Este artículo se publicó hace 9 años.
Lars Boering: "La sociedad tiene una cultura visual realmente pobre"
El director del World Press Photo presenta la exposición que se inaugura este jueves en Barcelona: fotografías que ya apenas se publican en los periódicos, pero que a menudo pegan un bofetón en la cara para no dejar indiferente a nadie.
BARCELONA.- El World Press Photo 2016 aterriza en Barcelona de la mano de Photography Social Vision, con 155 fotografías repartidas en ocho categorías y actividades paralelas para reivindicar la fotografía como herramienta educativa y motor de cambio. Liderado desde hace casi dos años por el holandés Lars Boering, este certamen se encuentra en fase de reinvención. Se trata de la presentación de un nuevo concurso paralelo de fotografía documental creativa, el Creative Documentary Photography Contest, que permitirá a los fotoperiodistas el uso de nuevos lenguajes visuales y nuevas narrativas: todo un mundo de no ficción para aquellos que quieran explorar nuevos caminos en el ámbito del fotoperiodismo.
Arropado por Silvia Omedes, responsable de Photographic Social Vision, y Sebastián Liste, fotoperiodista español instalado en Brasil y ganador del tercer premio en la categoría Daily Life de este año y reputado fotoperiodista internacional, Boering tiene claro hacia dónde se dirige la Fundación World Press Photo. “Hasta hace muy poco, las normas del World Press Photo (WPP) no estuvieron claras y nos dimos cuenta de que había fotoperiodistas que rompían con las normas del periodismo, así que nos pusimos a trabajar en establecer unas bases sólidas de reglas para presentarse al concurso, para atajar el tema de las manipulaciones y demás. Me di cuenta de que el público que volvía a la exposición del WPP lo hacía porque realmente confiaba en nosotros”.
Con un código ético mucho más claro, el objetivo de Boering ahora es, en primer lugar, dar herramientas a los fotoperiodistas para que mejoren en su trabajo y se sientan arropados, y en segundo, tender puentes entre los fotoperiodistas y la audiencia. WPP quiere convertirse, sin lugar a dudas, en un think tank que genere conocimiento y que forme parte de la conversación global, sin perder el característico ADN del WPP.
¿Son las fotografías del WPP siempre sobre guerra, violencia, enfermedad, drama?
Boering: Las fotografías de guerra y violencia son las que tienen más impacto siempre, las que nos sacuden más fuerte pero si prestas a atención a la exposición, se ve que hay otras fotos: fotos llenas de historias de esperanza. Existe un discurso profundamente pesimista en el mundo, pero aunque sea en pequeñas dosis, el mundo mejora, lo que pasa es que los medios de comunicación sólo nos enseñan los dramas del día a día.
Omedes: Puede ser. Lo que pasa es que durante el resto del año, esos contenidos no aparecen en prensa diaria. Luego llega el WPP y nos dan un bofetón en la cara. Este concurso premia, ante todo, la potencia visual y la capacidad de narrar, tenga la historia que tenga detrás. No creo que tenga más potencia una foto que llegue de Siria que una foto que documente el día a día de un enfermo de cáncer, por ejemplo. La genialidad del WPP es que expone fotografías que reúnen tres características: nos informan, nos emocionan y nos interrogan.
Liste: Sí, quizás existe esa visión de que en el WWP casi todas las fotos son de guerra y violencia, pero es evidente que si la gente no manda fotos de momentos agradables, nunca podrán formar parte de la exposición. Por otro lado, esas fotos muestran la cara más cruda de la realidad y nos hacen salir de esa burbuja de series de televisión en la que vivimos. En el mundo pasan cosas, y nosotros lo mostramos.
¿Se pueden hacer fotografías de todo? ¿Qué papel juega la ética cuando se aprieta el disparador?
Boering: Por supuesto que se puede. La pregunta es ¿podemos mostrar cualquier tipo de fotografía? ¿Debemos usarla los medios de comunicación? Y es ahí donde entra en juego el papel de la ética. Eso depende del código ético de cada fotoperiodista. En mi opinión, el espacio privado es sagrado y se debe respetar. A menos de que se trate de una historia que vaya a cambiar el mundo. En la exposición de este año, hay una foto de unos niños sirios. En este caso, creo que es necesario que miremos atentamente esas fotos para tomar consciencia de lo que está pasando.
Omedes: No, no todo es fotografiable. Yo conozco autores que reconocen que la mejor foto de su vida nunca llegaron a hacerla. Yo creo que hay imágenes en la memoria de las personas que son muy poderosas y también hay muchas imágenes que se quedan relegadas a los cajones porque desafortunadamente no hay medios en la prensa escrita que apuesten por ellas. Aún hay muchas historias por descubrir, historias de fotógrafos freelance que son geniales y que puede que no vean la luz. Este año se han presentado 6000 fotógrafos al concurso, con más de 83.000 fotos. Hay imágenes excelentes que se han quedado por el camino.
