Este artículo se publicó hace 7 años.
GRUPO COMPAY SEGUNDO"España está más cerca de América Latina que de Europa"
Salvador Repilado, hijo de Compay Segundo, es el director de la orquesta que popularizó su padre y ahora marcha de gira por España y Europa, al ritmo del son cubano: "Hay un antes y un después de la muerte de Fidel, eso se va a notar también en lo musical", cuenta en esta conversación con 'Público'.
Madrid--Actualizado a
Las fiestas les duraban varios días y siempre solía pillarles el sol con el habano en los labios y el vaso de ron en la mano, moviéndolo al ritmo del son que ellos mismos inventaron. Máximo Francisco Repilado Muñoz escribió un capítulo de la historia de la música, de la cubana y la mundial, y lo firmó bajo el nombre de Compay Segundo. Le regaló a su hijo un consejo, a modo de pócima de la eterna juventud: "Nunca cometas excesos, ni en la vida ni en el amor". Lo dijo el hombre al que la muerte le pilló con el sombrero de ala ancha puesto y cantando a los cuatro vientos, a sus noventa y tantos, el amor que sentía por su negra Tomasa.
Cuentan que, a última hora, cuando por prescripción médica le prohibieron tomar su ronsito, Compay Segundo, antes de salir al escenario, se lo echaba en las manos, las frotaba y aspiraba su aroma. Quizá le recordara al olor de su revolucionaria Cuba natal.
Hoy, los aromas de la isla le huelen al hijo de Compay Segundo a cambio y a "oportunidad”. Salvador Repilado ha heredado el arte y reavivado el espíritu de la mítica banda de su padre para hacerlo girar estos días por la península.
El Grupo Compay Segundo, con su sucesor al frente, tiene programados más de 20 conciertos entre España y Europa.
Además, el aterrizaje de la banda, que cuenta con varios de sus miembros clásicos, coincide con el 110 aniversario del nacimiento del patriarca y ya han anunciado que presentarán, en los directos, canciones inéditas de Compay Segundo. "Es una responsabilidad ser hijo de mi padre tanto de cara al público como por respeto a la música que hacía. Él quería que siguiéramos haciendo y expandiendo la música tradicional cubana, a la que tanto aportó", resalta Salvador, al otro lado del teléfono.
Porque costaría entender el influjo de las músicas latinoamericanas si no hubiera existido nunca el 'Chan chan', que solo podía haber sido obra de un gran mago, el mismo que se sacó de la chistera el armónico, un instrumento de siete cuerdas y una caja de resonancia, a medio camino entre la guitarra española y el tres cubano.
Hoy en día sigue habiendo agrupaciones de jóvenes que hacen canciones con el armónico y que perpetúan la herencia del gran artista, fallecido hace 14 años. Pese al paso del tiempo, su hijo conserva una imagen muy clara de él: "Veía la vida siempre con alegría, tenía mucho sentido del humor y se rodeó de gente muy sana".
Fidel, muerte y revolución
Con esa forma tan particular de hacer música, Compay aportó riqueza cromática a los coloridos ritmos musicales de raíz cubana que retumbaban en la isla ya en la época de la revolución.
La guaracha, el chachachá, el guaguancó y el punto cubano se desarrollaron en unos años en los que el reconocido músico y Fidel Castro estrecharon lazos.
El día que murió, en julio de 2003, pocos meses antes de cumplir los 96, al velatorio llegó una corona de flores acompañada de una cinta en la que se leía: "A Compay Segundo, del comandante en jefe Fidel Castro"
La admiración entre ambos era mutua. De Fidel dijo que era un ídolo y un ejemplo para el mundo . Hoy, seis meses después de la muerte del comandante en jefe, el hijo de Compay reconoce que su tierra está viviendo cambios sociales profundos que van a hacer "crecer" al país: "Cuba se está abriendo más al mundo y el mundo se está abriendo más a Cuba. Hay más oportunidades de mejorar la calidad de la vida de los cubanos". Es un sentimiento generalizado entre la sociedad cubana, en parte motivado por la creciente iniciativa privada que se está desarrollando: "Mucha gente talentosa está fundando pequeñas industrias y pienso que el crecimiento personal y económico será para bien".
Con el eco de Compay, de Puebla, de Matamoros, todavía rezumbando en las esquinas de la isla, para Salvador Repilado esta nueva etapa político musical va a ir in crescendo, como hacen las canciones tan típicamente cubanas de Los van van.
Las relaciones entre Cuba y España van para arriba de la misma forma. Ya lo cantó su padre, 'Cuba y España nunca se engañan',aunque los dirigentes españoles, desde la época de Aznar, hayan esperado a la muerte de Fidel para visitar la isla.
Para Salvador, tanto el cubano como el español “de a pie” sí sienten aprecio y respeto mutuo. "Los cubanos siempre han dicho que España debe mirar más a Latinoamérica que a Europa, los vemos más cercanos a nosotros que a otros países europeos". El desarrollo político y económico español, sigue Salvador, ha estado más próximo a los países latinoamericanos y debería verlos "como socios" pero recalca, "ya estamos hablando de alta política, y yo solo soy un músico".
"Las canciones que hablan de violencia generan más violencia"
¿A qué suena la Cuba post revolucionaria tras la muerte de su líder? "Estamos viviendo otro movimiento, paralelo al político, en cuanto a los sonidos musicales. Hay muchos cambios", explica el heredero de Compay.
Eso sí, a muchos veteranos les suenan medio raras las letras que corean muchos jóvenes desde Siboney hasta Leganés. "Puede que nosotros seamos más conservadores pero antes hacíamos letras que trataban bien a la mujer y hablaban de relaciones humanas sanas, del amor hacia las cosas patrimoniales. Ahora las letras se han vuelto más agresivas y se han puesto muy de moda", lamenta, y apunta que esto no solo pasa con el reguetón.
"Las canciones que hablan de violencia, más allá del estilo que tengan, generan violencia", recuerda Salvador y se muestra sorprendido porque "ahora hay una corriente feminista fuerte y parece contradictorio que ese otro tipo de música siga convocando a tantas personas".
¿Cómo se pueden seguir popularizando letras homófobas cuando realmente la sociedad se está abriendo a la cuestión de la homosexualidad?, se pregunta, y se responde: "Es como si existiera una corriente musical muy fuerte que dice y canta todo lo contrario al discurso popular y callejero".
Los rinconces de Santiago, las plazas de Mayarí
En la calle y en las casas sigue sonando la guajira 'Guantanamera', los angelitos negros o cualquiera de Sindo Garay, 'el faraón de Cuba', como le llamaba Federico García Lorca. "Compay Segundo siempre ha sido una de las caras más visibles de Cuba; muchos turistas venían buscando los escenarios de sus canciones", dice su hijo. Rincones de Santiago y grandes plazas de Mayarí. "Dentro de cien años espero que se le siga recordando, como pasa con Miguel Matamoros. Sindo Garay o Antonio Machín". A ellos y a otros pocos privilegiados, "su música les superó", y les sobrevive, desde el Malecón a la Malvarrosa.
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