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'Apagón', la "confianza en el ser humano" ante un colapso energético total

Movistar Plus+ estrena este jueves los cinco episodios de esta serie sobre un gran apagón.

Fotograma de la serie 'Apagón' de Movistar+.
Fotograma de la serie "Apagón" de Movistar+. Movistar+

Qué pasaría si España sufriese una desconexión energética total y cómo reaccionaría la población en un escenario así son las preguntas que se hace y responde Apagón, serie creada por Fran Araújo para Movistar Plus+ a partir del podcast de José A. Pérez Ledo, El gran apagón. A lo largo de cinco episodios, la ficción producida por Buendía Estudios recorre cinco espacios muy distintos para explorar la capacidad de adaptación del ser humano primando la tensión y el conflicto, pero sin perder de vista la esperanza.

Cuenta Fran Araújo durante una conversación con Público junto a Alberto Marini y Alberto Rodríguez que para dar forma a Apagón lo primero que hicieron fue montar una mesa de guion y "desarrollar todos de una manera conjunta". El reparto entre Isabel Peña, Alberto Marini, Rafael Cobos, Isa Campo y él mismo se hizo más tarde, cuando ya sabían "cuáles eran las historias que queríamos contar". Hasta llegar a este punto tuvieron que descartar varias ideas.

Según explica Marini, guionista de la sobresaliente La unidad, sus puntos de partida eran el podcast, las ideas que traía consigo Araújo, a las que fueron añadiendo más, y "la imagen de un buffet libre: qué pasa con un apagón y cómo afecta a la sociedad". Con eso en mente idearon "unos 15 posibles capítulos y posibles historias cuyo argumento desarrollamos. Después hubo un trabajo un poco más duro, pero siempre en armonía, de seleccionar, de pasar de estas 15 a las 5 que quedan en la serie. Creo que cuando hicimos ese proceso aún no sabíamos quién escribía qué".

El primer episodio, Negación, lo firma Isabel Peña y está dirigido por Rodrigo Sorogoyen. Es el del ritmo más vertiginoso de todos, cuenta con un Luis Callejo inmenso y se ambienta en esa sala de la Unidad de Protección Civil y Emergencias de Madrid que lidia con la posibilidad de que una tormenta solar impacte de lleno en España provocando el gran apagón.

Fotograma de la serie 'Apagón' de Movistar+.
Fotograma de la serie 'Apagón' de Movistar+. Movistar+

Emergencia, el segundo, lo dirige Raúl Arévalo sobre el guion que él mismo escribió junto a Marini y Araújo. Un capítulo ambientado en un hospital que es, sin duda, el más pandémico de todos y que, con Ainhoa Santamaría y Tomás del Estal a la cabeza del reparto, funciona como homenaje.

Sobre esto, Marini reconoce que el suyo es un capítulo que debatieron mucho por ser, quizá, el más "obvio". Es decir, "¿dónde afecta más un apagón? En un hospital era la opción más obvia y esto nos daba un poco de reparo, porque también en otras series distópicas, catastróficas, se había tocado este tema. Pero lo filtramos a través de la experiencia de la pandemia y se ha convertido en un homenaje a los médicos, a los profesionales, que de manera creo más evidente han mantenido encendida la luz de la humanidad en el momento más oscuro de la pandemia".

Pero no solo en una emergencia sanitaria como la de la Covid, Marini menciona también cómo durante una guerra, por ejemplo, es en un hospital donde "se ve que a pesar de que todo se desmorona, de que piensas que el mundo se ha acabado, se dan gestos de humanidad". Todo eso lo convertían en "un lugar idóneo para contar esta historia catastrófica pero con luz…".

Fotograma de la serie 'Apagón' de Movistar+.
Fotograma de la serie 'Apagón' de Movistar+. Movistar+

Además de usarlo como escenario, se fue un paso más allá y se contó con sanitarios reales. Araújo explica que Raúl Arévalo, como director de Emergencia, trabajó para que "los que estuviesen en plano fuesen médicos y enfermeros. La gente que está en plano realmente es gente que ha tenido esa experiencia y que, aparte de por el homenaje, es porque tienen mucha verdad". Yendo un poco más allá, el personaje de Diego está interpretado por Javier Tena, al que "Raúl había conocido de cuando había estudiado, pero no había tenido carrera. Lleva toda su vida siendo médico en lugares hiperextremos, le dio esa oportunidad y eso está ahí".

El tercero, Confrontación, junto con el quinto, Equilibrio, son quizá los dos donde la temática social pesa más, ambos escritos por Isa Campo junto a Fran Araújo. El que dirige Campo porque se pone en evidencia un problema como el de los menores sin una red familiar que se haga cargo de ellos en el peor de los momentos, cómo deben sobrevivir solos y cómo el ser 'los otros' genera rechazo y desconfianza en quienes lo tienen mejor que ellos. En el caso del dirigido por Isaki Lacuesta, la realidad con la que se da bruces su protagonista es la de los migrantes que trabajan como jornaleros en la finca familiar a la que ella acude para refugiarse del apagón.

