Este artículo se publicó hace 6 años.
Entrevista con Peter Turner"Mi relación con Gloria Grahame repugnaba a la gente, ¡es tan vieja! decían"
El escritor, guionista y actor Peter Turner vivió una hermosa historia de amor con la estrella de Hollywood Gloria Grahame, treinta años mayor que él. Ahora recupera ese recuerdo con ‘Las estrellas de cine no mueren en Hollywood’, con Annette Bening y Jamie Bell.
Madrid--Actualizado a
Gloria Grahame fue una rebelde del Hollywood de los 40 y 50, defensora de los derechos de las mujeres, los homosexuales y los obreros, ganó un Oscar a la Mejor Actriz Secundaria por Cautivos del mal, de Vincente Minelli, pero la industria no perdonó su ‘insurreción’. En los 70 vivió una hermosa relación de amor con Peter Turner, entonces un aspirante a actor treinta años menor que ella. Ahora, y sobre las memorias que escribió él, se ha llevado su romance al cine, Las estrellas de cine no mueren en Liverpool, dirigida por Paul McGuigan.
Emocionante, inspiradora, la película está protagonizada por Annette Bening y Jamie Bell, una pareja que, en palabras del auténtico Peter Turner, “cuenta una historia que hoy puede ayudar al empoderamiento de la mujer. ¿Por qué se empeñan en que las mujeres con 55 o 65 no están guapas o no son sexys, mientras que de un hombre de 70 años se sigue diciendo que es atractivo?”
Han pasado 30 años y que una mujer de 50 tenga una relación con un hombre de 20 sigue siendo un escándalo.
Mi historia de amor con Gloria Grahame fue muy chocante hace treinta años. A mucha gente le repugnaba y decían: “¡Es tan vieja!” Y ¡solo tenía 57 años! Miro a Annette Bening y es preciosa, está fantástica en la pantalla. Hombre y mujeres están fantásticos a partir de los cincuenta. Hoy sigue habiendo las mismas ideas sobre edad y sexualidad y son completamente estúpidas. Shakespeare decía en uno de sus sonetos que “la edad y el amor perduran a través del tiempo”.
¿Su historia de amor tiene hoy, con el paso de ese tiempo, un significado diferente?
Sí, tiene un significado especial. Ahora es una historia que puede ayudar con el empoderamiento de la mujer y a lanzar un mensaje importante. Emmanuel Macron, el presidente francés, tiene 25 años menos que su pareja, eso transmite un mensaje extraordinario al mundo sobre la mujer, su belleza, su sexualidad, su sensualidad… ¿Por qué se empeñan en que las mujeres con 55 o 65 no están guapas o no son sexys, mientras que de un hombre de 70 años se sigue diciendo que es atractivo?
Gloria Grahame fue una rebelde en su época…
Ella, en los cincuenta, fue diana y víctima de abusos psicológicos por parte de hombres muy poderosos de Hollywood. Y como decía que no, perdió muchas oportunidades y prestigio, vivió el drama de rumores falsos. Gloria Grahame fue una de las pioneras del #MeToo de hoy, así que creo que la película aparece en un momento idóneo para que muchas mujeres se den cuenta de muchas cosas, que sepan que empoderamiento es respeto… Ella tuvo una vida extraordinaria.
¿Extraordinaria por esa rebeldía?
Sí. Estaba por delante de su tiempo, incluso en su manera de actuar era insólita. En todo era extraordinaria, en su actitud hacia la vida, en su lucha por los derechos de las mujeres y de los gays, de los obreros… Muchos pensaban que estaba un poco chalada por esas opiniones. En esa época las mujeres se ocupaban de tener buen aspecto y se callaban. Ahora es distinto.
Ahora usted tiene una pareja masculina, ¿el sexo tiene más que ver con el amor que con una supuesta orientación?
Para mí es cierto que hay tantas sexualidades como individuos en el planeta. Nunca he tenido problemas con la intimidad de nadie. Me he enamorado y el género de la persona en ese caso pasa a segundo plano. Lo importante es la intensidad o el poder de la conexión. La parte mecánica de hacer el amor es un medio hacia la expresión del amor. Para mí todo esto es normal, ahora y más joven, siempre me han atraído las personas que me han inspirado. Es algo que forma parte de lo que soy. Estoy orgulloso de ser quien soy y me siento afortunado. No quiero dejar la impresión de que voy de cama en cama, pero sí de que cualquier historia amorosa ha sido así en mi vida.
¿Su relación con Gloria Grahame le ha ayudado a pensar así en el amor?
Mucho. Me siento muy afortunado de haber podido compartir esos años con ella, era una relación ¡tan diferente! la que teníamos. A lo largo de los años me ha ayudado a pensar en el amor y en cómo llegan a conectar los seres humanos. Amar no es solo tener una cita, ir a cenar… es cómo llegamos a conocernos. Ahora yo estoy vivo y esta es una experiencia compartida que abarca un tiempo y un espacio. Han cambiado muchas cosas entre aquella vida en los 50 y hoy. La gente pelea, hay guerras ridículas, juegos políticos absurdos… pero el amor para mí ha sido siempre así.
Estuvo en el rodaje de la película, ¿qué sintió al ver cómo se fabricaba su propia vida?
Bueno… Sí, un día fui al plató en Pinewood y nadie sabía que iba a ir, excepto la productora. Llegué al estudio y uno de los ayudantes me preguntó quién era yo y qué hacía allí. Me dijo que no se podía pasar porque estaban rodando una película. Le dije que efectivamente yo no era de equipo, que era Peter Turner, y me soltó que eso era imposible porque Peter Turner estaba muerto. Luego vi a Jaime Bell haciendo de mí, vi el decorado de la casa de mi madre… era una experiencia alucinante. Además, yo ¡estaba muerto! Aquello era muy especial. No hay muchas películas hechas sobre personas que todavía están vivas. Y me eché a llorar.
Y al ver la película, ¿tuvo alguna reacción especial?
Pasé unas semanas en las que sentí que era algo que me quitaba mi personalidad, pero luego me di cuenta de que era un privilegio. Es algo extraordinario, pero conviene tener los pies en la tierra, que es lo que he hecho para poder separar mi yo de mi otro yo. Me siento equilibrado con todo el asunto. Tampoco voy diciendo por ahí que hay una película sobre mí. Es una experiencia interesante.
Sus recuerdos, después de verlos en la pantalla, ¿se han modificado?
No, porque la película no me ha hecho volver al pasado, más bien ha sido una forma de terminar, una manera de comprender. La película me ha ayudado a comprender ese momento de mi vida. Me ha hecho sentirme más seguro de algunas cosas. Aunque la película es fiel al libro, no deja de ser algo interpretado por gente creativa que ha aportado su visión a la historia y que ha tenido que reflexionar sobre qué pasó y por qué. Yo he intentado recordar cómo pensaba en aquella época, eso sí, y eso es único. Ha sido una suerte de terapia masiva, extravagante, de grupo, enorme. Y ahora me siento mucho mejor y no he tenido que pagar.
¿Cuánto ha cambiado desde que vivió aquella relación a ahora?
Esencialmente soy la misma persona, pero con arrugas. Pero sí me he dado cuenta de que hay más cuartos en esta casa (se señala la cabeza) de los que pensaba.
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