Pero en el mundo del pop y el rock, ¿cuándo no ha sido así?", se pregunta Fernandisco, quien explica lo sucedido: "Uno tiene el interés de una compañía discográfica de quiero lanzar esto, quiero vender mucho y quiero que esto sea la hostia y, cuando el grupo acaba haciendo lo que tú quieres, el grupo pierde su esencia. Y Font, divo absoluto, choca con el divismo absoluto de Gil".

"La lucha de egos rompe esta estructura. Pero sin esa ruptura y sin la lucha de egos tampoco la leyenda seguiría aquí aún", continúa el locutor.

La ruptura de Locomía y el futuro del grupo

Y el grupo se dividió en otros dos, ambos bajo el mismo nombre: Locomía. Uno encabezado por Gil y el otro por Xavier. El primero, comandado por el productor, emprendió un viaje a Latinoamérica. Entonces, Xavier se tomó la revancha de lo ocurrido en EEUU: contactó con los clubs de fans de la zona y estos, fieles a Font, boicotearon a su rival.

"Locomía se malterminó. Como una follada sin haberte corrido. Nos quedamos a disgusto", sentencia Xavier Font, una de esas frases que deja ojiplático al que la escuche. "Pero Locomía está vivo. Para mí Locomía soy yo, que sonará egocéntrico. Y yo estoy vivo", zanja.

Xavier Font: "Me deben el certamen de Eurovisión. En aquella época, Locomía hubiese ganado"

Con esto en mente, el creador del grupo aspira a refundar Locomía. "Ahora voy a aprovechar la modernez que es el irte a un festival a través de otro festival en Benidorm. Pues me voy a Benidorm, tengo el mismo derecho que cualquier artista de este país", narra. "Me deben el certamen de Eurovisión. En aquella época, Locomía hubiese ganado", vaticina.

Una imagen promocional de Locomía
Una imagen promocional de Locomía. CEDIDA

El periodista de Radio 3, José Manuel Sebastián, ve factible la vuelta de Locomía. "La actual es una época muy retromaníaca. Hay que modernizar el sonido algo, pero no mucho. Y, luego, a ver cómo lo lanzas. Vas a un público de media edad. Lo puedes reflotar buscando un guiño nostálgico, pero también creo que tendría potencial para enganchar a generaciones más jóvenes", apunta.

Fernandisco no es tan optimista. "La sensación que tengo es que ahora no existe la esencia de Locomía. La formación nueva son gente que canta, pero ni los abanicos son lo mismo ni los movimientos son los mismos..." y continúa: "Lo que hay ahora son bases de música house con adaptaciones de la música de entonces, pero les falta concepto. Va a ser muy difícil hacer lo que salió entonces".

Xavier Font: "Si esa fórmula funcionó en los 80, ¿por qué no va a funcionar en 2023?"

Por su parte, Xavier Font lo tiene claro: "Si esa fórmula funcionó en los 80, ¿por qué no va a funcionar en 2023?". Y va más allá: "El reflejo de si Locomía puede volver actualmente es lo que está pasando en Movistar+, todo España lo está viendo, lo más visto y la gente flipa. Ni Raphael ni Lola Flores…".

"Como Disco, Ibiza, Locomía no ha habido nada. Si nosotros no somos capaces de agradecer a Xavi Font lo que hizo, creo que le estamos haciendo un flaco favor a la sociología de este país", relata eufórico Fernandisco.

En la misma línea se pronuncia José Manuel Sebastián: "Locomía fue importante para que la gente se diera cuenta de otras realidades estéticas, musicales y sociales. Ese valor los hace imprescindibles para entender ese momento histórico".

En ello insiste Fernandisco: "Con Locomía España empieza a ser moderna y abren un panorama muy grande para todo lo que va a venir de fuera, de los sonidos bailables, el house empieza a irrumpir en la radio. Y eso no se lo puede quitar nadie".

Pero, si algo está claro, como recuerda su creador Xavier Font, es que "Locomía es diferente. Locomía es mágico, es un hito mayúsculo".

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