Liste: No. Existen unos parámetros éticos y cada agencia, periódico, persona tiene el suyo. Para mí, no todo es fotografiable. Todos los fotoperiodistas saben que publicando según qué imágenes, puedes perjudicar al sujeto y dañar la credibilidad de la profesión. Además, acostumbrar al público a según qué imágenes es peligroso, porque dejas de tener conciencia del problema. Hay que tener unos estándares éticos en la industria, por supuesto, aunque también entiendo que una foto de un niño ahogado en el Mediterráneo puede movilizar a las masas e influir en decisiones políticas. Hay imágenes durísimas que hacen click y hacen que cambien las cosas. La línea de lo ético y lo no ético es muy difuso.
Cada segundo se suben miles de fotos a Instagram y Facebook, que desaparecen al minuto siguiente. Se fotografía todo, sin embargo, los periódicos han reducido las plantillas de fotógrafos y las fotografías no se pagan, o se pagan de manera miserable. ¿Por qué esa contradicción?
Boering: Sí, también creo que vivimos una época dorada de la imagen y debo decir que soy bastante optimista. Los fotógrafos buscan el dinero en la dirección errónea: el dinero por las fotografías ya no se gana en los periódicos, que no tienen presupuesto para pagarlas. Sin embargo, en otros campos, hay más dinero para lo audiovisual que nunca. En el sector comercial es donde ahora hacen el dinero los fotoperiodistas. Hablo de ONGs, de asociaciones, no solamente de publicidad tradicional. Si los fotoperiodistas se dirigen a periódicos y revistas, estarán perdiendo el tiempo: deben renovarse y convertirse en hombre y mujeres de negocios, con una cartera de clientes amplia para poder vivir y luego dedicarse a lo que realmente les gusta. Y no deben sentirse incómodos o avergonzados.
Omedes: La falta de voluntad de los medios de comunicación de invertir en fotógrafos está empobreciendo el periodismo. Los mejores reporteros de España no publican aquí. Los medios en España son grandes industrias de la comunicación que ya no creen en el servicio público y no invierten en nada. No entienden la figura del fotógrafo como alguien capaz de trabajar la imagen a distintos niveles para aportar nueva información. Se está empobreciendo la opinión pública y la capacidad visual.
Liste: Tenemos millones de fotos disponibles, gratuitas y robadas, y por eso se infravaloran. Lo que es evidente es que para acompañar una historia, necesitas una imagen. Texto e imagen deben crear un vínculo para formar una pieza que represente un todo, y eso en los periódicos ya pocas veces se da. Aunque yo tengo fe: no todos los periódicos y revistas trabajan así, y hay algunos sectores que aún pagan por una buena foto. Además, entre la población existe mucho interés por el fotoperiodismo, y eso es positivo para luchar contra la precariedad. ¡Es un trabajo de servicio público!
¿Una imagen vale más que mil palabras?
Boering: No lo sé. Sé que una imagen puede valer mucho, eso sí, pero también sé que la interpretación que se le de a una imagen depende de un sinfín de factores que hacen imposible que las imágenes tengan un valor absoluto. No miramos las fotos con nuestros ojos sino con nuestro cerebro, y hay que decir que la sociedad tiene una cultura visual realmente pobre. En las escuelas no se enseña a mirar: se enseña a leer, a escribir, pero no a leer fotografías y eso es algo que desde el WPP nos encantaría cambiar. Sólo así llegaremos a entender las fotografías.
Omedes: Yo creo que las imágenes y las palabras van de la mano, sobre todo en el género fotoperiodístico. Se complementan. Yo no creo en un periodismo sin un buen pie de foto: necesito datos, contexto, localizaciones. De la misma manera, no puedo confiar en un texto periodístico que no vaya con algo que narre visualmente la historia y que sea capaz de aportarme nuevos conocimientos y nuevas emociones.
Liste: Depende de la palabra y depende de la imagen. Para mí, la imagen fija que captura un momento, un gesto o una comunicación y genera una conexión, una empatía, es poderosísima, sí, posiblemente más que mil palabras.
Visitas guiadas
Todos los miércoles de exposición a las 18:30h.
Taller "Mundos móviles"
Viernes, 18 de noviembre de 12 a 14h.
Clase magistral con Mikel Aristregi y José Bautista
Miércoles, 23 de noviembre de 12 a 14 h.
Proyección de largometrajes ganadores
Miércoles, 23 de noviembre a las 19h.
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