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Cinco nombres para un poeta

Desde Dylan Thomas a Jesús: recorremos los cinco apelativos que han marcado a Bob Dylan.

JOAN VICH MONTANER

“A poem is a naked person...
Some people say that I am a poet” (Bob Dylan).


Dylan

Robert Allen Zimmerman siempre se ha considerado un poeta. En su juventud, aún en Minnesota, cambió su nombre en honor del poeta Dylan Thomas. Ha sido nominado en seis ocasiones al Premio Nobel de Literatura. En sus propias palabras: “Me considero un poeta en primer lugar, y luego un músico. Vivo como poeta y moriré como poeta”.


Woody

Guthrie, claro. Nombre capital en la historia del folk estadounidense e influencia mayor en la vida y en la música de Dylan. Sus canciones de letras fuertemente politizadas dejaron una profunda huella en el joven Dylan, que iba con frecuencia al hospital a visitarle en sus últimos años. Durante un tiempo se le consideró como su sucesor y estandarte de la canción-protesta y el movimiento folk que Guthrie había ayudado a crear.


Judas

O también Keith, por Keith Butler, responsable del famoso grito que dio la vuelta al mundo tras el sonoro abucheo que sufrió Dylan en Manchester en 1966. La escena folk le consideraba un traidor por haber electrificado su música (Pete Seeger quiso cortar literalmente su actuación en Newport cortando el cable de alimentación con un hacha). A partir de ahí dejó de ser el émulo de Woody Guthrie e inspiró él mismo a artistas como The Beatles o Jimi Hendrix, lo que a la postre llevaría a la mayoría de edad del rock.


Jesús

No tan polémica como su conversión al rock amplificado fue su conversión al cristianismo. Procedente de una familia judía, Dylan se interesó por la doctrina cristiana a finales de los 70 y llegó a actuar en directo para el Papa. Para entonces, ya hacía lustros que Blowing in the wind se cantaba en todas las parroquias. Esta inesperada conversión coincide con su período más impopular: igual que le pasó a Neil Young en los 80, Dylan llegó a ser despreciado como una reliquia en horas bajas, lejos del respeto unánime que despierta hoy.


Bob

Celoso de su intimidad y siempre consciente de su genialidad, Bob Dylan ha pasado su vida alimentado el mito de su personaje. Nadie sabe realmente quién es o cómo piensa ese poeta huraño que ha labrado una leyenda en la música a pesar de (o precisamente por) cantar con una voz que jamás pasaría el primer casting de OT. Gracias a Dios, o gracias a Woody.

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