Supervivencia es el cuarto episodio y, a todas luces, el más complicado de rodar. No solo porque la mayor parte de sus escenas transcurren en exteriores, en el campo y la montaña, sino porque la mayoría de sus personajes secundarios son animales. Su director, Alberto Rodríguez, recibió la propuesta directamente de Rafael Cobos, guionista con el que trabaja habitualmente y la idea le gustó porque nunca había hecho "una cosa así como tan sumamente de género". Le apetecía contar la historia de este pastor (Jesús Carroza) acosado por un grupo que quiere hacerse con su rebaño. La experiencia, eso sí, fue complicada y estuvo acompañada de un aprendizaje sobre rodar con animales.

"Yo no sabía que las cabras tenían pasaporte, por ejemplo, porque para pasar de una comunidad autónoma a otra necesitan un control de sanidad y un pasaporte sanitario. Cada vez que nos movíamos había que pedirles los papeles a los animales. Eso o que podían sufrir hipotermia. Del frío que realmente pasamos, tuvieron que bajarse de la montaña un par de veces más abajo mientras los actores seguían", recuerda. La burocracia que implica rodar con animales es tal que Araújo apuntaba que cuando tuvieron que cambiar una de las localizaciones "la mayor crisis fue que no nos da tiempo a desparasitarlas para el pasaporte".

Un halo de "confianza en el ser humano"

Una de las cosas que llama la atención de Apagón tras ver los cinco episodios que la componen es que, pese a que cuenta con un punto de partida propicio para el drama, la serie no se sustenta en él. Apuesta más por la tensión in crescendo, el ritmo bien sostenido y la resolución óptima de los problemas poniendo el foco en la empatía, el aprendizaje y la esperanza. "Yo creo", apunta Fran Araújo, "que al final hay algo de esperanza, algo de luz, completamente premeditada, en todos los capítulos. Esa es la sensación que tengo y me parece que es mejor (…) En el fondo hay cierta confianza en el ser humano, me da la sensación".

Fotograma de la serie 'Apagón' de Movistar+.
Fotograma de la serie 'Apagón' de Movistar+. Movistar+

Para Alberto Marini esa confianza ha venido dada por la pandemia real: "Dices 'no sé si hemos aprendido algo en la pandemia'. Yo creo que algo hemos aprendido a hostias. Nos ha cambiado y hemos decidido quedarnos con el lado bonito de lo que nos ha cambiado la pandemia, porque ha sido durísimo, pero ha salido una luz, una humanidad que tal vez en otras series catastróficas o antes de la pandemia pensábamos que la humanidad no tendría". Una reflexión a la que Araújo se suma añadiendo que "hemos aprendido que somos bastante más civilizados y bastante mejores personas de lo que pensábamos que somos porque el comportamiento de la gente en esas condiciones fue bastante, o al menos para mí, fue muy llamativo lo increíblemente cívico".

Al final es esa tensión que le han dado a las historias y esa humanidad que desprenden sus personajes lo que realmente sostiene Apagón invitando a quien la ve a hacer cinco viajes muy distintos. "Cada capítulo tiene un arco bastante grande para cada personaje y hay una tensión constante, de un capítulo a otro… Tenía una complejidad, y es que tenías que arrancar cada vez una historia. Lo que encontramos todos de una manera conjunta fue cómo vamos a hacer que arranque muy pronto, que enseguida llegue un conflicto y que en seguida tengas esa tensión para contar la historia que al final es un poco lo que te mantiene ahí pegado", resume, a modo de esquema de cada episodio, el coordinador creativo de la serie.

Aunque la pandemia no se cuela solo en el texto, sino también en la forma de enfrentarse a él al otro lado. De hecho, es algo que el personaje de Luis Callejo pregunta a sus compañeros en esa sala de emergencias cuando algunos cuestionan la baja probabilidad de que se produzca un apagón. ¿Qué probabilidad había de una pandemia?, les viene a decir. Una pregunta que no solo afecta a los personajes, sino también al espectador. Porque lo vivido también ha cambiado la percepción de lo que puede ser o no ser real. Hace un par de años, una serie con la premisa de un gran apagón habría sido calificada directamente como ciencia ficción. Ahora, no tanto. "Creo que lo fundamental es que en este momento podemos pensar que ocurra mañana y todos nos lo creemos. No podríamos ni verlo en el telediario, pero nos lo creeríamos", comenta Araújo.

Apagón lo que hace es mostrar cuáles serían esos escenarios posibles si una tormenta solar llegase a la Tierra y golpease a España. En esta temporada explora cómo afectaría a un equipo de emergencias, a un hospital, a la comunidad de una urbanización con todas las comodidades, a un pastor asediado por urbanitas y a una finca sacada adelante por jornaleros migrantes. Sobre si esos otros diez escenarios en los que trabajaron y que finalmente se quedaron fuera darán lugar a una temporada más no hay nada oficial. De momento, el jueves 29 Apagón llega a Movistar Plus+ con cinco episodios de 50 minutos cada uno.

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